El diseñador que la reina Letizia escogió como modisto de cabecera siempre fue extremadamente discreto. No concedió casi ninguna entrevista a la prensa. Su lealtad era total. A cambio, Doña Letizia (que ha sorprendido en ARCO con un traje sastre) convirtió su nombre en uno de los grandes de la moda española, popular más allá de nuestras fronteras, especialmente en Latinoamérica. Durante años, numerosas turistas acudían a su tienda-taller del Barrio de Salamanca en busca de sus diseños, como si fueran un pedacito de la realeza española.
Felipe Varela nació en 1968, en Madrid y se formó como diseñador de moda con diferentes firmas en París. La que más influencia tuvo en él fue Thierry Mugler. Comienzó a desfilar en 1996 en la Pasarela Cibeles. El año 2002 fue uno de los más importantes para él, cuando presento en la pasarela una propuesta para una mujer futurista y rompedora que causo sensación. Poco después dejó Cibeles para sentirse más libre creativamente. A partir de ese momento trabajó desde su «atelier» de la calle madrileña de Ortega y Gasset. En 2016, Varela regresó a la Madrid Fashion Week , para la temporada otoño-invierno, pero incluso entonces, evitó a la prensa. Doña Letizia no asistió al desfile, pero escogió uno de sus diseños para acudir al Teatro Real coincidiendo con su 44 cumpleaños: un «little black dress» con con transparencias en la parte baja de la falda.
Pero, ¿cómo se fijó doña Letizia en él? Fue a través de la infanta Elena y del diseño de Varela que vistió en la pedida de mano de los reyes, el 6 de noviembre de 2003, el mismo día en que ella había escogido un impecable traje de chaqueta de Armani. Pero necesitaba nombres españoles para su vestidor e incluso, un nombre de cabecera. Según dicen, fue la reina emérita, siguiendo el ejemplo de Margarita de la Nuez, en quien ella confió durante muchos años.
Varela reunía las condiciones para convertirse en una apuesta constante de su armario: era discreto, sus creaciones eran de gran calidad, clásicas, pero impactantes y su lealtad extrema. La reina encontró en el diseñador a un aliado del que estaba segura: nunca la traicionaría A su vez contaba con la infraestructura suficiente para hacer frente a las necesidades y los encargos de un guardarropa «real». Muchos se preguntaron por qué fue su diseñador de cabecera durante años. La confianza de la reina en él y en su criterio era absoluta en una época y en un ámbito en los que necesitaba apoyo y ayuda.
Era también una forma de tener un asesor de confianza, capaz de hacer frente a todas las situaciones estilísticas. Así que empezó a contar con él en todos los Días de la Hispanidad y en la mayoría de las ocasiones señaladas. Fue Felipe Varela quien vistió a sus hermanas y a su madre en numerosas ocasiones, en especial en su boda, el 22 de mayo de 2004. El «palabra de honor» en rojo deslumbrante, que vistió la víspera de la boda de la princesa Victoria de Suecia, o el vestido negro en terciopelo con el que asistió a la cena de gala ofrecida al presidente de Argentina, Mauricio Macri, y su esposa, Juliana Awada, no se nos han olvidado. Entre diseñador y clienta se fraguó una relación de amistad, que nunca trascendió por la discreción del diseñador, precisamente lo que la Reina buscaba en él, además de moda.
Durante años, los vestidos de gala o de ocasiones importantes fueron de Felipe Varela. Vestidos de cóctel, con pedrería, encaje, guipur, volantes o transparencias fueron un «must» en los premios príncipe de Asturias . 2020, fue el primer año del cambio. Recuperó un elegante diseño azul noche con escote barco y gran flor asimétrico de Delpozo, diseñado por Josep Font. En 2021, apostó, de nuevo, por otra marca, The 2nd Skin Co, con un vestido negro de cóctel con lazos en la falda. Ese 12 de octubre, la Reina había escogido, también por primera vez, a otro diseñador para asistir al desfile de la Fiesta Nacional que, además, era su primer estreno en varios meses de pandemia, por respeto a las víctimas. Optó por un diseño drapeado en azul celeste hecho a medida de María Barragán.
El año 2019 fue el último en que estrenó un diseño de Varela, coincidiendo con el desfile del 12 de octubre: un vestido con transparencias y bordados en rosa pálido. Pero no deja de ponerse algunos de los modelos más alabados y favorecedores del diseñador, como sus sastres con bordados, de tweed, o de corte «New Look» –el más reciente, en la entrega de la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando–. Sus blusas con chalina en gasa o sus ligeras faldas corola siguen ocupando un lugar en el armario de la Reina.
La ocasión más importante hasta ahora, la proclamación de Felipe VIcomo rey de España el 18 de junio de 2014, también fue para Varela. Un vestido-abrigo blanco con apliques de pedrería en el cuello que causó sensación por su sobria solemnidad.
Pero dicen los expertos que fue justo ese día, cuando se convertía en reina, cuando se inició una nueva etapa en el armario de doña Letizia. Atrás empezaron a quedar las críticas al «excesivo clasicismo» de Varela o a la «injusta» ausencia del resto de diseñadores españoles. A partir de ese momento, de forma casi imperceptible, pero constante, doña Letizia empezó a lucir otros diseñadores en fechas señaladas. Decidió diseñar, paso a paso, ese «altavoz» de la moda española que, como reina, no podía seguir descuidando
Decidió hacer lo que muchos le reclamaban desde hacía años: dar visibilidad a los grandes nombres de la moda española y también a las marcas más nuevas del «made in Spain», que vive un importante «boom» desde hace unos años. Casi un año después de la proclamación, empezó a colaborar con ella la estilista Eva Fernández, que había trabajado en la revista Cosmopolitan y que todavía permanece en su equipo, a las órdenes del jefe de la secretaría de la Reina. Su decisión de no estrenar durante todo el tiempo de la pandemia, en solidaridad con sus víctimas, terminó de «eliminar» a Varela de su armario.
Hoy doña Letizia no prescinde de marcas internacionales como Carolina Herrera, Nina Ricci, Maje o Hugo Boss, algunas de sus favoritas, pero ha arriesgado con pequeñas firmas sostenibles y artesanales, como The IQ Collection, de Inés Domecq , María de la Orden Studio, Dear Prudence, María Malo, Mint&Rose o Psophía, que le confieren un aire innovador y muy contemporáneo. Incursiones en el «low cost» –especialmente Massimo Dutti y Mango–, se combinan a su vez con nombres como Moisés Nieto, Juan Vidal o Teresa Helbig y clásicos de la moda española como Adolfo Domínguez, Magrit o Castañer.
Doña Letizia ha creado un estilo versátil y elegante, actual y muy favorecedor que ha puesto de acuerdo a sus antiguos detractores y a sus defensores. Vende moda española, con algunos guiños bien seleccionados a la moda internacional, y consigue impactar y seguir el protocolo en todas sus apariciones. Su última tendencia: rescatar vestidos de alta costura del vestidor de Doña Sofía , una manera de reciclar y lucir diseños exquisitos sin gastar, haciéndole un homenaje a la reina emérita.
20 de enero-18 de febrero
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