PRINCESA A LA VISTA
PRINCESA A LA VISTA
La vuelta a España de la princesa Leonor ya tiene fecha y hoja de ruta. El fin de curso oficial para los estudiantes que aprueben todos los exámenes será este sábado, 20 de mayo, y, sin duda, la heredera al tronoestará entre ellos. Zarzuela jamás ha confirmado sus notas, pero dado el nivel de exigencia de los reyes Felipe y Letizia seguro que están a la altura: hay quien ya ha apuntado a excelentes y algún notable.
A no ser que se produzca alguna contrariedad inesperada, se da por seguro que Felipe y Letizia (y muy posiblemente la infanta Sofía) asistirán a la graduación y la fiesta con la que la promoción de Leonor se despedirá de sus años en el UWC Atlantic College. La expectación es máxima por ver si Casa Real nos permitirá ver alguna foto de ese emocionante momento familiar. A la vuelta, las cosas no será tan fáciles para la princesa.
Mucho ha cambiado desde que Leonor se marchara a Gales. También en su propia casa, donde su hermana Sofía lleva dos cursos ejerciendo como 'hija única'. Aunque no es previsible que la princesa Leonor pase demasiado tiempo en Zarzuela, dadas sus próximas obligaciones militares, la princesa echará de menos la presencia de su hermana, quien ya calienta para vivir su propia experiencia de independencia fuera de España.
Efectivamente: Leonor se queda sola en Zarzuela e inicia en solitario la formación militar, un aterrizaje de impacto en un entorno complicado que seguro ya están suavizando desde el Ministerio de Interior. Esta será la segunda dificultad que enfrente la princesa en España: el día 17 de agosto se incorpora como nueva alumna en la Academia General de Zaragoza, para comenzar las dos semanas de la fase de acogida y orientación.
De nuevo, se espera que los reyes acompañen a Leonor en este importante momento de su trayectoria hacia el trono, en una visita de dos horas por las instalaciones de la Academia que podrían compartir con el resto de padres. Antes, en este mes que Leonor tiene tras su graduación y el comienzo de su formación militar, la princesa deberá entrenar. Debe llegar a Zaragoza en buena forma física.
La princesa Leonor no va a tener demasiado tiempo para vacaciones antes de incorporarse como dama cadete a la Academia Militar General de Zaragoza. /
Ya convertida en dama cadete, Leonor estará absolutamente centrada en su entrenamiento clases, convenientemente rodeada de un grupo de alumnos que habrán sido rigurosamente investigados por Casa Real. Ninguna de las relaciones de amistad que la heredera al trono pueda establecer en esta etapa queda al albur de la casualidad. Su alojamiento en régimen de internado tiene restricciones, pero seguro que no afectarán a la princesa.
Este es uno de los extremos más problemáticos de la esperada presencia de Leonor en España, una etapa en la que además cumplirá la mayoría de edad y jurará la Constitución. La princesa deberá enfrentar, por primera vez como adulta, a las críticas y polémicas que afectan a la familia real y a la familia del rey, cuestiones que no son pocas. La más dificultosa será la relación con sus abuelos: es previsible que ambos deseen acercarse a su nieta.
Tendremos que esperar para comprobar si Casa Real ha diseñado un cordón de seguridad inmunitaria entre la heredera al trono y los miembros problemáticos de la familia del rey. No solo el rey Juan Carlos, cuya presencia en la Jura de la Constitución el próximo noviembre está, al menos, prevista. El acto podría celebrarse el mismo día del cumpleaños de Leonor, el 31 de octubre, pues diez días después cumple el plazo para que las Cortes se disuelvan de cara a las próximas elecciones.
El deseo de los reyes de alejar a su hija mayor del área de influencia del rey Juan Carlos es comprensible, ya que no dejan de aparecer noticias polémicas sobre su comportamiento fiscal y continúan apareciendo contenidos sobre su vida sentimental. La princesa Leonor deberá lidiar con la difícil papeleta de no desairar a su abuelo, pero sí desmarcarse de su papel como rey.
Otra patata caliente para la futura reina tiene que ver con sus polémicos primos Marichalar, dos jóvenes que no cesan de provocar polémicas en los medios de comunicación. Tampoco podrá Leonor mantener una relación familiar normal con los hijos de la infanta Elena, pues cualquier fotografía o vídeo de la heredera con Victoria Federica o Froilán desbarataría la imagen de perfecta formalidad que Casa Real está construyendo cuidadosamente.
Sin duda, el panorama familiar con el que Leonor debe comenzar a lidiar es complicado, sobre todo porque todos los focos se dirigirán ya hacia su persona. Será noticia si habla o no con los Marichalar o si lo hace con los Urdangarin. Se vigilará a su pandilla de amigas, en la Academia o fuera de ella. Previsiblemente, aparecerá en la agenda oficial de Casa Real más a menudo, con lo que la veremos en acción. Mediremos sus palabras, pero también su pelo, su ropa, su estilo.
La España a la que Leonor vuelve no es la misma que dejó, no tanto por un vuelco sociológico, sino por su llegada a la mayoría de edad. La princesa debe inventar el papel de futura monarca para una generación marcada por la inseguridad vital, la precariedad, la incertidumbre ante la inteligencia artificial y el cambio climático. Unos jóvenes que, probablemente, esperan ver en ella algo más que una bonita y juvenil estampa de la monarquía. Leonor tendrá que servir contenido relevante. No va a ser fácil.