LA MALDICIÓN GRIMALDI
Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam, en su última aparición en un festival de cine el pasado 2023. /
El pasado mes de octubre, hace poco más de tres meses, Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam acudieron a una cena de gala en el Casino de Montecarlo como si tal cosa y acompañados por Carole Bouquet, la madre de él. Entonces ya debía haber hielo entre la hija de Carolina de Mónaco y el productor de cine, pero posaron como siempre, sin que se les escapara expresión de hastío o felicidad alguna . Conocidos por su inexpresividad ante las cámaras, la pareja que pudo serlo todo en Mónaco no dejó ver su inminente ruptura.
Tras varias semanas de rumores, la revista francesa 'Voici' ha logrado una primera narrativa al respecto del divorcio de Carlota de Mónaco y Dimitri Rassam que no puede ser más conveniente. Según una fuente cercana a la familia, la ruptura habría sido iniciativa de ella y provocada por las largas ausencias del productor de cine, cada vez más inmerso en su trabajo. No debió ayudar la aburrida vida de la casi princesa , entre los niños y la filosofía.
«Dimitri, que se ha convertido en uno de los mayores productores franceses, pasa su tiempo trabajando. No tenían vida familiar y era pesado para ella», declaró la fuente anónima a la revista francesa. Evidentemente, estamos ante la versión pactada por la pareja para finiquitar cuanto antes el trance del divorcio, el primero que afecta a la prole de Carolina de Mónaco y, probablemente, el que más podría disgustarle.
Además de la decepción que conlleva asumir cualquier disgusto sentimental de lo hijos, da la casualidad de que Dimitri Rassam es hijo de una de las amigas íntimas de Carolina de Mónaco. De hecho, emparentar gracias a la boda de Carlota y Dimitri fue un sueño hecho realidad para Carolina y Carole Bouquet, prácticamente hermanas. Ambas celebraron enormemente el noviazgo de sus hijos, una sorpresa feliz en 2017.
Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi, madre e hija perfectamente coordinadas. /
La relación entre Carlota y Dimitri ha sido bastante convencional, además de terriblemente aburrida, pues ambos se han esforzado hasta lo indecible para no dar que hablar. La hija mayor de Carolina de Mónaco se quedó embarazada un mes después de comenzar su noviazgo, en 2018. Se casó en 2019, después de que él hincara la rodilla en un viaje de invierno para esquiar junto a la madre de ella. La boda fue discreta , claro.
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A partir de entonces, Carlota de Mónaco y Dimitri Rassam hicieron silencio sepulcral en alfombras rojas, balcones palaciegos y cenas de gala. Sobre todo sobre los rumores de crisis que existían antes de la boda (llegaron a romper su compromiso) y menudearon después.
La política del silencio fue depositando una capa de fino polvo sobre la pareja, prácticamente invisible en las calles de París durante un par de años. Tras la pandemia, sin embargo, ambos han ido volviendo al 'front row' de la vida social francesa por razones bien distintas.
Carlota Casiraghi reimpulsó su trabajo como embajadora de Chanel, con festival filosófico incluido. Dimitri Rassam pudo insistir en su carrera como productor de cine, quizá avalado por la ingente fortuna de los Grimaldi, simbólicamente o de manera efectiva.
Mientras Carlota Casiraghi iba recuperando el sitio en la moda que antes disfrutó su madre, una tarea que llevó a cabo sin necesitar de la presencia de Dimitri Rassam, este sí quiso realizar apariciones estelares acompañado de su esposa Grimaldi, por ejemplo en el Festival de Cannes de 2023 , donde presentó la película 'Los tres mosqueteros: D'Artagnan', su único éxito hasta la fecha. No fue la única cita de cine en la que la hija de Carolina de Mónaco hizo las veces de conveniente 'partenaire'.
Dimitri Rassam conoce el lado más trágico de la fama: su padre, productor de cine, murió debido a la adicción a las drogas. /
La influencia de Carlota Casiraghi, el poder de atracción de su apellido entre la élite cultura y económica francesa, debía importunar puntualmente a Dimitri Rassam. Además, es de dominio público que este detesta el mundo de la fama y los famosos, la prensa del corazón y las fiestas de 'celebrities'. De hecho, el productor declinó varias invitaciones para asistir al legendario Baile de la Rosa, mientras Carlota no se perdía ninguno de sus estrenos.
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En abril, durante una entrevista de televisión en la que Dimitri Rassam debía promocionar su película, tuvo que responder a algunas preguntas sobre Carlota. Sus palabras, probablemente ensayadas pero aún así reveladoras, mostraron hasta qué punto el productor sentía ya hastío al respecto de la fama y fortuna de su célebre pareja.
«Estoy muy orgulloso de mi esposa. Pero de alguna forma nadie quiere que se le reduzca a eso [a ser el marido de Carlota Casiraghi]. Ella me apoya. Ella es muy importante. Tengo mucha suerte de tener una esposa y unos hijos todos tan maravillosos. Lo entiendo. No es un asunto trivial. Entiendo que es interesante. Pero me gusta marcar la frontera entre lo público y lo privado».
Difícil, muy difícil competir con una esposa que solo necesita respirar para ejercer la autoridad de la influencia heredada. Ni con un par de Oscars debajo de cada brazo podría Dimitri Rassam eclipsar el brillo del apellido Grimaldi . Mucho menos la leyenda de Carolina de Mónaco. Carlota debió intentarlo todo. En 2019, el año en el que rompieron su compromiso para luego casarse, ella coprodujo junto a él su primer filme, 'Nuestra señora del Nilo'.
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