Los reyes Federico y Mary de Dinamarca. /
Hoy en día, nacer miembro de la realeza ya no garantiza una vida sin trabajo. Muchas casas reales europeas han reducido considerablemente su tamaño en las últimas décadas, lo que significa que docenas de royals deben encontrar un empleo remunerado y pagarse sus gastos. En Dinamarca, la monarquía es relativamente transparente . Desde hace ya un tiempo, cada año se publica un informe de actividades en el que se detallan las partidas de gastos, pero los gastos de los ministerios (que se encargan de la protección de los monarcas Federico y Mary y sus séquitos o del mantenimiento del yate real, entre otras cosas) no se mencionan en ninguna parte.
Para compensar esta asimetría informativa, el entonces primer ministro Lars Løkke Rasmussen publicó en 2009 una relación completa de estos gastos adicionales, algo que nunca se ha vuelto a hacer. Ahora, mientras los nuevos reyes reciben críticas por su escasa agenda o por el polémico aumento de sueldo que recibieron nada más subir al trono, se alzan voces que piden explicaciones. Como la de Jesper Olsen, Presidente de Transparencia Internacional Dinamarca, dejando caer que «sería interesante reunir toda la información proporcionada por la policía o el ejército, por ejemplo, en el informe anual del Tribunal».
La monarquía danesa es una de las más antiguas del mundo y la más antigua de Europa, remontándose hasta Gorm el Viejo, fallecido en 958. Pero sus más de mil años de historia no le han servido para equipararse con sus vecinos suecos o noruegos a la hora de dar ejemplo en materia de transparencia. En Oslo, por ejemplo, la directiva sobre regalos recibidos por los miembros de la Familia Real noruega fue revisada en 2015 por Harald V, para dar mayor visibilidad a presentes y donantes.
Esta misma política no entrará en vigor hasta agosto en el Palacio de Amalienborg. Un primer paso que los medios daneses califican como un importante «cambio cultural dentro de la Corte».
Gracias a una amplia mayoría en el Parlamento danés, el rey Federico se acaba de embolsar un sustancioso aumento de sueldo de 17,3 millones de coronas danesas más al año, unos 2,3 millones de euros. Esto significa que, con él al timón, la Familia Real pasará a costar a los daneses 19,2 millones de euros. Por comparar, el presupuesto para la Casa Real española en 2023 fue de menos de la mitad: 8.431.150 euros.
Sin embargo, en lo que respecta a las cuentas completas, sigue imperando el secretismo. Una parte de los gastos de mantenimiento del yate de la Familia Real, el Dannebrog , corre a cargo del Ministerio de Defensa. A eso hay que sumar el costoso mantenimiento de las residencias reales, la seguridad o la organización de suntuosos eventos. Es por eso que los expertos calculan que el presupuesto real es el triple de la cifra que se otorga cada año a la Familia Real.
La familia real danesa al completo, desde el heredero Christian, sus hermanos pequeños y los reyes Federico y Mary. /
«No existe un presupuesto oficial del coste de la monarquía», lamenta el economista Bent Greve en declaraciones a la revista francesa 'Point de vue'. Por tanto, es imposible certificar lo que los daneses gastan en mantener esta institución. Sin embargo, este profesor de ciencias sociales de la Universidad de Roskilde calcula que el coste total oscila entre 50 y 55 millones de euros al año. Esto supone que, en total, los daneses pagarían algo más de diez euros por persona para mantener el sistema.
Una cifra que muchos habitantes del país consideran adecuada para perpetuar el sentimiento de «cuento de hadas y tradición» que en su opinión aportan los royals al país. La monarquía goza de una gran popularidad en Dinamarca, después de que la reina Margarita la catapultara desde un 45% de aceptación cuando subió al trono en 1972 hasta un 80% en el momento de abdicar.
«La familia real tiene un cierto valor de marketing», insiste Bent Greve, «que estimula el turismo, las exportaciones y la cobertura mediática del país». Un valor que se estima nada menos que entre 1.900 y 2.800 millones de euros. De hecho, esta colosal contribución anual a la economía danesa supera con creces los costes en que incurre la monarquía. Una asombrosa rentabilidad del valor de marca que representa la Corona, que debería incluso verse reforzado gracias al soplo de aire fresco insuflado por Federico X y la reina Mary.
De las diez principales familias reales de Europa, nueve siguen recibiendo fondos públicos cada año para desempeñar sus funciones, con la única excepción de la Casa Principesca de Liechtenstein, que no recibe dinero de los contribuyentes para sufragar sus gastos. Algo que no debe preocupar especialmente al príncipe Hans-Adam II, ya que es el royal más rico del viejo continente, con una fortuna estimada en 9.200 millones de euros.
La Casa Real Británica es la que más dinero recibe de su gobierno y aún así, no les llega para cubrir todos sus gastos. Según el informe del estado financiero anual revelado el año pasado, el gasto oficial para el año 2022-2023 superó la Subvención Soberana y otros ingresos reales adicionales. Esto se atribuyó a los altos costos del «período excepcional de transición» en la Casa Real, con el funeral de la reina Isabel II y la coronación del rey Carlos III, así como un proyecto de remodelación en curso en el Palacio de Buckingham. En total los Windsors recibieron de las arcas del Estado unos 115 millones de euros y se gastaron 126.
La reina Letizia junto a Mary de Dinamarca. /
Les sigue en la lista, con una dotación de 50 millones de euros, la Familia Real de Mónaco. Esta tiene cuatro miembros adultos que trabajan como miembros de la realeza a tiempo completo: el príncipe Alberto II, su esposa, la princesa Charlène, y sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía . La sudafricana figura entre los royals europeos que más dinero gastan en ropa y joyas, con una dotación anual en 2023 de cerca de 1,5 millones de euros.
Holanda y Noruega, con unos 45 millones de euros cada una, cierran el círculo de las monarquías más costosas para sus súbditos. En el otro extremo encontramos a la Familia Real española , que como hemos dicho tiene un presupuesto cercano a los 8,5 millones de euros y es en cifras contantes y sonantes, la más barata de Europa. Suecia y Bélgica, que tienen un presupuesto que ronda los 15 millones de euros al año, son las siguientes más 'modestas' de la lista.