El rey Juan Carlos, las infantas Elena y Cristina y algunos de sus nietos, en la primera reunión familiar en Abu Dabi, pocos meses después de llegar a Emiratos Árabes, en 2022. /
Un año más, el rey Juan Carlos ha decidido no regalar sus fotografías familiares en Instagram, un gesto que sí tuvo en abril de 2022, pocos meses después de fijar su nueva residencia en Emiratos Árabes. Podemos, sin embargo, levantar acta del mecanismo de difusión que ha elegido para que conozcamos sus actividades sociales: su última biógrafa, la francesa Laurence Debray ejerce de periodista, fotógrafa e intermediaria con la revista de cabecera de la familia del Rey: Hola. Allí recalan, en portada, los reportajes en forma de exclusiva.
Sobre la remuneración, algo que queda bajo secreto sumarísimo entre las partes, solo podemos asumir que Debray ha de cobrar por sus servicios. Aunque fuera de la foto, la biógrafa suscita algunas de las dudas que surgen al leer su crónica sobre el 87 cumpleaños del rey Juan Carlos y que afectan a Zarzuela. No es la primera vez que los textos de Laurence Debray envían mensajes al rey Felipe VI. Hace algunas semanas sucedió lo mismo en un artículo suyo sobre la infanta Elena .
En esta ocasión, Debray desliza lo que se entiende como un lamento personal del rey Juan Carlos por la ausencia de su hijo, el rey Felipe VI, de su fiesta de cumpleaños en Abu Dabi. Es algo que «sufre en silencio», como la de sus nietas Sofía y Leonor. Y aunque todo queda difundido como una observación personal de la francesa, se infiere que sus relatos tienen el visto bueno del emérito monarca. ¿Por qué estos mensajes familiares se envían mediante canales públicos?
Conforme las indirectas de Debray a Zarzuela se acumulan ( no olvidemos las memorias anunciadas ), aumentan las dudas acerca de la calidad de las conversaciones que mantienen padre e hijo, monarca y monarca emérito, acerca de sus presencias y ausencias. Si este particular se ha negociado a puerta cerrada, ¿por qué se incide en estos mensajes que ponen presión mediante su exposición pública? La estrategia, si es esta que se percibe desde la mera observación, no es bonita.
Vídeo. Los mayores escándalos de la familia real española /
La retórica de Debray, sensiblera y cursi en no pocas ocasiones, insiste en que Juan Carlos de Borbón «vive en aislamiento» y «no ha perdonado a su hijo que se aleje», aunque «nadie le puede arrebatar España» porque «incluso a 5.000 kilómetros de su reino», la sigue «llevando en el corazón». Olvida la francesa que este tipo de drama no es inédito en la familia.
En 1969, un jovencísimo Juan Carlos tuvo que saltarse la línea de sucesión (o sea, a su padre Juan de Borbón) para sentarse él mismo en el trono de España, facilitado por Francisco Franco. El conde de Barcelona se hizo a un lado , como requería la ocasión patiótica, precisamente por España.
El rey Juan Carlos con sus hijas,las infantas Elena y Cristina, y tres de sus nietos en la boda del alcalde de Madrid con Teresa Urquijo. /
Más preguntas sobre lo que no se ve ni se escribe en la exclusiva del cumpleaños de Juan Carlos I en Abu Dabi. Leemos a Debray que, aunque ausente, el rey Felipe y sus hijas están más presentes que nunca en el ánimo del emérito. Sin embargo, la biógrafa no hace ni una mención a la reina Sofía, madre del rey, madre de las infantas Elena y Cristina y abuela de todos esos nietos que acuden a Emiratos a animar a su abuelo. De hecho, la aparente aquiescencia de todos al completo borrado de Sofía de Grecia choca bastante.
Desde luego, la concesión del Toisón de Oro a la reina Sofía dignifica su figura en este contexto de exclusivas, indirectas y posados. Sobre todo si, como asegura Pilar Eyre, la emérita se encuentra en estos momentos en una situación especialmente delicada y de soledad. «Su aparente entereza se ha quebrado», asegura la escritora y periodista, especialista en casas reales. Cabría reconsiderar si estas exclusivas hacen bien en Zarzuela no solo al rey Felipe, sino también a la reina Sofía.
No vemos en las fotos de Debray uno de las cuestiones que más curiosidad suscitan acerca de la residencia del rey Juan Carlos en Abu Dabi: cómo es su casa. Sabemos que es una villa de lujo con playa privada y piscina infinita en la isla de Nuray. Una pena que los escenarios que nos muestra la francesa sean tan limitados. De la casa apenas se ve nada en las imágenes diurnas. La fiesta sucede en lo que parece un patio en el que se han dispuesto largas mesas para acoger a los invitados. Otro detalle que queda fuera de foco: sabemos muy poco de las personas que festejaron con el emérito.
Las mismas personas aparecen en las fotografías de Laurence Debray una y otra vez: las infantas Elena y Cristina y sus hijos, Froilán y Victoria Federica, sin pareja, y los Urdangarin Borbón, tres ellos acompañados. Irene acudió con su novio, Juan Urquijo , integrado en tiempo récord en la familia del rey; Pablo con Johanna Zott, su novia desde hace casi tres años; y Miguel llevó a Olympia Beracasa. Todos aparecen genuinamente felices de estar con su abuelo, aunque los más tímidos lucen caras de cierto fastidio en los posados más formales.
El rey Juan Carlos durante una de sus últimas visitas a Sanxenxo, en las que aparece impecablemente vestido con sus looks deportivos. /
La crónica de Laurence Debray enumera ciertos invitados ilustres, más allá de los familiares. Ninguno de los que suelen mencionarse como supuestos invitados del rey Juan Carlos (Alicia Koplowitz, Los Del Río, empresarios de postín) aparecen. De hecho, entre los 30 que se sentaron a la mesa real, apenas sí reconocemos a Nicolás Murga Mendoza, asistente personal del monarca. La articulista francesa menciona a la embajadora de Estados Unidos en los Emiratos, Martina Strong, y al embajador de Portugal, Dice, además, que el embajador de Francia se disculpó por no haber podido asistir.
Pilar Eyre asegura que algunas de las fotografías, las que corresponden a la cena previa e íntima al gran festejo en un restaurante chino de un hotel de lujo, han sido cortadas para que no aparezca quién está sentado junto al rey Juan Carlos. La novelista apuesta a quien se siente en el lugar preferente, la misma que cree escudriñar de espaldas en otra imagen, es Marta Gayá, la mallorquina que fue y sigue siendo amiga íntima . «Ocupa el lugar que tendría que ocupar doña Sofía», subraya Eyre.
La periodista observa también cierto desaliño indumentario en el monarca que fue el más elegante de su época, como ahora lo es el rey Felipe VI. ¿Quién cuida a Juan Carlos de Borbón en el día a día de su mansión? No lo sabemos. «Me da la impresión que no hay nadie que cuide de su persona», apunta Pilar Eyre. « Una hija o un nieto que le diga: 'Vamos a comprar ropa'. Y en ese detalle tonto es en el que se ve realmente el cariño de la familia».