Hablamos con Robert Hardman, biógrafo de Carlos III, y es tajante con el futuro de la Corona británica: «Guillermo no quiere ser rey»

Robert Hardman es uno de los cronistas reales mejor informados del Reino Unido y también de los más rigurosos. Autor de libros como 'Monarchy: The Royal Family at Work' y 'Queen of Our Times' ('La familia real en el trabajo' y 'Reina de nuestro tiempo'), vuelve al primer plano por la nueva edición ampliada de su biografía del rey Carlos III. 'New King, New Court. Charles III, The Inside Story' (´Nuevo rey, nueva corte. Carlos III. La historia interna'), es un minucioso retrato del monarca inglés.

En nuestra entrevista telefónica abordamos los difíciles momentos que ha atravesado la monarquía británica desde la muerte de la reina Isabel II: de la enfermedad de Carlos III y Kate Middleton a las dificultades para enderezar la situación del príncipe Harry y Meghan Markle con respecto a la institución y a su familia. Empezamos nuestra charla hablando con el autor sobre el papel de los príncipes de Gales en la corona inglesa.

El rey Carlos III previsiblemente estará hasta el final de su vida en el trono, pero ¿quiere ser Guillermo rey? La respuesta es muy enfática: «Ahora mismo no. Tiene muchas cosas de las que preocuparse en este momento. Su mujer está enferma y tiene tres hijos. Quiere ser rey algún día, pero no precisamente ahora», nos dice el biógrafo real.

Una de las cuestiones que planteamos al periodista, una de las firmas más respetadas del periódico Daily Mail, es la gran diferencia entre cómo gestionaron la enfermedad el rey Carlos III y su nuera, la princesa de Gales, que fue objeto de todo tipo de especulaciones, algunas de ellas delirantes.

«Guillermo y Kate fueron muy criticados en las redes sociales. No por la manera en la que gestionaron la situación. Todas las críticas estaban relacionadas con los momentos previos a que la gente supiera lo que estaba pasando. Empezaron a decir cosas como que a Kate le habían hecho un mal corte de pelo y estaba esperando a que le creciera. Otros aseguraron que se había sometido a una operación estética que había salido mal. Las especulaciones fueron a más, eran cada vez más locas», nos cuenta.

«Es cierto que lo gestionaron de manera diferente. El rey fue de frente desde el principio, dijo que tenía cáncer. Hay que tener en cuenta que él es el Jefe del Estado y que es su trabajo. Ella no tenía porqué hacerlo. Es madre y su prioridad eran sus hijos. Por eso, una vez que ella desveló lo que sucedía la gente pudo entenderla», apostilla.

Un episodio que no ayudó a amainar las especulaciones fue la fotografía que Kate Middleton publicó altamente modificada con photoshop de una manera muy amateur y con notables errores. Incluso llegó a pedir disculpas por esta metedura de pata.

«En marzo llegó la fotografía que Guillermo había tomado con su móvil en la que aparecía Kate con sus hijos y que había sido editada. Cuando emergió esta situación mucha gente se enfadó y algunas agencias de noticias dijeron que no podían confiar más en sus fotografías. Había un estado febril y casi histérico de interés respecto a todo lo que tenía que ver con Kate. De repente se empezaron a decir muchas mentiras, que se había muerto o que había dejado el país», asegura Hardman.

Sin embargo, la opinión pública se quedó en shock cuando emergió la realidad, que la princesa de Gales padecía cáncer: «Cuando acabó el semestre escolar y sus hijos volvieron a casa fue cuando se hizo público un extraordinario vídeo en el que Kate dijo que tenía cáncer. Fue entonces cuando la gente cayó en la cuenta de que esa era la realidad y no lo que estaban especulando. A partir de ese momento se desvanecieron todas las teorías conspiratorias y se generó una corriente de empatía hacia ella», recuerda el periodista.

Una teoría que mantuvieron algunos medios de comunicación es que había cierta confrontación o competitividad entre Buckingham y Kensington, o lo que es lo mismo, Carlos III y los príncipes de Gales, algo que Robert Hardman desmiente categóricamente.

«Nunca ha habido una confrontación. Simplemente han hecho las cosas de manera diferente. Sus roles son muy distintos. El rey Carlos III tiene un rol mucho más formal y acepta que la gente quiera saber más de él, porque es el papel que le corresponde. No es el caso de Kate. Ella no tiene un papel constitucional, no tiene un papel oficial en el aparato del Estado como su suegro».

A propósito de la enorme presión mediática a la que ha estado sometida la princesa de Gales, antes y después del diagnóstico de su enfermedad, el periodista afirma: «Creo que mucha gente entiende que hay más presión en ella porque es una mujer joven y posiblemente la más famosa del mundo. El hecho de que ella tenga cáncer despierta muchas más cuestiones que un hombre de 76 años. Cuando eres un hombre mayor no parece importar tanto, pero si se trata de una mujer joven sí importa.

Otra de las cuestiones cruciales es la vuelta a la agenda pública de la nuera de Carlos III, que está siendo paulatina y circunscrita a acontecimientos de enorme relevancia: «Desde que enfermó, Kate se ha mostrado en público en pocas ocasiones. Una de ellas en la celebración del Día del Recuerdo porque era una ocasión muy importante para recordar a la gente que murió por nuestro país. También la veremos estas navidades porque organiza un concierto benéfico de villancicos cada año con el que está muy comprometida», nos comenta.

A propósito de la situación de los príncipes Guillermo y Harry, ahora mismo muy distanciados, y la responsabilidad que algunos depositan en Meghan Markle, afirma: «En las redes algunas personas acusan a Harry de la situación y otros a Meghan. Diría que las posturas están divididas y que están al 50 por ciento. Son cuestiones que polarizan mucho, hay gente muy pro-Meghan, otros muy pro-Harry, otros muy pro-Guillermo y otros muy pro-Kate», empieza explicando el autor.

«Hay gente que toma posturas muy extremas sobre este asunto. Creo que a la mayoría de la gente del Reino Unido le entristece que los Sussex se marcharan y las diferencias entre los hermanos. Considero que les encantaría que se produjera un acercamiento y volver a verlos juntos».