La colección de joyas de Carolina de Mónaco es una de las más conocidas de Europa. Procede de su madre, la princesa Gracia de Mónaco y del joyero de su abuela Carlota . Pero, además, se enriqueció con las aportaciones del joyero de los Hannover, tras su matrimonio con el príncipe Ernesto de Hannover , y de regalos de algunos amigos. De hecho, Carolina heredó numerosas joyas directamente de su abuela Carlota porque ésta no quiso que pasaran a la princesa Grace, a la que no apreciaba.
Esta es una de las razones de que Charlène de Mónaco no lleve nunca joyas históricas . Bien al contrario, está formando, desde su matrimonio, un joyero propio con algunas aportaciones espectaculares como el collar-tiara Ocean, de Van Cleef et Arpels, que representa las olas y la espuma del mar, en homenaje a su pasado como nadadora. Fue un regalo del príncipe Alberto por su boda y está formada por 850 diamantes y 359 zafiros. La otra pieza especial es la tiara Baumer, con forma de «aigrette» que simula también motivos marinos.
Carolina de Mónaco fue una gran aficionada a la alta bisutería, tan de moda en los años ochenta y noventa, especialmente a la diseñada por Chanel. Lucía con frecuencia sus perlas y cadenas y grandes pendientes, que han vuelto a ponerse de moda. Sin embargo, la princesa ha sabido también lucir las fabulosas piezas históricas de su joyero. La colección de joyas de Carolina es espléndida, aunque, en los últimos años, ha optado casi siempre por las tiaras de Hannover.
Fue en la boda de Federico y Mary de Dinamarca, en mayo de 2004, cuando lució dos de ellas por primera vez: la tiara floral y la Brunswick. Repasamos algunas de las piezas más bellas y cotizadas del «trousseau» de la princesa Carolina de Mónaco.
Este fabuloso collar está compuesto por siete grandes zafiros engastados en diamantes cuadrados individuales y unidos por diamantes baguette. El diseño es muy de los años 1970, aunque no se sabe quién lo hizo y quién adquirió la pieza. Carolina lo ha usado con bastante frecuencia, también como diadema, en el baile de bodas de Alberto y Charlène .
Este collar diseñado a modo de flecos de diamantes data muy probablemente del siglo XIX. Podría ser una tiara utilizada por su abuela, la princesa Carlota, duquesa de Velentinois. La última aparición pública de Carolina con el collar fue en el Baile de la Rosa de Mónaco en 2015. También se puede utilizar como tiara.
Es una joya histórica, que Carolina ha lucido en múltiples ocasiones. La tiara perteneció a la princesa Carlota y Gracia nunca pudo usarla. Es obra de Cartier y está engastada en platino y oro blanco, con perlas colgantes en forma de pera. Tras su matrimonio con Ernesto de Hannover la ha dejado un poco de lado. Opta siempre por las tiaras Hannover.
Este fabuloso collar de perlas perteneció a la colección privada de Grace Kelly. La princesa posee uno de los collares de perlas más espectaculares que existen. Son tres hilos de perlas cultivadas, adornado con diamantes talla «baguette», de la joyería francesa Van Cleef & Arpels. Un regalo que el príncipe Rainiero le hizo a su esposa poco antes de su boda, en 1956. La maravillosa pieza tiene tres vueltas de perlas cultivadas y está adornado con diamantes en talla baguette y brillante.
Esta es una de las piezas más conocidas del joyero de Grace de Mónaco. Está formado por diamantes en talla baguette y redonda, montados en platino y dispuestos en tres vueltas. Fue un regalo a Grace del Consejo Nacional de Mónaco. Carlota Casiraghi lo lució en su fiesta de compromiso con Dimitri Rassam.
Ernesto Hannover es el actual jefe de la familia Hannover, y tras su matrimonio, Carolina de Mónaco amplió su colección de joyas. Una de las más importantes es la denominada Brunswick, elaborada con diamantes de distintos tamaños. Uno de los grandes está colocado en el centro.
Su origen se remonta a la emperatriz Josefina, esposa de Napoleón Bonaparte, pero en 1913 la joya pasó a manos de Hermann Jürgens, el joyero alemán que la reparó y la dejó en óptimas condiciones para que la luciera la princesa Victoria Luisa en su boda con Ernesto Augusto III de Hannover. en su día de la boda. En 2004, la princesa Carolina la lució en la boda de Federico de Dinamarca con Mary Donaldson.
Es una imponente joya antigua de la colección de la familia Hannover. La princesa Carolina y el príncipe la utilizó también Alessandra de Osma en su boda religiosa con el el príncipe Christian, heredero de la familia. La tiara está elaborada en forma de guirnalda de flores en oro y plata y adornada con cientos de diamantes que forman flores.
El peto de diamantes es una de las joyas más fascinantes de la princesa Carolina. Este adorno de diamantes para poner en la pechera es del siglo XIX y fue realizado por Chaumet, probablemente en la década de 1890. El diseño representa un ramo de juncos y la princesa lo ha lucido en los bailes de la Rosa de Mónaco. Parece que la joya fue un regalo de su amigo Karl Lagerfeld .
20 de enero-18 de febrero
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