tras la muerte de grace kelly

La curiosa conexión de Ira von Fürstenberg con Rainiero de Mónaco: ¿novios, amigos o amantes?

La reciente fallecida Ira de Furstenberg vivió múltiples vidas y consiguió muchos titulares en la prensa rosa sobre sus posibles romances. Incluso con el propio príncipe Rainiero de Mónaco.

Ira von Fürstenberg y Carolina de Mónaco, juntas en un desfile de Chanel en los años 70. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Si algo distinguió a la princesa Ira de Furstenberg , fallecida a los 83 años este mes de febrero, fue su capacidad para vivir varias vidas. Encarnó a la joven princesa recién casada, a los 15 años, con Alfonso de Hohenlohe . Fue la madre que abandona a sus hijos para casarse con el gran playboy de los años sesenta, Baby Pignatari, fue musa del cine italiano y francés, modelo, coleccionista y escultora de piezas únicas. Y acaparó los titulares de la prensa «people» con supuestos romances o matrimonios, aunque ella siempre aseguró que ni casarse, ni ser madre iban con su personalidad.

«Soy de otra época», aseguraba. La del esplendor de las grandes familias aristocráticas europeas, con las que estaba emparentada y cuyos herederos nutrían su exquisita agenda de contactos. Entre ellos el príncipe Rainiero , al que acompañó tras la muerte de Grace Kelly , y su hijo Alberto, al que visitaba con frecuencia en los años 2000. Se anunció incluso que iba a casarse con Rainiero, pero ambos lo negaron rotundamente.

Tras dejar su carrera cinematográfica, a principios de los años ochenta, Ira se mudó a Londres donde abrió una tienda de antigüedades. Fue en esa época, en la que surgieron los rumores sobre algo más que una relación de amistad con Rainiero de Mónaco. Grace murió en septiembre de 1982. Rainiero tenía entonces 59 años e Ira 47. Ira y Rainiero eran primos lejanos y, según admitieron, grandes amigos, pero en 1987, la oficina del Príncipe emitió un comunicado negando los rumores de que él y la Princesa Ira estuvieran a punto de casarse.

«Desde hace unos días, los medios de comunicación anuncian el nuevo matrimonio del príncipe Rainiero de Mónaco. Esta información es completamente falsa y sin fundamento», aseguraba el despacho de Palacio. Fue el hijo mayor de Ira, Cristoff, quién filtró la supuesta noticia al Daily Mail, asegurando que la boda tendría lugar «antes de finalizar el año».

El diario «France Soir», por su parte, llegó a publicar que Carolina, hija mayor de Rainiero, se oponía totalmente al matrimonio, pero que finalmente había cambiado de opinión. El desmentido de Mónaco aseguraba que «la princesa y el príncipe son primos lejanos». Ira frecuentaba la Costa Azul, en sus numerosos viajes y compromisos sociales. Rainiero la invitó por cortesía al Baile de la Cruz Roja , en 1985, y ella, vestida con un traje de noche azul Klein y su famoso peinado «bouffant», ocupó su lugar junto a él en la mesa presidencial.

A partir de entonces, la princesa apareció en varios eventos sociales con Rainiero. El desmentido de Palacio, muy inusual, llegó cuando los rumores se hicieron demasiado persistentes. Otras fuentes, como el exmarido de Ira, Alfonso de Hohenlohe , aseguraron que Rainiero había hecho una propuesta a Ira, pero que esta la había rechazado. Sin embargo, la propia Ira salió al paso asegurando que se trataba de una información «falsa y arbitraria».

La princesa Ira von Furstenberg era hija del príncipe Tossilo von Furstenberg y de Clara Agnelli, hermana de Gianni Agnelli, el presidente y heredero de Fiat. Su amistad con Rainiero se inició a finales de los años setenta, durante unas vacaciones de Ira en un balneario de Montecarlo, y se prolongó con el príncipe Alberto y su esposa, Charlène Wisttock . Fue precisamente en casa de Ira, en Montecarlo, donde Alberto hizo una de sus primeras apariciones junto a Charlène.

La familia real monegasca ayudó a también a Ira a promocionar sus colecciones de objetos escultóricos con piedras preciosas, a los que se dedicó en la última parte de su vida. Durante los años noventa visitó con frecuencia Mónaco para presentar sus esculturas. Ira se movía en todos los círculos de la alta sociedad y conocía a todas las personas adecuadas. Nunca necesitó casarse por dinero –ni por un título–, ya que era rica por derecho propio, gracias a la herencia Agnelli de su madre, y noble por herencia paterna. Viajaba también al Principado para presentar su fundación, Children of Africa, y recabar fondos. Una de estas cenas tuvo lugar en 2011 y asistió la princesa Charlène.

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