El efecto Leonor que emociona a Letizia y Felipe: cómo influye la heredera en los discursos de su madre (y en lo muchísimo que ha cambiado el rey)

El hermetismo que los reyes Felipe y Letizia defienden a capa y espada para proteger la intimidad de sus hijas tiene fecha inminente de caducidad. Entramos en una nueva etapa en la relación de la familia real con la ciudadanía. Una nueva era, si se quiere, en la que la esperada irrupción de la princesa Leonor va a cambiarlo todo. Lo comprobamos con la increíble viralidad de las fotos de la graduación de la heredera el trono: van a marcar un antes y un después.

La circulación de las fotografías y vídeos de la graduación de la princesa Leonor en el UWC Atlantic College de Gales, un evento privado pero por una vez suficientemente publicitado por Casa Real, han dado la vuelta al mundo. Ningún posado orquestado en Zarzuela ha logrado transmitir con tanta autenticidad la imagen de familia unida y feliz que pudimos ver en las instantáneas. El rey Felipe desbordaba orgullo y la reina Letizia, abrazada a la infanta Sofía, parecía prepararse ya para el despegue hacia la edad adulta de su hija menor.

No fue menor, aunque seguramente sí que hubo aprobación previa por parte de Casa Real, el comentario que una de las profesoras, su tutora, dedicó a la princesa Leonor cuando la recibía en el escenario para recoger su diploma de graduación en el Bachillerato Internacional. Hemos conocido más a la heredera por esas tres sencillas frases que por lo que se ha hecho hasta la fecha desde Zarzuela para darla a conocer. La futura reina no puede seguir siendo una absoluta desconocida mucho tiempo más.

«Leonor, tu amor por las conversaciones profundas no tiene límites», desveló la tutora de la princesa de Asturias en el internado de Gales. «Tu decidida pasión por aprender, comprender a los demás y explorar diversas perspectivas verdaderamente ha enriquecido tu experiencia en UWC. Echaremos de menos tu sentido del humor». Subrayemos: la próxima reina apunta simpatía e inteligencia, dos cualidades que suelen ir juntas.

Insistimos: ningún posado milimétricamente calculado por Letizia y su equipo podrá alcanzar jamás la influencia viral y la potencia afectiva de estas fotos de la graduación de Leonor (sin la reina Sofía). En ellas no queda rastro de la conocida performance institucional, sino un generoso compartir de un momento significativo en la vida de la heredera al trono y su familia. Que algunas de las imágenes distribuidas por Casa Real estén más cerca del 'selfie' que de la fotografía profesional es otro acierto que refuerza la autenticidad de las imágenes.

Evidentemente, la sobredosis de azúcar de toda la escena es considerable, pero no excede a la que podríamos ver en la graduación de cualquier otra estudiante de su edad. Si se ha celebrado tanto no es porque Casa Real haya propiciado nada, sino porque existe una altísima demanda de contenidos, productos y estéticas amables, edulcoradas y hasta infantiles. Esta tendencia al consumo de todo lo que pueda leerse como 'cuqui' tiene una función: palía la dureza que nos encontramos en las redes y fuera de ellas.

Apostamos a que Casa Real no calculó la increíble proyección de las fotos de la princesa Leonor ni tampoco los reyes debieron prever que sus caras, desbordado felicidad y orgullo, se recibirían con tanto entusiasmo. No existe prueba mayor de la ternura de Letizia que el look que llevó al UWC Atlantic College de Gales: la reina se vistió como cualquier otra madre de su edad, con un casi anodino traje blanco que aparcaba muy conscientemente a la elegantísima monarca que suele protagonizar portadas y titulares.

Por incalculable que fuera el impacto de estas fotos, parece evidente que Casa Real ha de tomar nota de ello y obrar en consecuencia. ¿Resulta acertado dejar pasar esta oportunidad para reforzar el 'branding' de la monarquía insistiendo en el hermetismo que rodea la figura de la princesa Leonor? Evidentemente, el carrusel de looks que ha puesto en marcha la reina Letizia para visibilizar la Corona continúa siendo importante, pero quizá ya no suficiente.

Cabe esperar de una institución que depende de su vinculación a la sociedad civil que actualice su estilo de comunicación y los canales que favorece. Si la decisión de Felipe y Letizia de mantenerse fuera de las redes sociales persiste, no debería extenderse a la princesa Leonor, una reina que encontrará a su generación no ya en Instagram, sino en TikTok. Y que, como hemos comprobado, puede convertirse allí en una figura de referencia.

El rey Felipe ya se ha beneficiado de la viralidad de su hija mayor gracias a estas fotos de graduación. Su gesto habitualmente preocupado, sus retratos casi siempre vinculados a la desmotivante actividad política, aparece aquí iluminado, feliz y rejuvenecido. Sin duda, es mucho más fácil empatizar e identificarse con este rey padre, feliz y orgulloso, que con el monarca serio, atribulado o cariacontecido.

Sospechamos que la reina Letizia ya se ha dejado influir por la sensibilidad e inteligencia de su hija, seguramente muy en línea con las preocupaciones de su generación. No podemos evitar ver en su reciente discurso en favor de la salud mental, mucho más decidido y demandante que cualquier otro, el espíritu 'woke' de la generación Z que representa la princesa Leonor. Esos jóvenes que aún no cumplen 18 pero ya quieren cambiar el mundo, a mejor.