YA NO MOLAN Harry y Meghan Markle hacen el ridículo con la persecución de los paparazzi y la prensa americana hunde su reputación

Se ha desmotando las dramáticas acusaciones de los Sussex de haber sido perseguidos en Nueva York por los paparazzi, se cree que no se les invitó a la gala Met y la biógrafa de Harry, Angela Levin, los califica de «repugnantes».

Juanra López
Juanra López

Meghan y Harry de Sussex atraviesan su peor momento de popularidad. Pero no en Reino Unido, donde ya está más que defenestrados. Es en Estados Unidos donde la crisis que ha producido el incidente de la persecución de los paparazzi se está convirtiendo en un serio problema para sus intereses empresariales.

Los analistas de celebrites se han vuelto en su contra. De The New York Times a Page Six, los medios norteamericanos especializados en famosos ponen en duda su versión de los hechos. Tanto los periódicos más rigurosos como los sensacionalistas llegan a la msima conclusión: no fue para tanto. Toda la información que han recabado a lo alrgo del fin de semana deja en evidencia la tendencia del príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle a la sobreactuación. precisamente, lo que tanto les han criticado en el Reino Unido.

No han sido los primeros en plantear dudas sobre la pareja royal más polémica. ¿Profetisa o conocedora del paño? Más posiblemente lo segundo que lo primero. Angela Levin, autora del libro Harry: Conversations With The Prince, que vio la luz en 2018 se ha empleado a fondo en contra del duque de Sussex, pero sus diatribas tenían más que fundamento.

Por qué la biógrafa oficial de Harry está en su contra

En un artículo publicado por Tatler en 2020 se preguntaba: «¿Qué hará Harry cuando Meghan establezca su estatus de famosa? ¿Llevarle el bolso?». Días antes de la Coronación de Carlos III, en la cadena GB News, aseguraba que «está inventándose las cosas, está desesperados, busca titulares» y calificaba al matrimonio de «repugnantes».

Lady Collin Campbell, primera biógrafa de Diana de Gales , también declaraba recientemente a Mujerhoy que, pese a todo, el príncipe Carlos había invitado a Harry a su coronación porque quiere a su hijo. Pero subrayaba la inapropiada actitud de los Sussex y la envidia que Harry le tiene a su hermano Guillermo.

Harry y Meghan, la noche de la persecución. / getty

El último episodio que parece confirmar estas teorías es la supuesta persecución de los paparazzi en Nueva York. Contada con una retórica que parecía querer equipararse a la que vivió su madre, Diana de Gales, con su pareja Dodi Al-Fayed , cuando falleció en un fatídico accidente de tráfico en el Puente del Alma de París el 31 de agosto de 1997.

Inicialmente la noticia se hizo pública con la versión de los Sussex, pero apenas mediaron unas horas antes de que se desmoronase como un azucarillo. «Esta persecución incesante, que duró más de dos horas, provocó múltiples colisiones cercanas que involucraron a otros conductores en la carretera, peatones y dos oficiales de la policía de Nueva York», manifestó un portavoz de la pareja.

Harry, Meghan y la madre de esta, Doria Ragland , salieron del Ziegfeld Theatre de Nueva York, donde habían acudido para asistir a los Women of Vision Awards. Pero no estuvieron por la labor de posar para los fotógrafos que les esperaban fuera. Y lo que, según su punto de vista, se convirtió en una accidentada persecución fue en realidad un seguimiento de menos de una hora y no hubo ninguna llamada al teléfono de emergencia para avisar de ningún accidente.

Las pruebas que contradicen su versión

Fue tal el impacto que se produjo, que la propia policía de Nueva York emitió enseguida un comunicado para desmentirlo: «El duque y la duquesa de Sussex llegaron a su destino y no se informó de colisiones, citaciones, lesiones o arrestos al respecto».

En el New York Times contactaroncon varios paparazzi que señalaron que la actitud de los Sussex, al no entrar por la puerta principal para evitar las fotos, estaban dando más valor de mercado a una instantánea suya. En un photocall no hubiera superado, quizás, los 100 dólares.

Pero el testimonio más elocuente es el del taxista que les llevó a su destino. En declaraciones a The Washington Post aseguró que en ningún momento sintió que les persiguieran ni peligro, que Harry estaba grabando imágenes con su teléfono móvil y que Meghan y el príncipe «estaban callados y parecían asustados, pero esto es Nueva York».

