se repiten los errores
se repiten los errores
En cuanto Letizia, con pantalón blancos y chaqueta de cuadros, ocupó su lugar en el palco de autoridades y comenzó a sonar el himno nacional, se desataron los pitos en el estadio de La Romareda, en Zaragoza, donde se jugó la final de la Copa de la Reina entre la Real Sociedad y el Barcelona. Gajes del oficio en los eventos con gran asistencia popular, donde la masa forofa enfervorecida y venida de territorios, digamos, históricos, se suele venir arriba. La monarca, curtidísima en estas lides y con una profesionalidad apabullante, fue a lo suyo. Y aplaudió la victoria del Barça a rabiar.
Comprobamos que la irrupción de Letizia en los estadios de fútbol, más en concreto en la Copa de la Reina, competición que lleva su nombre, puede ser un revulsivo para la renovación de caras en esos palcos habitualmente ocupados por señores.
En La Romareda, gustó contemplar a la monarca rodeada de mujeres: la rubia ministra portavoz Pilar Alegría, Dolores Ocaña, su secretaria personal, justo detrás, y algo más allá, la entrenadora de la selección nacional, Montse Tomé. Que no se nos olvide la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca.
La Real Federación Española de Fútbol tuvo el buen criterio de enviar como acompañante de la reina a María de los Ángeles García Chaves, 'Yaye', nombrada vicepresidenta en la última junta directiva. Se las vio charlar animadamente: seguramente, la reina Letizia aprovechó para asaetear a la directiva con preguntas. Hubiera sido raro encontrar a Pedro Rocha, actual presidente de la RFEF, sentado a lado de la monarca: al fin y al cabo, parece no contar con el apoyo del Consejo Superior de Deportes por su imputación en la Operación Brodie.
Pese a que este detalle subraya las tremendas precauciones que se han debido de tomar para no dañar la imagen de la institución, la Real Federación Española de Fútbol volvió a quedarse corta en profesionalidad justo el día en que Letizia volvía a la Copa de la Reina. Durante cinco largos años, la monarca decidió saltarse el partido que lleva su nombre. Se suponía que su vuelta merecería un esfuerzo extra para estar a la altura. No solo por ella, sino también por los 25.000 aficionados que llenaban el estadio y, sobre todo, por las jugadoras.
Letizia observa a las ganadoras con la Copa de la Reina en alto en La Romareda. /
Una vez más, la Real Federación Española de Fútbol ha demostrado que no aprende de sus errores o, peor, que continúa sin tratar debidamente a los equipos de la competición femenina. Llegada la hora de colocar las medallas a las jugadoras catalanas, no había quien se las colgara. ¿Recuerdan aquel triste episodio de enero de 2023, cuando las ganadoras de la Supercopa, precisamente las del FC Barcelona, tuvieron que ponerse ellas mismas las medallas del triunfo porque la RFEF no había designado a nadie a tal efecto? Pues ha sucedido de nuevo.
Al final, tuvo que ser personal del staff del Barça el que impusiera las medallas a las jugadoras, con lo que se repite la sensación de no ser tomadas en serio por una Real Federación Española de Fútbol en franca descomposición. Hablamos del mejor equipo del mundo de fútbol femenino, con jugadoras como Alexia Putellas o Aitana Bonmatí, ambas sobre el campo de La Romareda. Si el próximo 25 de mayo ganan en San Mamés al Olympique de Lyon, sumarán la Champions League a la Liga, la Superliga y la Copa de la Reina.
Aunque no le guste el fútbol, Letizia tuvo que entretenerse en una final muy desigual: las catalanas barrieron a las vascas con ocho goles, jaleados por más de 25.000 personas. La superioridad del Barcelona fue tal, que en la entrega de trofeos la reina quiso detenerse especialmente con la capitana de la Real Sociedad, Nerea Eizaguirre, y dedicarle palabras de ánimo y consuelo. Una perfeccionista como ella sabe bien que el peor de los daños de los fracasos públicos se sufre en el orgullo.
La reina Letizia anima a la capitana del equipo perdedor. /
La felicitación a Alexia Putellas fue un poco menos efusiva, aunque igualmente cariñosa. Recordemos que la centrocampista catalana, la jugadora española más premiada internacionalmente y la tercera mejor pagada del mundo, es apodada 'la reina' por sus compañeras. Todo surgió en la final de la Copa de la Reina en Alcorcón, en 2022: ante la nueva ausencia de Letizia, las jugadoras le colocaron una corona a Putellas y la nombraron monarca del deporte rey.
Hubo alguna anécdota más durante la final de la Copa de la Reina en La Romareda, un partido en el que se echó de menos la presencia de la princesa Leonor. Sí estuvieron los integrantes de la selección de refugiados creada por la RFEF y dos de sus jugadores, Mamadou Traoré y Abba Coulibaly, pudieron saludar a Letizia. Además, ya en el palco, la reina dio pie a la foto más inesperada cuando tomó en brazos al bebé que portaba un aficionado, vestido con la camiseta de la Real Sociedad. Así es como se hace cantera, también de la monarquía.