Que tome nota Iñaki Urdangarin: así ha sido la vida de Jaime de Marichalar desde que se divorció de la infanta Elena

Con su matrimonio con la infanta Cristina finiquitado Iñaki Urdangarin tiene un ejemplo en el que mirarse: Jaime de Marichalar.

La infanta Elena y Jaime de Marichalar, cuando aún estaban casados, junto a la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, cuando eran los duques de Palma. / getty images

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Jaime de Marichalar y la infanta Elena (fruto de su matrimonio nacería Victoria Federica y Froilán) se casaron en Sevilla el 18 de marzo de 1995 y el 13 de noviembre de 2007 un portavoz de la Casa Real comunicó a los medios el histórico «cese temporal de la convivencia» que hoy sería carne de meme. Finalmente Jaime de Marichalar y la infanta Elena rubricarían en 2009 el primer divorcio de la casa real española. Ellos fueron los pioneros y todas las apuestas apuntan que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin van a seguir el mismo camino: cuando el escándalo por la infidelidad del ex duque de Palma amaine seguramente el ex cuñado de la reina Letizia también firmará los papeles del divorcio. ¿Pero qué va a suponer para Iñaki Urdangarin ser el ex de una infanta de España? Más vale que tome nota de todo lo que le espera: Jaime de Marichalar ya ha pasado por ello.

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Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarin: el mismo final

El próximo 7 de abril cumplirá 59 años el yerno al que el rey Juan Carlos I nunca apreció hasta que dejó de ser su yerno (todo lo contrario a lo que le ha sucedido con Iñaki Urdangarin, con el que se llevaba fenomenal hasta que se ha enterado de lo que ha pasado con su hija y ahora no puede ni oír hablar de él). Y eso que como afirma Pilar Eyre el emérito tenía bastantes ganas de que la primogénita de la familia se casase. La periodista afirma que una ocasión se le oyó decirle a la reina Sofía: «Oye, ¿por qué no la vistes de otra manera? ¡No la vamos a casar nunca!».

A la infanta Elena no le hizo falta cambiar de look para conseguir pareja. En el momento en el que comenzó su breve y fugaz romance con Jaime de Marichalar su corazón, al parecer, estaba aún dolido por una anterior ruptura sentimental: la protagonizada por el jinete Luis Astolfi. Al contrario de lo que sucedió con la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, donde la hija de los eméritos vivió un flechazo en toda regla, en la pareja formada por Elena y Jaime de Marichalar él fue siempre el motor del romance. Jaime de Marichalar supo aprovechar la oportunidad del corazón roto de Elena e intentó seducir a la hija de los reyes con la técnica de pedirle salir tantas veces que al final no le quedó más remedio que dejarse querer.

El día que la pareja anunció su compromiso en 1994 nadie se lo esperaba y las declaraciones fueron un fiel reflejo de lo que vendría después. El escueto «es cariñoso y tenaz; no ha parado hasta convencerme» que pronunció la infanta aquel día en la Zarzuela no auguraba una relación amorosa muy intensa y realmente no lo fue.

Con el divorcio llegó el gran revés en la prensa

El matrimonio no es sencillo por muy royal que se sea y este fue un claro ejemplo. A Marichalar, como a Urdangarin en su día, se le piropeó desde los medios y se le consideraba el artífice del cambio de imagen (para mejor) de la infanta Elena. Pero fuera del interés común por desfilar lo más elegantes posibles en bodas y saraos, poco más unía a la pareja. Por un tiempo permanecieron unidos por sus dos hijos, pero para cuando Jaime de Marichalar sufrió dos ictus en 2001 la relación ya no daba más de sí.

Cuentan los mentideros de la casa real que la infanta ya había intentado divorciarse antes de que Marichalar cayera enfermo, pero la oposición de los reyes a un divorcio en la familia fue frontal. Cuando la pareja regresó a España tras pasar un tiempo en Nueva York intentando que Jaime de Marichalar recuperara en vano su salud, el matrimonio ya estaba muerto. En 2017 se hizo oficial que ya no vivían juntos.

La infanta Elena «huyó» a la finca de su amiga íntima Rita Allendesalazar con sus dos hijos y Jaime de Marichalar tuvo que manejar en solitario el episodio más polémico de su divorcio: la portada de la revista Época en 2018 en la que se afirmaba que Jaime de Marichalar consumía cocaína. Se había abierto la veda. Que tome nota Iñaki Urdangarín del posible efecto colateral de su futuro divorcio: se acabaron las contemplaciones con su vida privada en la prensa.

La famosa historia de Época se quedó para siempre en el inconsciente colectivo porque daba respuesta a la gran pregunta: ¿cómo pudo el duque de Lugo sufrir dos ictus a los 38 años? El nombre de Jaime de Marichalar quedó para siempre asociado a esta historia por mucho que el ex marido de la infanta Elena llevara a los periodistas responsables de ella ante los tribunales.

Que la infanta Elena jamás no acudiera en su ayuda para desmentir las afirmaciones de Época en las que se afirmaba que pedía la nulidad eclesiástica por «consumo ocasional de cocaína» no ayudó al ex duque de Lugo. Un nuevo apunte que debería tener en cuenta Iñaki Urdangarin: que nunca más busque ayuda de su ex. Y también que tenga en cuenta que sus papeles de divocio serán top secret: los firmados el 15 de diciembre de 2009 por la infanta Elena y Marichalar se guardan en la caja de seguridad del juzgado para evitar nuevas y dolorosas exclusivas.

Cómo ha sido la vida de Jaime de Marichalar desde el divorcio

La relación entre Jaime de Marichalar y su ex mujer es nula. Y todo hace prever que la de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina también lo será ya que él permanece en España afianzando su nuevo romance y la infanta se ha retirado a Ginebra. Curiosamente, con quien sí se lleva mejor Jaime de Marichalar tras el divorcio es con sus suegros a los que sigue mostrando una fidelidad a prueba de bombas (con encendidas cartas de apoyo al rey en su «exilio» en los medios incluidas).

La familia Marichalar han sido desde siempre fervientes monárquicos y aunque el rey Juan Carlos le tenía cierta tirria a su yerno porque era incapaz de tratarle de tú a tú (como sí hacía Iñaki Urdangarín) ahora las tornas han cambiado. Muestra de ello es que mientras que de uno no quiere ni oír hablar a otro sí le tiene en cuenta. Fue el propio emérito quien invitó a Marichalar al cumpleaños en Zarzuela de Froilán cuando cumplió la mayoría de edad, Y puede ser que sea el propio emérito el responsable de que en 2020 Jaime de Marichalar aún conservara su puesto en el Consejero de Administración de la Sociedad General Inmobiliaria de España que dirige un amigo íntimo del rey Juan Carlos.

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Así como Iñaki Urdangarin está intentando empezar de cero su vida acercándose de nuevo al mundo del deporte y a sus excompañeros del Barça, Jaime de Marichalar también inició una senda laboral nueva tras el divorcio gracias a un amigo: pero en su caso era el multimillonario Bernard Arnault, presidente del conglomerado del lujo LVMH. Eso sí ambos han perdido con su separación sus títulos nobiliarios, la escolta oficial y la oportunidad de ser anónimos y de poder opinar de la familia real. ¿Optará Iñaki Urdangarin por la discreción de Marichalar o nos dará una sorpresa? Al tiempo.

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