A Isabel Preysler también la engañó el amor de su vida: las lecciones en infidelidad que Tamara Falcó ha aprendido de su madre

Tamara Falcó supera la traición arropada por sus seres queridos y con su madre, Isabel Preysler, en primera línea. La marquesa de Griñón se enfrenta a días cargados de altibajos por la decepción que supone la infidelidad viral de su ex pareja Íñigo Onieva, tras su anuncio de compromiso.

La noticia es desgarradora, pero la ganadora de MasterChef Celebrity tiene el mejor ejemplo de cómo sortearla: a la que ella llama «mami», la ex mujer de Julio Iglesias, de la que ha heredado el sentido del glamour y la clase. ¿La prueba? El look de la venganza de Tamara Falcó formado por un traje negro que llevó anoche en su primer evento público después de el escándalo mediático.

Hasta 3.000 amantes se le atribuyen a Julio Iglesias. La periodista Pilar Eyre, quien escribió un libro inspirado en la pareja, confirmó que él había estado con otras mujeres desde el primer día. Lo dijo la propia Tamara Falcó, quien sufre en menor escala ese mismo sufrimiento: «Tío Julio le puso los cuernos y por eso mami le tuvo que abandonar». Esas palabras que soltó con toda naturalidad en una entrevista con Bertín Osborne y vuelven a ella.

Tamara Falcó se encontraba en condiciones completamente distintas a su madre. En apenas unos días ha pasado del noviazgo, al compromiso y a la ruptura. Todo por un vídeo en el que su ex pareja aparece besándose con otra chica, entre bailes.

Su madre lo sufrió de otra manera, en la era más analógica. En 1971 se casó con Julio Iglesias, después de la insistencia de él, y se divorció siete años después. Con el tiempo, Preysler confesó que lo hizo entre lágrimas, que la llamaron la novia más triste, como si aquello fuera una premonición de lo que vendría. Precisamente igual que su hija, a la que le habían asaltado anteriormente los rumores de infidelidad, que ella acallaba tajante y con una sonrisa.

El detonante de la madre de Tamara Falcó aparece en el libro Julio. La biografía, de Óscar García Blesa. Ella no dudaba del amor del cantante, tampoco dudaba de su espíritu seductor y de su alergia al compromiso. Él jugaba a ocultarle las aventuras y se justificaba con que era «un motivo genético heredado de su padre», el doctor Iglesias Puga.

A Isabel Preysler la hizo decidirse eso y lo que se decía sobre un posible romance del cantante con la argentina Graciela Alfonso. Llegó a su límite sin perder los nervios. Fue en el aeropuerto. Era una de las pocas mujeres de la sala, que esperaba junto a la zona de recogida de equipajes.

«¡Isabelita!», le gritó él. Isabel Preysler le respondió con lentitud. «Julio, tú tuviste que pedirme muchas veces que nos casáramos, pero yo te voy a decir una sola vez que nos separamos», tal y como cuentan en Julio. La biografía. Con el tiempo, él logró un romance a la altura de sus expectativas. Se casó con Miranda Rijnsburger, una mujer que toleraba las muchísimas mujeres que pasaban por sus sábanas.

La aristócrata filipina también encontró a alguien con quien encajaba. Se enamoró de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, y el hombre que se queda en el sofá leyendo mientras su pareja y Tamara Falcó desfilan por las tiendas de lujo de ciudades como Nueva York, tal y como podíamos ver en el reality La marquesa. Un escritor tranquilo, que en los episodios de la serie solo se enciende por un motivo: la alegría de hablar de Ulises, la novela de James Joyce.