Los amores de Irene de Grecia, la hermana de la reina Sofía que nunca se casó: (supuesta) atracción por el rey Juan Carlos, una relación con un exsacerdote y su idilio fallido con el príncipe Miguel de Orléans

¿Tuvo la princesa Irene, hermana de la reina Sofía, un amor que fracasó? Parece que, al menos tuvo dos relaciones que podían haber terminado en matrimonio, pero no cuajaron. Todos son rumores al respecto. Irene nunca ha hablado de este tema, por la discreción que la caracteriza. Repasamos algunas de estas historias.

Irene de Grecia con su hermano Constantino. / Gtres.

Elena Castelló
Elena Castelló

Hubo un tiempo en que la princesa Irene de Grecia, hermana de la reina Sofía , también lucía tiaras, vaporosos vestidos de noche y peinados estilo «bouffant», de moda entonces. Era la segunda en la línea de sucesión al trono, antes de que su hermano Constantino se casara. Su hermana Sofía, de la que había sido dama de honor, se había casado con el rey Juan Carlos , en 1962, y había renunciado a su posición en la línea de sucesión. Su actividad pública aumentó, lo que significó dejar a un lado sus conciertos de piano –era una gran pianista– y preocuparse de sus vestidos y sus joyas. Tras morir su padre, el rey Pablo, Constantino fue proclamado rey, el 6 de marzo de 1964. En su boda, celebrada pocos meses después, actuó también como dama de honor de la novia, Ana María de Dinamarca.

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Los compromisos disminuyeron tras nacer la primera hija de Constantino, Alexía, el 10 de julio de 1965. Irene lo sintió como un alivio. Aún así, en aquellos años, brilló con especial fuerza en las bodas de la realeza europea, como la de Alexandra de Grecia con Angus Ogilvy . En la cena de gala celebrada en el castillo de Windsor, la noche anterior, llamó la atención con un diseño de Jean Desses, el mismo modisto que había vestido, un año antes, a las damas de honor de su hermana Sofía. Era de color amarillo y llevaba plumas y mangas de tul. Destacó también en sus actos oficiales por sus trajes sastre monocolor con cuello redondo y sombrero casquete, a lo Jackie Kennedy, adornándose con broches de oro o collares de perlas.

Morena, delgada, de estatura no muy alta y de rasgos angulosos, Irene ocupó, como cualquier joven princesa europea, un lugar en la lista de jóvenes casaderas. Y no le faltaron pretendientes, ni entonces ni a lo largo de los años, aunque la hermana de la Reina Sofía siempre se ha destacado por su extrema discreción al hablar de este aspecto de su vida. Ella ha reconoció que alguno hubo en la biografía «La princesa rebelde», de Eva Celada, pero poco más añadió. Eso sí, Irene ha bromeado a menudo sobre este tema. «Es imposible vivir conmigo», ha dicho.

Vídeo. Quiénes son las amigas más cercanas de la reina Sofía / mujerhoy

Parece ser que la primera vez que se enamoró, a principios de los años sesenta, con apenas veinte años, lo hizo de su primo, Mauricio de Hesse, hijo de Felipe de Hesse-Kassel y de la desgraciada princesa Mafalda de Saboya , que murió en el campo de concentración de Buchenwald. Mauricio se hizo conocido por su afición a coleccionar arte. Murió en 2013. A pesar de las expectativas de Irene, Mauricio se casó con la princesa Tatiana de Sayn-Wittgenstein-Berleburg. Su boda tuvo lugar en el verano de 1964, en Giessen, Alemania, pero el matrimonio terminó en divorcio en 1974. Tuvieron cuatro hijos: Mafalda, Enrique Donato, Elena Isabel y Felipe Robin.

