Mala en los exámenes, siempre metida en problemas y rebelde: así era la princesa Estefanía de Mónaco en su época de estudiante

Puede que Carlota Casiraghi pueda presumir de ser una experta en filosofía, su hermano Pierre Casiraghi esté graduado por la Universidad Bocconi y su hermano Andrea Casiraghi se haya formado en las escuelas de negocios de medio planeta, pero los Grimaldi no fueron siempre tan aplicados en los estudios y el mejor ejemplo de ello es su propia tía, Estefanía de Mónaco . La hermana pequeña de Carolina, princesa de Hannover , nunca le vio la gracia a lo de estudiar, quizá porque sus padres insistieron durante toda su vida que sus estudios transcurrieran en las instituciones más selectas y católicas de la época. ¿El resultado? La princesa Estefanía se convirtió en el tormento de varios colegios privados.

Como su hermana Carolina, los primeros años de educación de Estefanía de Mónaco transcurrieron en palacio para después acabar estudiando en una institución religiosa en Mónaco, el Pensionnat des Dames de Saint-Maur que aún hoy sigue en activo. Tras esta etapa monegasca en la que la princesa rebelde destacaba por su afición a la danza, el piano y su capacidad para hablar idiomas acabó con 12 años en un internado francés para niñas, el de Cours Dupanloup en la región de Hauts-de-Seine.

En sus aulas coincidió con la decoradora y presentadora televisiva francesa Caroline Margeridon, que recuerda claramente cómo era la Estefanía de esta etapa de estudiante preadolescente: «Hacía muchas estupideces», resume la socialité en la publicación francesa Gala. «¡Era tan divertida! Hacía muchas travesuras. Un día soltó en el patio de la escuela una jauría de cachorros que había traído desde Australia. En ​​Dupanloup, hay un parque enorme y fue muy difícil recuperar a todos los perros», recuerda.

Sin duda alguna las travesuras de la princesa monegasca y su afición por ligar fueron determinantes para el siguiente paso en su educación: cuando sus padres la enviaron a un internado regido por las Hermanas de la Santa Cruz de Jerusalén destinado a los niños de familias ricas más «rebeldes». El nuevo internado estaba ubicado en medio de un bosque, alejado de todo, y la princesa Estefanía lo odió desde el primer día. Tanto que años más tarde declararía que la experiencia fue «un infierno».

La pequeña de los Grimaldi jamás entendió por qué sus padres la enviaron a un lugar así… y se escapó. En la propia página web del principado de Mónaco afirman que la princesa comenzó sus estudios de Bachillerato en 1982… no pone cuándo ni dónde los finiquitó. Tampoco habla de su supuesta matriculación en el Instituto Saint Dominique de Neuille, del que supuestamente la expulsaron aún antes de comenzar por infringir el código de vestimenta. Lo que sí está claro es que con 17 años la princesa ya no estudió más: en 1983 comenzó su colaboración con Dior.