Qué ha sido de Felipe Varela después de abandonar el armario real de Letizia Ortiz: así ha evolucionado el diseñador después de cortar todos los lazos con la reina de España

A su boutique de Alta Costura con cita previa, ubicada en una de las calles más exclusivas del madrileño barrio de Salamanca, donde también exhibe su colección de prêt-à-porter, acuden mujeres españolas de clase alta ( aunque Letizia Ortiz ha decidido dejar de hacerlo y ahora lleva vestidos de Mango ), pero, sobre todo, muchas acomodadas turistas latinoamericanas, enamoradas de sus cortes estilo New Look y sus transparencias y bordados en pedrería.

Muchos de los diseños que cuelgan de sus perchas o que se exhiben en su página web tienen un aire inconfundible que recuerda a muchos de los modelos lucidos por doña Letizia . Las clientas del que fue modisto de cabecera de la reina durante más de 10 años , buscan, sin duda, esa conexión con la realeza, esa huella de la reina en sus vestidos de gala. Pero su lista de clientas fieles sigue sin trascender.

Felipe Varela nació en Madrid, en 1968. Estudió diseño de moda en París, en el Institut de la Mode y en la escuela internacional de diseño Esmod y pasó una larga temporada formándose de la mano de Kenzo, Dior y Lanvin. Su mayor influencia fue el diseñador francés Thierry Mugler, según el mismo ha reconocido. Fundó su propia firma en 1996 y empezó a desfilar en la Pasarela Cibeles.

Uno de sus momentos estelares en esta pasarela ocurrió en 2002, cuando presentó una osada propuesta de aire futurista que llamó mucho la atención. Confesó entonces a la revista «Vogue» que su ropa era para una mujer « dinámica y fanática de la moda». Sin embargo, poco después, dejó la Pasarela porque no se sentía a gusto con las condiciones que imponía, como los horarios de sus desfiles. Además no consiguió ingresar en la Asociación de Creadores de Moda de España (ACME). Consideró que aquella rutina no le aportaba nada profesionalmente y se fue.

Entonces decidió concentrarse en su atelier. Un tiempo después, apareció en su vida doña Letizia, cuya relación le colocó en una posición singular, de espaldas a la profesión y, al tiempo, de escogido por la mujer más mediática de España. El diseñador vivió a partir de entonces en una especie de monacato, sin conceder ni una sola entrevista, sin salir de su taller. Pero el compromiso con doña Letizia y su lealtad hacia ella atrajo envidias y críticas. Hubo quien opinó que Varela no estaba a la altura.

De alguna manera, la relación con doña Letizia era un arma de doble filo: un privilegio, que sostenía su negocio viento en popa, pero también una exigencia que le alejaba de las pasarelas y le encerraba en una cárcel de oro. Mientras los looks de la reina eran alabados en el extranjero, expertos nacionales criticaban el excesivo conservadurismo de Varela e incluso su excesiva inspiración en diseñadores internacionales como Oscar de la Renta, que denotaba sospechosos parecidos.

Felipe Varela y doña Letizia se conocieron a través de la Infanta Elena, que, en aquella época, vivía en el mismo edificio en el que estaba el taller del diseñador. Doña Elena acudió con un diseño de Varela a la pedida de mano de don Felipe y doña Letizia. Y llamó la atención de la Reina. La total discreción del modisto convenció a la reina que, aconsejada por la reina Sofía , optó por encargar la mayoría de su vestuario a un solo diseñador, como había hecho durante años la emérita con Margarita Nuez. No era fácil encontrar un taller con la capacidad de producción que exige un armario real y, además, con la absoluta discreción que mostraba Varela.

Los diseños para la madre y las hermanas de la reina el día de su boda, el 22 de mayo de 2004 fueron el pistoletazo de salida de una relación que ha durado, sin cambios, una década. Varela fue el diseñador escogido para el momento histórico de mayor relevancia para la monarquía, la proclamación de Felipe VI como rey de España. A partir de entonces, lenta, pero de forma imparable, Varela empezó a ser sustituido en el guardarropa real, aunque la reina todavía luce modelos diseñados hace años y que le siguen sentando como un guante.

En 2010 Varela se casó con el galerista cubano Joel Norberto, en un pequeño pueblo de Salamanca, pero se divorciaron dos años más tarde. De esa época queda una foto en la que se ve al matrimonio cenando con doña Letizia en un restaurante cubano de Madrid. Hoy el diseñador vive entre París y Madrid y sigue trabajando con sus hermanos Ruth, Abraham y Jacob, que son quienes llevan el negocio.

Volvió a la Madrid Fashion Week en 2016, tras 14 años de ausencia, quizá con la idea de abrir otros caminos para su proyecto, cuando doña Letizia empezó a encargarle menos diseños y a admitir en su guardarropa muchas otras marcas. Pero su regreso fue breve. Hoy forma parte de ACME, por fin, y sueña con su lanzamiento internacional. Coincidiendo con esa vuelta, inauguró su perfil oficial en twitter y lanzó una línea más accesible de prêt-a porter. Pero el modisto sigue sin aceptar ninguna entrevista con la prensa. Sigue siendo hermético y enigmático.