Los Sussex, que están enfrentados en los tribunales con la prensa sensacionalista británica, no se quedaron parados ante este revés público y exigieron a la agencia de noticias Backgrid todas las fotos y vídeos que hubieran podido captar sus trabajadores.

Pero la respuesta al equipo legal de Harry y Meghan no pudo ser más contundente: «En Estados Unidos, como estoy seguro saben, la propiedad pertenece al dueño de la misma: los terceros no pueden simplemente exigir que se les entregue, como tal vez los reyes puedan hacer. Tal vez debería sentarse con su cliente y decirle que sus reglas inglesas de prerrogativa real para exigir que la ciudadanía entregue sus propiedades a la Corona fueron rechazadas por este país hace mucho tiempo. Apoyamos a nuestros padres fundadores».

Por qué les empiezan a odiar en Estados Unidos

El príncipe Harry y Meghan parecían haberse ganado el favor de la opinión pública estadounidense, en especial por su gran amistad con personalidades de la comunidad afroamericana con un enorme predicamento a nivel global. El primero, Tyler Perry, magnate del cine y el entretenimiento, les cedió una de sus mansiones en Los Ángeles cuando decidieron abandonar el Reino Unido y descolgarse de sus obligaciones en la familia real británica.

Allí estuvieron viviendo hasta que compraron su mansión en Montecito y en agradecimiento a su apoyo, le convirtieron en padrino de su hija Lilibet Diana. La segunda, Oprah Winfrey, es una de las periodistas con mayor predicamento en Estados Unidos y les sirvió en bandeja una entrevista que dio la vuelta al mundo en la que, acusaron, entre otras cosas, a la familia real británica de ser racista, pues les preocupaba el color de la piel de su hijo Archie, aunque nunca desvelaron quién les habría hecho esta pregunta.

Meghan Markle de verde. / gtres

En todo este tiempo, Harry ha convertido en un best seller su libro de memorias, Spare , en el que hacía un relato nada edificante de su familia. Algunos interpretaron como una maniobra para pedir más seguridad y protección y otros como una absoluta imprudencia que podía costarle muy caro.

Sea como fuere, la popularidad de los Sussex parece estar a la baja en los últimos meses después de serias meteduras de pata como el p osado que se hicieron en el Día del Armisticio, el 11 de noviembre de 2020, para contraprogramar a la familia real británica. Para esas fotos, un falso robado o un posado pactado, como prefieran, contrataron a un fotógrafo de moda, Lee Morgan, habitual de Vogue, o de firmas como Adidas.

El imperio de los Sussex

Durante estos tres años, los Sussex han firmado contratos millonarios, pero su imagen se ha deteriorado hasta tal punto que el príncipe Carlos y su equipo se plantearon muy mucho qué hacer con el matrimonio de cara a la Coronación.

Finalmente, a la Coronación acudió Harry , apartado completamente de los actos y como un espectador más, y Meghan esgrimió como excusa que debía celebrar el cumpleaños de Archie, su primogénito. Harry salió a toda prisa de la abadía de Westminster y se desplazó al aeropuerto para coger un vuelo de once horas con destino a Los Ángeles. Al parecer, para no perderse la celebración de los cuatro años de Archie , pero la cruda realidad es que no estaba invitado al balcón de Buckingham con el resto de su familia, porque había sido privado de cualquier rol institucional.

Kate Middleton, la más popular en Estados Unidos

En una encuesta publicada por Ipsos Mori días después de la publicación del libro de memorias de Harry, se estipulaba que en Estados Unidos l a más popular de los jóvenes Windsor era Kate Middleton, con un 47%, seguida por su marido, el príncipe Guillermo, con un 40% y Meghan con un 35%. Para ello preguntaron a 916 adultos entre los días 10 y 11 de enero, cuando la publicación de las memorias habían hecho ya un enorme daño reputacional a toda la familia.

Uno de los eventos en los que eran muy esperados era la MET Gala. Según algunas fuentes, no fueron invitados, mientras que otros mantienen que la cercanía de la coronación y los escándalos familiares sugerían que no era muy idóneo que se dejaran ver en la suntuosa fiesta en la que este año se homenajeaba a Karl Lagerfeld.