Hay quien dice que sintió cierta atracción por su futuro cuñado, el rey Juan Carlos, que supuestamente se fijó en ella antes que en Sofía. Pero, más que una realidad, parece un rumor algo extravagante del que no hay rastro en ninguna crónica de la época. Con quien sí parece que hubo una relación, aunque no llegó a buen puerto, fue con el príncipe Miguel de Orléans, conde de Évreux, hijo del pretendiente al trono de Francia Enrique de Orléans, conde de París. Lo contó la que se convirtió en su esposa en 1967, un 18 de noviembre, en Casablanca, Béatrice Marie Pasquier de Franclieu, más conocida en España como Béatrice de Orléans, relaciones públicas y consejera de Dior. Ella y el conde de Évreux se conocieron cuando él salía con Irene y él se sintió atraído por la noble francesa. Su matrimonio no fue fácil, porque se casaron sin el consentimiento del padre de él. La relación duró treinta años y tuvieron cuatro hijos (Clotilde, Adelaide, Charles-Philippe y François), pero finalmente se separaron, aunque el divorcio solo llegó cuando él se casó, en segundas nupcias, con la diseñadora de joyas Bárbara de Posch Pastor, hija de la aristócrata española Silvia de Rivas de Castillejas de Guzmán, hace cinco años.

Gtres.

¿Por qué no salieron adelante estos noviazgos? Parece que la reina Federica nunca terminaba de aprobar a los pretendientes de su hija pequeña. Al casarse con un futuro rey, Sofía había puesto el listón muy alto y Federica deseaba que Irene entroncara también con una casa real reinante. Se dice que Irene llegó a estar muy enamorada, de alguno de sus pretendientes, pero que su madre prohibió la relación, porque el joven en cuestión no estaba a la altura. ¿O quizá era Irene una compañía imprescindible para su madre, viuda? También se habló de Harald de Noruega, que iba a ser rey. Primero cortejó a su hermana Sofía y, luego, lo habría hecho con Irene. Pero Harald ya estaba firmemente comprometido con la noruega Sonja Haraldsen, la primera plebeya que accedió a un trono europeo. Tras una tirante negociación con su padre, el rey Olav V, en la que Harald amenazó con renunciar al trono, la pareja se casó el 28 de agosto de 1968.

D.R

Años más tarde, se habló de una relación con el ex-sacerdote, escritor e intelectual Jesús Aguirre, en la época en la que fue director general de Música, en 1977. Él era homosexual, según el escritor Manuel Vicent, pero se dice que la sometió a un intenso cortejo: es escribían y acudían juntos a conciertos. Hasta que el rey Juan Carlos, bien por iniciativa propia, bien por indicación de Irene, le advirtió de que debía dejar la relación: «Irene es un jardín prohibido para ti», cuentan que le dijo. Muy poco después, Jesús Aguirre se casó con Cayetana Alba, tras cuatro meses de relación, el 1 de marzo de 1978. También se dice que entre sus pretendientes estuvieron Gonzalo de Borbón, hermano del Duque de Cádiz, padre de Luis Alfonso de Borbón , y primo de don Juan Carlos. Y, más recientemente, el embajador alemán en España, a finales de los ochenta y principios de los noventa, Guido Brunner, pero parece que tampoco llegó a cuajar.

Irene cambió su estilo a finales de los años sesenta, cuando viajó, en 1969, a la India con su madre y sufrió una total transformación personal tras enfrentarse a la pobreza que vio allí. Vivió en el país hasta 1974, y se habituó a utilizar saris, chaquetas de cuello recto y pantalones anchos y prescindió totalmente de las grandes joyas y de los peinados de peluquería. Fue un cambio paulatino, porque entremedias, en sus estancias en España, pudimos verla con favorecedores moños bajos, conjuntos floreados y algunos aderezos de oro y perlas. Hoy, vive en España, siempre cerca de su hermana y centrada en la vida familiar. Su austeridad no le impide asistir a todos los acontecimientos familiares, como la boda de su sobrino Philippos con la heredera Nina Flohr.