El rey Hussein de Jordania y la princesa Muna, durante su noviazgo. Pincha sobre la foto si quieres ver los mejores looks de su sucesora, la reina Rania. /
Aunque la familia real que ha monopolizado la crónica social del siglo XX y lo que llevamos del XXI son los Windsor, existe una 'royal family' aún más trepidante: la familia real de Jordania . Todo lo que rodea al rey Hussein , fallecido de cáncer linfático en 1999, es oro a efectos narrativos. De hecho, los matrimonios sucesivos de este Rey enamoradizo podrían inspirar una serie de Netflix que ya quisiera 'The Crown'.
El joven rey Hussein subió al trono con 17 años en 1953, después de presenciar el asesinato del rey Abdalá I, su abuelo, en 1951, y que su padre fuera depuesto después de un año de reinado por enfermedad mental (esquizofrenia). Más aún: el pequeño Hussein se salvo por los pelos, ya que una bala del terrorista impactó en su torso. Por suerte, llevaba tantas medallas en su uniforme que le sirvieron de armadura. Ver la muerte tan cerca con tan solo 15 años debió de marcarle, puede que incluso hacia el 'carpe diem' que demostró con su intensa, intensísima, vida sentimental. Le llamaron playboy y, quizá, se quedaron cortos.
En realidad, los primeros años de reinado del rey Hussein estuvieron cercados constantemente por la muerte. Conspiraciones, atentados e intentos de asesinato fueron una constante: solo en su primer año como rey sufrió 12 intentos de asesinato. En una ocasión sustituyeron el contenido de su spray nasal por ácido. En otra, descubrieron que su cocinera trataba de envenenarle al encontrar varios gatos muertos en los alrededores de palacio.
Una primera medida de contención fue casarlo, en un intento de dotar de una imagen consolidada al joven rey. En cuanto cumplió 19 años se acordó su boda con una prima tercera, la egipcia Sharifa Dina bint Abdul-Hamid, la princesa Dina, de 26 años. Licenciada en Literatura por Cambridge, enseguida le dio su primera hija al Rey, la princesa Alia, pero eso no impidió que Hussein pidiera el divorcio, aprovechando un viaje de ella a El Cairo para ver a su familia. El rey Hussein quería romance, pasión, diversión.
Lo cierto es que el joven rey Hussein jamás había sido un joven apocado, al contrario: acostumbrado a hacer de intérprete con su abuelo, el rey Abdalá I, sabía de sofisticaciones, negociaciones y poder de persuasión. Era amante de la velocidad y de los coches, no solo como coleccionista de modelos clásicos sino como corredor. Experto tirador, también podía pilotar su propio jet privado o incluso un avión de carga. Su estatura podría ser corta, pero sus ganas de acción superaban todos los límites: hasta hacía esquí acuático como si fuera un surfero de California.
Cuando, tras cinco años de soltería, decidió casarse con una joven británica de solo 18 años nadie se atrevió a contradecirle, aunque su madre, la reina Zein, temió por su vida. Fue un escándalo en la conservadora sociedad jordana, donde el matrimonio fuera de la fe musulmana era inconstitucional. Se llamaba Toni, pero Hussein la rebautizó Muna, que significa «lo que desea el rey».
El rey Hussein de Jordania en su juventud, haciendo esquí acuático. /
En esta primera década de reinado, el rey Hussein, el rey más joven del mundo, tuvo que enfrentarse a una intensa campaña de desprestigio que, es innegable, tenía ciertos visos de realidad. No sentó bien que abandonara a la princesa Dina, una intelectual y activista política sobresaliente, por una guapa y joven británica sin formación. El joven Rey quiso ejercer su autoridad sobre una mujer con demasiado carácter, estudios universitarios y posición política, pero no pudo. Buscaba una esposa sumisa y la encontró en Toni.
Durante los diez años de matrimonio con Antonia, bautizada al Islam como princesa Muna, la diplomacia internacional y los periodistas continuaron etiquetando al rey Hussein de Jordania como playboy, a pesar de tener cuatro hijos con Muna. Así figura, como un playboy, en los perfiles biográficos publicados en la prensa internacional, y aunque no existe ninguna referencia a affaires extramatrimoniales gracias al control de la censura, sí se habla de la intensidad de su mirada cuando se cruza con según qué bellezas.
Tras el divorcio, el rey Hussein solo estuvo un año soltero: a los 37 años se casó por tercera vez con la primera de sus esposas que fue nombrada, efectivamente, Reina de Jordania: Alia Bahauddin Toukan, la hija del primer embajador jordano en Naciones Unidas. De hecho, se rumoreó en su momento que el monarca se divorció de la princesa Muna para casarse con Alia, que entonces solo tenía 24 años y había cautivado por completo al Rey.
La diplomacia palaciega logró que el romance se mantuviera bajo cuerda durante un año, de manera que la tercera boda del Rey sucediera sin polémicas. El perfil de la reina Alia ayudaba: había estudiado en el extranjero (Reino Unido y Estados Unidos) y tenía una inclinación política de lo más conveniente para la tarea modernizadora de Hussein. En 1974, colaboró para que se aprobara la ley que permitía votar a las mujeres jordanas. Desafortunadamente falleció en 1977 en un accidente de helicóptero, con lo que el Rey playboy volvió a la soltería y al peligro.
Si a alguien le quedaba duda sobre la capacidad enamoradiza del rey Hussein, quedó despejada con su cuarto romance oficial. El mismo año en que falleció la reina Alia conoció a la que sería su cuarta esposa, la reina Noor. No hubo apenas tiempo para duelo cuando, en una visita de su padre, un ejecutivo estadounidense que iba a encargarse de crear la línea aérea jordana, sintió el flechazo. Elizabeth (Lisa) Halabi, de ascendencia sirio-libanesa y madre sueca, una rubia guapísima que formaba parte de la primera promoción de mujeres arquitectas licenciadas en Princeton, tenía solo 26 años cuando cruzó su mirada con Hussein. Tras un par de reuniones de trabajo, él le propuso una audiencia en palacio con la excusa de una posible reforma.
En la autobiografía de la reina Noor se cuenta que llegó a las 12.30 del mediodía y salió a las 19.30. Las semanas siguientes cenaron todos los días. « Escapábamos en moto para lograr cierta intimidad en nuestras citas y poder ser nosotros mismos», contó Noor años después. «Por supuesto, siempre nos seguían sus guardaespaldas». El enamoramiento fue tal, que ambos pensaron que estaban destinados. «Ella estaba totalmente entregada y él la adoraba», contó Alexa Halaby, hermana de la futura reina. Tras un año de noviazgo, se casaron en 1978. Él tenía 46 años y ocho hijos. Tendría cuatro más, pero este matrimonio sería el definitivo.