Pasión por el mar

La formación como marino de don Juan de Borbón, bisabuelo de Leonor: academia británica, vuelta al mundo y dos tatuajes

El conde de Barcelona fue un marino experimentado que recorrió el mundo con la Royal Navy, donde estudió tras haber pasado por la Escuela Naval de San Fernando. Fruto de sus viajes fueron los tatuajes que llevó con orgullo en sus brazos hasta el final de sus días.

Don Juan de Borbón fue un experimentado marinero. / Getty

Elena Castelló
Elena Castelló

La princesa Leonor se ha formado como guardiamarina en la misma Escuela Naval en la que lo hicieron su padre, el rey Felipe, y su abuelo, Don Juan Carlos, la de Marín, en Pontevedra, antes de emprender viaje en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, como hicieron también su padre y su abuelo. La pasión por el mar y la navegación ha pasado de padres a hijos en la familia Borbón. Don Juan de Borbón, bisabuelo de la Princesa, estudió en San Fernando, Cádiz, donde estuvo situada la Escuela Naval hasta 1943.

También el rey Alfonso XIII tenía pasión por el mar, y, aunque no llegó a ingresar en la Escuela Naval, navegó a bordo del Juan Sebastián de Elcano , en 1928, durante el viaje inaugural del buque escuela, en un trayecto entre Cádiz y Málaga. A Alfonso XIII le encantaba navegar en los buques de la Armada, en el yate real, el «Giralda», y en sus veleros particulares, como el «Hispania», y fue un gran impulsor de la vela deportiva en España.

Su hijo Don Juan heredó de su padre esta vocación marinera y la llevó mucho más lejos. Su pasión por el mar nació en sus veraneos en el Palacio de la Magdalena, en Santander, donde se instalaba la familia real en verano. Con 17 años, realizó sus exámenes en el Ministerio de Marina e ingresó en la Escuela Naval de San Fernando, en Cádiz, donde juró bandera ante su padre el 28 de octubre de 1930. Allí se encontraba, cuando se proclamó la II República, el 14 de abril de 1931. Estaba siguiendo una clase de gimnasia y los profesores la interrumpieron para contárselo y decirle que su padre y su familia partían al exilio.

La escuela naval británica donde fue don Juan de Borbón

Don Juan partió entonces de Cádiz en un buque de guerra, camino de Gibraltar, y después rumbo a Italia, en el transatlántico «Roma», para dirigirse a Francia. El 24 de abril se reunió con su familia en Fontaineblau, a las afueras de París, y el 28 de ese mes se trasladó a Londres, adonde había acudido Alfonso XIII, en los primeros momentos del exilio.

En Inglaterra, se incorporó a la Escuela Naval de Dartmouth, en aquel momento la más exigente y prestigiosa del mundo. El rey de Inglaterra, Jorge V, le autorizó a estudiar en Dartmouth, y allí pasó un año para después embarcarse en distintos buques de guerra de la Armada británica y navegar, durante dos años, por el océano Índico, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico.

Don Juan de Borbón, vestido de uniforme, en una imagen de archivo. / GTRES

En abril de 1932 navegó en el crucero «Enterprise», de la IV Escuadra británica, la flota de las Indias occidentales, y en el buque «Iron Duke», donde se especializó en artillería. Más tarde, se incorporó al destructor «Winchester», en el que permaneció durante tres meses. Cuando terminó su formación, obtuvo el grado de alférez de navío.

A principios de 1935, pidió el retiro voluntario, porque para continuar debía renunciar a la nacionalidad española y, además, se había convertido dos años antes en el heredero de la corona española. Fue en 1933, durante una escala en el puerto de Colombo, en Bombay, con la flota británica, cuando recibió un telegrama de su padre, Alfonso XIII, anunciándole que sus dos hermanos mayores, Alfonso y Jaime, habían renunciado a sus derechos al trono, y que él era el heredero. Don Juan fue proclamado príncipe de Asturias en la isla de Malta, en casa de lord Mountbatten, tío abuelo del rey Carlos III, y un gran marino, al que admiraba mucho. El Rey Jorge V le concedió el grado de teniente honorario de navío.

Los tatuajes del conde de Barcelona

Tras dejar la marina británica, Don Juan centró toda su pasión marinera en sus pequeños veleros, «El Saltillo», con el que llegó a cruzar el océano Atlántico, y el «Giralda» —ambos donados a la Armada Española para formar nuevos marinos—. Acudió a la Coronación de Isabel II y a la boda de su hijo Juan Carlos navegando en «El saltillo», en 1953 y en 1962, respectivamente.

Don Juan de Borbón, conde de Barcelona en la década de 1980. / gtres

En 1978, Don Juan Carlos le rindió homenaje imponiéndole las insignias y el fajín de almirante honorario de la Armada Española y pudo cumplir su sueño de navegar en el Juan Sebastián Elcano. Embarcó en Honolulú y desembarcó en Manila, tras una travesía de 31 días. Más tarde, recibió la Gran Cruz del Mérito Naval.

De sus años de marino, don Juan guardó un recuerdo que nunca borraría: dos tatuajes que se hizo en su época navegando por el océano Índico en la marina británica, en 1932, uno en cada brazo. Representaban dos dragones, uno chino y otro hindú. Eran un gran orgullo para él, porque significaban la experiencia que había adquirido en el mar: en el brazo izquierdo se tatuaban los marineros y, en el derecho, los oficiales. Era la tradición: los marinos que navegaban por Oriente se tatuaban como recuerdo de su travesía.

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