Froilán cumple 25 años: por qué el hijo mayor de la infanta Elena es el primo más incómodo de los Borbón

Este lunes, 17 de julio, es un día importante para Felipe Juan Froilán. El hijo mayor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar cumple 25 años convertido ya en un joven 'de provecho': ha sido este año cuando se ha iniciado en el mundo laboral y, aunque no ha trascendido exactamente su posición ni la compañía en la que trabaja (algunos periodistas niegan que lo haga en la petrolera estatal ADNOC), entendemos que ya sufraga sus propios gastos. Culmina así su emancipación, un proceso en el que gran parte de su familia, en especial su madre, confió su maduración.

Aún es pronto, muy pronto, para comprobar si el aceptado destierro en el que se ha embarcado Froilán obtiene frutos en términos de madurez personal. Apenas lleva siete meses fuera de España y, aunque no ha trascendido ninguna noticia sobre su afición a la (escasa) noche de Abu Dabi, su gusto por la fiesta no ha cedido un milímetro. Algo, por otra parte, normal con 25 años.

En los pocos días que Froilán pasó en España el mes pasado, apenas nueve, prácticamente todos ellos fueron dedicados al ocio diurno y nocturno. Tenía mucho de lo que resarcirse y, para ello, se acompañó de su cómplice favorita, la influencer Belén Perea, en unas vacaciones express en Ibiza y un festival de música en Arganda del Rey. Se sumaron amigos del entorno de Perea y uno de los Gemeliers (el dúo musical formado por los gemelos sevillanos Jesús y Daniel Oviedo).

No parece que Felipe Juan Froilán haya cedido un milímetro en su afición a la fiesta, solo la ha pospuesto. De hecho, se espera que aproveche su próxima visita a España no solo para visitar a su abuela, la reina Sofía, en Palma de Mallorca, sino para cumplir con su cita anual con el festival Starlite. Tanto Froilán como Victoria Federica son ya fijos de la nueva vieja Marbella.

Los hermanos Marichalar Borbón mantiene un perfil público al que no le falta polémica: aunque se conduzcan como cualquier joven de su edad, los privilegios anexos a su apellido y las oportunidades laborales que surgen por ello se cobran su factura. Lo cierto es que los hermanos, en especial Froilán, parecen adolecer de madurez para admitir que su relación con la casa real no solo conlleva ventajas, sino responsabilidades.

Sin embargo, pese a las cantidades ingentes de mala prensa que rodean a Felipe Juan Froilán, los que le conocen afirman que es un joven cariñoso, generoso y afable. El contraste entre el Froilán de las distancias cortas y el que retratan las informaciones virales es notable. Algo parecido sucede con Victoria Federica, adorada por sus amigas, pero calificada como maleducada y soberbia por los periodistas.

Pese a la constante presencia de Victoria Federica en los medios de comunicación, el primo más incómodo y peligroso de los Borbón continúa siendo Felipe Juan Froilán. Incluso ahora, convenientemente exiliado en Abu Dabi, sigue inquietando a familiares próximos a lejanos. Aunque sus primos Borbón Ortiz y Urdangarin Borbón le elijan como el más divertido de la familia, su figura resulta problemática.

Froilán tiene peligro o es sinónimo de peligro, pero no por ningún daño que pueda infringir él mismo, sino por la inconsciencia con la que se conduce en la noche madrileña, ibicenca o marbellí. Dicho de otra manera: se coloca a sí mismo en una posición delicada, en la que personas con pocos escrúpulos pueden abusar de su confianza. Medios sin mucha credibilidad han publicado que, mientras estaba de fiesta, el joven sacó fajos de billetes para, presuntamente, presumir.

Ficciones, medias mentiras y sus propias aventuras nocturnas colocan a Felipe Juan Froilán en una posición incómoda para toda la familia. Además, no parece que el joven Marichalar tenga deseos de cambiar sus aficiones e intereses próximamente. De hecho, desde que lo dejó con la heredera del imperio El Pozo, Mar Torres, no se le ha conocido novia formal. La única mujer cercana a Froilán es Belén Perea, tan fiestera como él mismo.

Se desvanecen las esperanzas de un noviazgo que haga sentar la cabeza al nieto favorito del rey emérito Juan Carlos. Sin novia a la vista y con un trabajo que no parece vocacional, sino de conveniencia, Felipe Juan Froilán continuará siendo el Borbón más temido. Como decíamos, el más peligroso. El más peligroso para sí mismo.