El falso secuestro de Felipe Juan Froilán Marichalar: todas la veces que los Borbones sí han sido objetivo de grupos criminales

La noticia ha corrido viral durante toda la mañana, pero ha sido finalmente desmentida por Jaime de Marichalar. Todo parecía indicar que un intento de robo en un exclusivo chalet de Ibiza habría afectado a Felipe Juan Froilán Marichalar , el hijo mayor de la infanta Elena. En el primer relato de los hechos, el personal de servicio de la casa, alquilada supuestamente a Froilán y el hijo del futbolista Guti, entre otros jóvenes, habría impedido un intento de asalto por parte de una banda armada que, además iba pertrechada con gas somnífero. Por suerte, ni Froilán estaba en la casa (al parecer, ni siquiera estaba en Ibiza) ni el objetivo era un secuestro. Acaso un reloj de la marca Richard Mille valorado en más de un millón de euros habría traído a una banda de cacos, que ahora mismo rastrea la Guardia Civil.

Comprensiblemente, la mención de Felipe Juan Froilán Marichalar en un hipotético caso de secuestro ha disparado todas las alarmas, pues desde hace décadas no se tienen noticias de intentos criminales contra un miembro de la familia del rey . Además, es público que Felipe Juan Froilán Marichalar no lleva escolta desde hace algún tiempo. Contaba con la protección de personal asignado a su madre, la infanta Elena, pero estos profesionales rehusaron acompañarlepor su intempestivo estilo de vida.

El rumor, disparado desde periódicos locales de la isla de Ibiza, se ha beneficiado de la verosimilitud que concede el estilo de vida de Felipe Juan Froilán Marichalar, aficionado a la música eléctrónica que domina la noche ibicenca y habitual de fiestas y discotecas en las que se baila este tipo de música. El nieto del rey emérito Juan Carlos habría viajado a la isla para asistir a una exclusiva fiesta en un conocido hotel, una actividad de ocio que sí suele llevar a cabo con sus amigos y amigas influencers. Precisamente debido a su intensa actividad nocturna (más bien en locales normales y corrientes que en hoteles de lujo), los escoltas asignados a su protección decidieron dejar de acompañarle.

Como decíamos, fue el personal de servicio del chalet el que detectó el intento de asalto de los criminales y avisó a la Guardia Civil, según los primeros relatos publicados en la prensa ibicenca. Situado en la exclusiva urbanización de Escuders, allí se habría alojado tanto Felipe Juan Froilán Marichalar como Aitor Gutiérrez, hijo del exfutbolista del Real Madrid Guti. De momento no se ha confirmado ni desmentido que el hijo de Guti y Arancha de Benito haya sido una de las víctimas del intento de robo por parte de delincuentes armados. Pero, sin duda, la viralización de este intento de secuestro ha debido suponer un shock para la infanta Elena y el resto de la familia del rey, pues han vivido con relativa tranquilidad durante las últimas décadas. No es, sin embargo, el único intento criminal que se ha dirigido contra la monarquía española.

Durante los años más duros de la lucha contra el terrorismo, la familia real española fue objetivo prioritario de la banda ETA, aunque rara vez trascendieron los intentos de secuestro y asesinato que llegaron más lejos en su intención de capturar a algún miembro de la familia Borbón. El periodista de Bilbao José María Porcell, mediador del gobierno español en su negociación de una tregua con la banda terrorista, sí desveló tres intentos criminales que los terroristas trataron de llevar a cabo justo después del asesinato de Luis Carrero Blanco, en 1973.

Los duques de Cádiz, Alfonso de Borbón y Carmen Martínez Bordiú, fueron objeto de un intento de secuestro durante una fiesta en el Sporting Club de Mónaco que fue desarticulada por la policía monegasca. Su propósito era intercambiar presos etarras por los dos aristócratas, que se libraron por los pelos.

Un intento de secuestro más serio fue el que afectó al rey Juan Carlos, entonces aún príncipe, vigilado de cerca por los etarras durante una regata en la Costa Azul. De hecho, habían alquilado hacía meses un chalet en esta exclusiva zona litoral donde habían instalado una especie de cárcel en la que lo mantendrían retenido.

Por suerte, una filtración de este plan llegó a la policía y pudieron avisar al personal de seguridad de joven príncipe, quien finalmente no participó en la competición. También su padre, don Juan, el conde de Barcelona, fue objetivo de ETA. De nuevo fue una filtración la que permitió a la policía sacarle a toda prisa del barco en el que navegaba para llevarlo a un avión que le condujo a Mallorca, donde se encontraba su hijo. Se escapó por minutos de un intento de secuestro o de asesinato desde un yate muy cercano a su embarcación.