no quiere baile de debutantes
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Hace semanas que la invitación al 21 cumpleaños de Amalia de Holanda debió llegar a Zarzuela, no sabemos si por carta o mediante el WhatsApp de rigor. Sabemos, además, que los Orange Zorreguieta mantienen una relación de especial confianza con los Borbón Ortiz, pues la futura reina de Países Bajos ha sido cobijada (simbólicamente al menos) por la familia real española durante el curso escolar que pasó en Madrid. Eso sí: con Leonor no la vimos.
Los Juegos Olímpicos de París nos permitieron comprobar la estupenda relación que mantienen el rey Felipe y Amalia de Holanda: asistieron juntos a la final femenina de baloncesto 3x3. Quizá hubiera sido más lógico que fueran las jóvenes, Leonor y Amalia, las que estrecharan lazos, pero por lo que sea la joven Orange ha coincidido más con los reyes españoles que con sus hijas. ¿Habrá algún tipo de calculada distancia entre las dos futuras reinas de dos Coronas amigas?
La hipótesis no es tan descabellada. En junio de 2022, cuando Ingrid Alexandra de Noruega cumplió 18 años y celebró una gran fiesta a la que asistió lo más granado de los royals generación Z, se echó de menos a la princesa Leonor en el palacio real de Oslo. De hecho, fue el rey Felipe VI quien representó a la Corona española porque, además, es padrino de la princesa. Habría sido el estreno de Leonor con tiara.
Entonces, se barajó que Leonor aún no había cumplido los 18 y que, quizá, los reyes Felipe y Letizia preferían esperar para lanzar a su primogénita a la vida social internacional. De hecho, la princesa tampoco acudió al 18 cumpleaños de Christian de Dinamarca, que se celebró solo quince días antes de su propia llegada a la mayoría de edad, en el palacio Amalienborg, en Copenhague.
Al cumpleaños del heredero danés asistieron, claro, Amalia de Holanda, Elisabeth de Bélgica e Ingrid de Noruega, en una foto incompleta del futuro de la monarquía europea. Desde el cumpleaños de Christian hasta hoy, la proyección pública de Leonor se ha multiplicado y hasta ha llevado a término su primer viaje al extranjero en tareas de representación de la Corona. Leonor fue a Portugal, territorio muy amigo, el pasado julio.
Ni vestido largo ni carroza ni tiara han adornado, de momento, a la jovencísima y rubísima Leonor. No queda más remedio que subrayar que, antes de contemplarla como Disney imaginó a las princesas, Zarzuela ha querido que la admiremos con el uniforme militar. Recluta antes que royal, diríamos. ¿Por qué se posterga tanto el momento en el que Leonor se muestre como el resto de futuras reinas europeas?
El próximo día 7, decíamos, se produce una nueva posibilidad de contemplar a la heredera española con sus homólogas europeas, en el 21 cumpleaños de Amalia de Holanda. Puede que en Países Bajos la presencia o ausencia de la princesa Leonor no quite el sueño a ningún Orange, pero en España sí existe cierta expectación por comprobar si la joven Borbón se integra en esa élite de la alta sociedad que conforman los royals. O si continúa evitando el momento. ¿Habrá confirmado Zarzuela su invitación?
Cabe pensar, sin haber recibido nadie pistas al respecto, que Leonor tampoco va a acudir al palacio Huis ten Bosch de La Haya para celebrar el 21 cumpleaños de la princesa Amalia. En esta ocasión, la justificación es militar: la heredera española está cumpliendo con sus últimas semanas de instrucción en la Academia Naval Militar de Marín. Probablemente, en plenos exámenes finales. El momento de comprobar cómo luce una tiara no llega.
Leonor pierde, con sus continuas ausencias en las fiestas de la joven realeza europea, la posibilidad de conectar con más familiaridad con sus homólogas, aunque la lealtad entre Casas Reales no va a depender, finalmente, de que unos u otros hayan comido tarta de cumpleaños. Gana, sin embargo, cierta exclusividad que corre pareja a la reserva que también tienen los miembros de la familia real británica a la hora de asistir a bodas, bautizos y banquetes royal. No es tan fácil que digan sí las princesas de los viejos imperios.