Pilar y Margarita (que hoy cumple 83 años) exhibieron un instinto de protección hacia la Corona y hacia su hermano que ayudó al rey emérito Juan Carlos I a consolidar la popularidad de la familia real en sus primeros años. Y lo hicieron por convencimiento, sin recibir retribución a cambio. Hermanas de don Juan Carlos y tías del rey Felipe VI, las Infantas son dos de los personajes más desconocidos de la familia real española. Una reciente biografía, «Pilar y Margarita», de la periodista Marina Pina trata de poner remedio a este desconocimiento.

Cada una a su estilo, Pilar con el desparpajo de una Borbón, Margarita con la discreción que caracterizó toda su vida –y la de su madre, María de las Mercedes, una Orléans–, apoyaron al rey emérito siempre que las necesitó. Ellas le han aconsejado y, a la inversa, doña Sofía, que siempre tuvo una cariñosa relación con ellas, las apoyó en sus momentos difíciles. Se dice que ambas ayudaron a su hermano en los peores momentos del «escándalo Corinna», especialmente la infanta Pilar, que fue su confidente desde la juventud y la que siempre se atrevió a decirle las cosas sin rodeos.

Las dos hermanas del rey juntas. / gtres

Su formación no fue especialmente buena, aunque tuvieron un buen aprendizaje de idiomas, que las dos hablaban con fluidez. Pero supieron encontrar la manera de servir a España, algo que su padre les había inculcado desde muy niñas. Doña Margarita estudió puericultura en Madrid, doña Pilar no terminó el bachillerato, aunque luego se formó como enfermera.

Ninguna de las dos recibió asignación alguna por su servicio a la Corona, a diferencia de las Infantas Elena y Cristina, más profesionales. Su forma de ser infantas desaparecerá con ellas. Su papel en la familia Borbón fue también decisivo, cuando Juan Carlos fue ingresado en un internado con tan solo diez años, cuando su hermano Alfonso falleció por un disparo accidental efectuado por el rey emérito, o cuando su madre se sumergió en la depresión, a causa de ese hecho. Margarita lo pasó especialmente mal porque era la confidente de Alfonso.

Ninguna de las hermanas del rey han cobrado nunca por sus labores de representación de la corona. / instagram

Si no hubiera existido la preferencia del varón en la sucesión de la Corona, doña María del Pilar Alfonsa Juana Victoria Luisa Ignacia de Todos los Santos –doña Pi, en la intimidad familiar– habría sido Reina, pero ella tuvo siempre claro que su papel era defender a don Juan Carlos. Pilar de Borbón siempre destacó por su sencillez y por la naturalidad con la que abordaba los temas por los que era preguntada por los periodistas.

Los españoles la recuerdan también con el delantal puesto en el Rastrillo de Nuevo Futuro, la ONG que creaba hogares para niños sin casa, desde hacía 50 años, una de sus grandes labores. Siempre le gustó hablar con la gente, entender sus necesidades y de qué manera concebían la monarquía. Pero también representó a España en ceremonias como el funeral de Lady Diana Spencer o la entronización de la reina Beatriz de Holanda. Ella y su marido jugaron un papel importante en la decisión de traer a España la colección Thyssen-Bonermiza.

La infanta doña Pilar con su hija Simoneta. / Instagram

Así ha sido la vida de la infanta doña Pilar

Doña Pilar había nacido en Cannes, Francia, en 1936 y, al igual que sus hermanos, se crio en Estoril, donde Don Juan, el padre del rey emérito, se exilió con su familia. Su puesta de largo en 1956, en Estoril, congregó a todas las familias importantes de la nobleza española, apoyo de Don Juan. Se dijo de casarla con el rey Balduino y con el príncipe Ataúlfo de Orleans.

Vino a España, por primera vez, con 21 años, cuando viajó a Sevilla para asistir al entierro de su abuela materna, doña Luisa de Orleans. Regresó a los 23 para acompañar al rey emérito que terminaba su formación en la Academia militar de Zaragoza. Antes de volver a Estoril pasó por Madrid, donde se entrevistó con el doctor Gregorio Marañón. Empezó a visitar España con regularidad, aunque aquí era prácticamente una desconocida, algo que fue duro para ella. Se diplomó como enfermera. Magnífica amazona, cuando los años la alejaron de las cuadras siguió vinculada a la hípica como presidenta de la Federación Ecuestre Internacional.

A los 31 años se casó con Luis Gómez-Acebo y Duque de Estrada, vizconde de la Torre, hijo del marqués de Deleitosa. Doña Pilar renuncio a sus derechos al trono, ya que su esposo no era miembro de la realeza. La ceremonia se celebró en el Monasterio de los Jerónimos de Belem, a la que acudieron miles de españoles. Don Juan le concedió el título de Duquesa de Badajoz. Tras el viaje de novios, la pareja se instaló en Madrid. Y doña Pilar empezó una intensiva labor benéfica: contra el cáncer, a beneficio de la tercera edad o de las víctimas de catástrofes.

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La Duquesa tuvo cinco hijos –Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando–. En 1991 perdió a su marido a causa de un cáncer linfático. Y en 2000 falleció doña María de las Mercedes y ella se convirtió en el alma de la familia. Siempre defendió a su sobrino el rey Felipe y a doña Letizia de las preguntas impertinentes o maliciosas. Del rey decía que «era un tío estupendo». De si misma afirmó que había tenido mucha suerte en la vida. Doña Pilar falleció el 8 de enero de 2020 a causa de un cáncer de colón del que ella, con su habitual naturalidad, habló abiertamente. Y fue un golpe importante para doña Margarita, muy afectada también por todos los escándalos suscitados por el rey emérito y por su ausencia. Al rey emérito le encantaba comer en su casa, algo que hacía con frecuencia.

La vida de la infanta Margarita

Margarita María Victoria Esperanza Jacoba Felicidad Perpetua de todos los Santos nació ciega, en 1939, en Roma, aunque sus padres no se dieron cuenta hasta un tiempo después. Pese a su ceguera, Margarita siempre ha sido una persona con gran afán de superación. Sus padres quisieron que se educara como el resto de sus hermanos. Habla a la perfección varios idiomas: italiano, francés, inglés y portugués y se defiende en árabe y búlgaro. Es además una gran amante de la música y una buena pianista y ha asistido a varios conciertos de música rock. En familia la llaman Margot.

Se casó con el médico Carlos Emilio Juan Zurita y Delgado, un pretendiente que, al principio, no agradó a don Juan Carlos, preocupado por proteger a su hermana. Pero la relación iba en serio y formaron un matrimonio muy unido, tras un noviazgo de dos años. El casamiento, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1972 y supuso también la pérdida de los derechos sucesorios para doña Margarita.

Imagen de la boda de la infanta Margarita. / instagram

Don Juan l es otorgó el ducado de Soria. La pareja tuvo dos hijos, Alfonso y María que recientemente les ha dado un nieto, Carlos, concebido mediante fertilización in vitro, una situación que tanto los reyes como sus padres han apoyado desde el principio. En verano a Doña Margarita le gusta pasar una larga temporada en Estoril, donde tiene tantos recuerdos de la infancia. Llegó allí con nueve años y vivió el exilio de sus padres en Villa Giralda. Es una persona sencilla que se ha ganado el afecto de los españoles por su discreción.