Por qué huye de la reina Margarita de Dinamarca su hijo Joaquín: su futuro sin sueldo en Washington y la (humillante) venta de su casa en Copenhague

El comienzo del curso ha traído una nueva vida para el príncipe Joaquín de Dinamarca , de 54 años, sexto en la línea de sucesión al trono danés, y su familia. Tal y como se anunció en el mes de marzo, Joaquín y Marie se han instalado en la capital política de Estados Unidos para empezar iniciar un nuevo periodo.

El 1.º de septiembre el príncipe se ha hecho cargo de sus nuevas responsabilidades como agregado de Defensa en la embajada de Dinamarca. Un cambio radical, tras los tres años que la familia del hijo menor de la reina Margarita de Dinamarca pasó en París, también como agregado en la embajada danesa. Joaquín se ha instalado en Washington con su esposa y sus dos hijos, el príncipe Henrik de Monpézat de 13 años, y la condesa Athena, de 10. La labor del príncipe, según se anunció en Primavera, será reforzar las relaciones bilaterales con Estados Unidos y Canadá, en materia de defensa.

Joaquín aparecía feliz en la sesión de fotos organizada hace unos días en el inicio de su carrera en su nuevo puesto. Él mismo confesó a la cadena danesa TV2 que el cambio desde París ha sido duro y que vivir fuera de Europa ha supuesto un gran cambio al que la familia se está acostumbrando todavía. Sin embargo, para la princesa Marie , de 47 años, instalarse en Washington es reencontrar una parte de su vida, puesto que ya estudió en Boston Comercio Internacional y Arte en Nueva York en los años noventa. En la embajada francesa ejercía las funciones de representante cultural, pero no se sabe todavía si tendrá alguna actividad profesional en Washington.

Esta nueva etapa no ha estado exenta de dificultades. Los príncipes se vieron obligados a vender su residencia de Copenhague, lo que ahonda su separación con su país de origen. La venta de la villa Klampenborg, de 350 metros cuadrados y nueve habitaciones, se hizo, casi en secreto, en el mes de junio por casi seis millones de euros. Esta venta permitirá a la familia instalarse cómodamente en Washington, donde tienen previsto permanecer, al menos, tres años.

Pero la venta de la casa, el hogar familiar en el que nacieron los hijos pequeños de Joaquín, rompe uno más de los vínculos del príncipe con Dinamarca. Además, ahonda la separación familiar: no es lo mismo viajar a Copenhague desde París, que hacerlo desde Washington. La princesa Marie llevaba una pequeña agenda de compromisos reales en París, pero no se sabe si esto será posible desde Washington.

El anuncio del traslado de Joaquín y Marie se produjo tras la polémica surgida por la supresión, a partir del 1 de enero de 2023, de los títulos de príncipes a los cuatro hijos del hijo menor de la reina Margarita: tanto Nicolás, de 23, y Felix, de 20, nacidos de su primer matrimonio con la condesa Alexandra de Fredeiksborg, como los pequeños Henrik y Athena, nacidos de su segundo matrimonio con Marie Cavalier, solo pueden ya utilizar sus títulos de conde y condesa de Monpezat. Fue una decisión de la reina Margarita y causó un gran revuelo en la familia .

Tanto Joaquín como Marie se sintieron heridos por esta decisión de la reina. La propia princesa Marie declaró a la prensa que este movimiento había «hecho daño a sus hijos». «Estamos todos muy tristes», declaró por su parte el príncipe Joaquín, que revelaba que la decisión de la reina había llegado de forma brusca, sin posibilidad de alternativa, antes de ser anunciada públicamente.

La Casa Real aseguraba que la reina quiere dar forma a una monarquía «más moderna». Margarita pidió perdón por no haber sabido calibrar el efecto que su iniciativa tendría en sus nietos, pero la resolución estaba tomada. La reunión familiar organizada por la reina tras su operación de columna, a principios de año, en la que estaban presentes sus hijos y todos sus nietos, para celebrar su 83 cumpleaños, en el palacio de Amalienborg, hizo pensar en una gran reconciliación.

Pero la realidad es que Joaquín y Marie han dejado el país y, a pesar de lo que ha informado el Ministerio de Defensa, es difícil que tengan ningún tipo de actividad real. Pero mantener la agenda real es crucial para Joaquín y Marie porque supone conservar sus ingresos como miembros activos de la familia real, ya que Joaquín no cobrará por su puesto. El Parlamento danés ha decidido conservar de momento la subvención.

Joaquín y Marie dejaron Copenhague por Paris, hace cuatro años «porque no tuvieron más remedio», según aseguró en una entrevista la princesa Marie. A Joaquín le ha costado encontrar su sitio en la familia real. Parece que su decisión de volar a Estados Unidos, para cubrir un puesto relacionado con su formación internacional y militar, igual que en Paris, desde 2020, ha sido una manera de resolver estas dificultades, lejos de la familia.

Joaquín ha sido siempre uno de los miembros menos populares de la realeza danesa. En su país se le ha considerado un príncipe sin un propósito, que ha vivido a costa del erario público durante años. Para empeorar las cosas, la prensa internacional ha aireado una supuesta mala relación entre Marie y la princesa heredera Mary.