Quién fue la mujer que crió a Federico de Dinamarca: la niñera que le robó a Margarita el amor de su hijo (con razón)

Tanto Mary Donaldson como su esposo, Federico de Dinamarca, han tenido una infancia y adolescencia complicadas. La actual reina danesa porque perdió a su querida madre de forma inesperada tras una intervención quirúrgica. El actual monarca danés porque tanto su madre, la reina Margarita, como su padre, el excéntrico príncipe Henrik, jamás estuvieron presentes durante todo su desarrollo, salvo para castigarle o criticarle. La única mujer que le cuidó desde que vino al mundo fue su niñera, Else Petersen.

Por activa y por pasiva Federico de Dinamarca ha dejado claro durante años el daño que le supuso la actitud de su madre durante su infancia: fría, distante y muy al gusto de los royals de la época. La herida del abandono materno sigue siendo tan profunda que una de las primeras cosas que hizo al ser proclamado rey fue dejar claro públicamente de nuevo que él no iba a ser como la monarca emérita y no pensaba descuidar a sus hijos por sus deberes reales.

Pero durante todos esos años de soledad familiar, Federico sí tuvo a su lado a dos personas. La primera, su hermano, el príncipe Joaquín, con el que apenas se lleva trece meses, y la segunda, su niñera, a la que aún hoy rinde homenaje y recuerda cada vez que puede. ¿Pero quién fue Else Petersen y por qué le guarda tanto cariño el soberano danés?

Que nadie se lleve a engaño. Else Petersen, la enfermera designada como niñera para cuidar de los retoños reales cuando el primero de ellos apenas tenía tres meses de edad (y el segundo aún no había llegado), era tan danesa como la propia reina, o sea que nadie se espere de ella demasiada efusividad. Pero algo debió de hacer muy bien esta mujer cuando el actual rey aún hoy se refiere a ella como su «segunda madre».

Else Petersen tenía claro que su papel en la corte era evitar que los príncipes se dañaran y que los reyes estuvieran contentos con su comportamiento. Era la encargada de criarlos sin mimarlos y de dejarlos limpios y presentables para el beso de buenas noches de rigor, que era casi el único contacto que los niños tenían con sus padres a diario. Pero al cuidar de niños tan pequeños y ajenos al mundo, era obvio que su relación iba a ir mucho más allá.

«Else era muy danesa en su forma de ser, autoritaria, recta y disciplinada, y tuvo que reprimir los sentimientos cálidos y maternales que tenía hacia mí y mi hermano a lo largo de los años. Sabía que no era nuestra madre, y tenía que asegurarse de que mis padres estuvieran contentos con cómo éramos. Aún así, la recuerdo cogiéndonos en brazos, abrazándonos y estando tan cerca de nosotros como sólo pueden estar unos padres«, explica el propio Federico al periodista Jens Andersen en el libro de memorias «Under bjælken».

Else llegó a la vida de los príncipes con sus propias «cicatrices»: al parecer el gran amor de su vida había fallecido durante la guerra fusilado. Después de aquella terrible experiencia, se dedicó en cuerpo y alma a servir a la corona. La combinación de estas dos almas heridas, príncipe y niñera, dio como fruto una de las relaciones menos laborales de todos los tiempos.

Else acompañó a Federico en casi todas las etapas de su vida: le llevaba a la escuela, cenaba con él, le ayudaba a hacer los deberes. Incluso le acompañaba en las vacaciones de verano en Francia. Una relación que continuó durante casi 24 años, desde 1968 hasta 1992.

Cuando el príncipe heredero veinteañero salió a gatas por la ventana del apartamento de Amalienborg una tarde de verano para disfrutar de una cerveza fría y de las vistas desde la azotea, Else Petersen aún seguía allí y atornilló la ventana para que no volviera a repetir la experiencia. Por supuesto, fue una de las invitadas a la boda del heredero Federico con Mary Donaldson.

A pesar de que fue despedida en los 90, con lo que también perdió la posibilidad de seguir viviendo en su apartamento del palacio de Amalienborg, la niñera siguió de «cerca» a sus «niños». Cuenta el cronista danés Trine Villemann que el príncipe Joaquín fue el encargado de comunicarle a su ex niñera que sus servicios ya no serían necesarios.

Pero Else Petersen no se lo tuvo en cuenta, de hecho formó parte de los invitados del bautizo del primogénito del príncipe Joaquín, Nicolás, conde de Monpezat. Por supuesto, cuando falleció en 2016 y fue enterrada en el cementerio de Funen, tanto Federico como el príncipe Joaquín estuvieron presentes.