La conexión secreta y desconocida que une a Kate Middleton con Noor y Rania de Jordania

Como cada año los duques de Cambridge han empleado una foto familiar para felicitar las navidades a sus futuros súbditos y esta vez la imagen de Kate Middleton rodeada de sus hijos y su flamante marido (y futuro heredero del trono de Isabel II, Guillermo de Cambridge) ha tenido un inesperado protagonista: el paisaje. Era obvio que la imagen de la sonriente familia no había sido tomada en la campiña inglesa y el propio Palacio de Kensington ha tenido que desvelar dónde y cuándo fue retratada la familia: en Jordania durante un viaje secreto de la familia real británica al que fuera reino de Noor y Hussein y ahora lo es de Rania y Abdalá II .

Cómo ha decidido Kate Middleton y su familia escoger el país de Oriente Medio como destino vacacional con la que estaba cayendo este año en Jordania (con complots palaciegos incluidos), no lo sabemos, pero lo que sí hemos conocido gracias a este Christmas navideño es la especial relación que la royal conserva con el país y con su familia real.

La unión entre Jordania y Kate Middleton comenzó en su infancia cuando su padre, Michael Middleton, fue destinado a Jordania por la British Airways a principios de la década de 1980. Aún existía el rey Hussein y la reina indiscutible del glamour jordano seguía siendo Noor (Rania no le arrebataría ese cetro hasta su boda y confirmación de su marido como rey de Jordania en 1999) cuando la familia Middleton se instaló en Ammán en mayo de 1984. Por aquel entonces la reina Noor ya era una «celebrity» en un país en vías de desarrollo con verdaderos dramas políticos que superar. Pero, a pesar de los pesares, la estancia de los Middleton en Ammán transcurrió como un perfecto reflejo o paralelismo de lo que se convertiría la joven reina Noor en el extranjero: la cara amable de un país de Oriente Próximo cuando Oriente tenía la peor fama existente.

En aquel momento Kate tenía dos años y su hermana Pippa era un bebé de apenas ocho meses de edad. En la capital jordana Kate asistió a una guardería británica durante dos años y medio en la que además de las formas y los colores en inglés aprendió a cantar Incy Wincy Spider en árabe y a escuchar algún que otro versículo del Corán mientras desayunaba hummus y daba de comer a los conejos y patos del centro rodeada de cien compañeros de todas las nacionalidades del planeta.

La vida en la casa de dos plantas cercana al parque y al jardín de infancia de Kate Middleton con excursiones a ruinas romanas desérticas incluidas debió de ser apacible porque su breve estancia en el país de la reina Noor forma parte de la biografía oficial que la duquesa ofrece en el espacio reservado para ella en la web de la familia real británica.

El recuerdo que Kate Middleton ha conservado del país de Oriente Medio ha sido siempre bueno como ha demostrado públicamente en más de una ocasión. De hecho, gracias a la ancestral buena relación que mantiene la familia real británica y la jordana se rumoreó durante mucho tiempo que Jordania sería el lugar escogido por Guillermo y Kate para su luna de miel (aunque al final ganaron las islas Seychelles).

Aunque siempre quiso volver al país de su infancia la suerte no la ha sonreído hasta este año. De hecho su marido, el príncipe Guillermo, sí realizó una gira oficial de varios días por Jordania en 2018 a la que ella no pudo acudir porque acababa de dar a luz a su hijo Louis, hecho que destacó el propio duque de Cambridge cuando la visitar las mismas ruinas de Jerash en las que se fotografió su esposa en su estancia ochentera, afirmó que «mi mujer recuerda con mucho cariño los casi tres años que pasó aquí cuando era niña» y que se comprometía a traer a su familia a las ruinas en el futuro para recrear la foto de la infancia. Fue justo en ese viaje oficial cuando el heredero del trono jordano, el príncipe Hussein bin Abdalá, invitó al príncipe Guillermo al palacio de Ammán para ver juntos el partido de Guatemala contra Inglaterra del mundial de fútbol, invitación que, por supuesto, el duque de Cambridge aceptó.

Parece que este 2021 el príncipe ha cumplido su palabra y algo más: seguramente en su viaje secreto de royals realizado a principios del año Kate Middleton pudo por fin reunirse con su homóloga en estilo la reina Rania de Jordania y estrechar los lazos que unen a los Windsor y la dinastía hachemí. Quizá su visita extraoficial y con niños incluidos en un momento tan delicado de la política y la economía jordana haya servido para mucho más que para relajarse en familia en el país de sus recuerdos.

Las restricciones de la pandemia se han cebado con las zonas turísticas que dependen de klos turistas británicos, como Jordania, y ver a los Cambridge tan felices y bien puestos en el desierto jordano es una jugada maestra de diplomacia. Seguramente en esa visita secreta de comienzos de 2021, además de recorrer Ammán, desiertos, ruinas y ver partidos de fútbol los Cambrige intentaron suavizar la situación después de que el coronavirus pospusiera sin fecha la visita oficial que la familia real británica pospuso sin fecha en 2019. Y quizás también fue en esta visita secreta en la que Kate Middleton le descubrió a Rania de Jordania a su diseñadora de cabecera, Emilia Wickstead, diseñadora que la monarca jordana ha empezado a usar este mismo año. No nos cabe duda que fruto de esta buena sintonía entre los Cambrige y Rania y compañía nació el viaje oficial que el príncipe de Gales, Carlos y la duquesa de Cornualles, Camilla, realizaron en noviembre de 2021 donde tanto unos como otros destacaron lo bien que se llevan ambas familias.

La relación entre los Windsor y la familia real hachemita está bien establecida desde la independencia de Jordania que este año ha celebrado su centenario. Tanto es así que hasta en dos ocasiones, en los años 50 y en los 70, el ejército británico ha cedido tropas a Jordania para responder a diferentes tensiones en sus fronteras y el propio príncipe de Gales definió al rey Hussein como un « auténtico caballero inglés» (lo cual para él es un piropo). Y en un terreno mucho más personal e íntimo no podemos olvidar que la segunda mujer del rey Hussein, Antoinette Gardiner , y madre del actual monarca jordano, era británica. De hecho la formación académica del marido de Rania de Jordania es digna de un Lord inglés: se formó en Surrey y en la academia militar Sandhurst (como su padre el rey Hussein) y llegó hasta la elitista Universidad de Oxford. Con unos antecedentes así era imposible que Kate Middleton no destacara en su currículum royal su vida en Jordania y que los Windsor sacara provecho de esta conexión tan poco explotada hasta estas mismas navidades.