La reina Letizia deslumbró en la recepción previa a la coronación de Carlos III. / gtres

Letizia está a años luz

Los peores looks de las otras reinas invitadas a la recepción previa a la Coronación de Carlos III

Ni Marie-Chantal Miller ha podido acercarse al nivel de estilo que la reina Letizia ha demostrado en la recepción en Buckingham Palace, previa a la coronación de Carlos III. Ha arrasado.

Si quedaba alguna duda, ahora la despejamos: muy pocas monarcas o herederas pueden compararse a Letizia en un evento royal internacional. Muy alto debía volar la reina que quisiera superar a Letizia en la recepción en Buckingham Palace, previa a la coronación de Carlos III.

La etiqueta no era máxima, pero el enclave y la ocasión merecían un esfuerzo a la altura de un acontecimiento histórico. La monarca española sirvió todo y más: joyas impecables, un vestido de Victoria Beckham perfecto y un look 'beauty' para aplaudir. ¿El resto? Decepcionante.

De hecho, debemos reconocer que sus apariciones en Reino Unido son especialmente deslumbrantes. Parece que la reina Letizia, que vistió de rosa en la Coronación (uno de sus colores favoritos y lo ha demostrado en más de una ocasión) se ha especializado en jugar la carta del estilo británico cada vez que acude a visitar a los Windsor, y mejorarla. No es de extrañar que el rey Carlos III aprecie en lo que valen sus esfuerzos de moda.

Hassan y Rania de Jordania, en la alfombra roja de Buckingham Palace. (FOTO: GTRES)

Rania de Jordania, abotonada y marrón

Una de las reinas que sí puede ponerle difíciles las cosas a la reina Letizia es Rania: por elegancia, por porte y por experiencia. En esta ocasión, parece que la monarca jordana se ha dejado amilanar por la grandiosidad de la cita en Buckingham Palace, pues su vestido marrón no puede ser más decepcionante. Rania merecía más realce: con este look prácticamente se confunde con cualquier fondo. Ni siquiera se ha soltado su magnífica melena.

ALberto y Charlène de Mónaco, a su llegada a la recepción previa a la coronación de Carlos III en Buckingham Palace. (FOTO: GTRES)

Charlène de Mónaco, perdida en su mundo

Capaz de lo mejor y de lo peor, los viajes internacionales no son el fuerte de Charléne de Mónaco, una princesa por sorpresa que no termina de cogerle el punto al estilo royal. En la recepción previa a la coronación de Carlos III se ha mostrado más perdida que nunca, con un look francamente inexplicable de pantalón azul cielo, bajo una gran capa con forma de volante bordado y gran escote. No entendemos nada. ¿Por qué desnuda todo un brazo y esconde su fantástica silueta?

Gustavo de Suecia acompañó a su hija, la princesa heredera Victoria. (FOTO: GTRES)

Victoria de Suecia y el soporífero rosa

En algún momento hay que decirle basta al abuso del rosa, y puede que este look de Victoria de Suecia sera la señal para ello. La retina no puede ya más con tanto dulzor y, de hecho, la sobredosis de vestiditos rosas ya causa sopor. Este, además, aburre a las ovejas con su absoluta falta de interés. La heredera al trono sueco podría haber optado por combinarlo con unos zapatos a contraste, pero ni eso. Riesgo inexistente, esfuerzo mínimo, talento nulo.

Beatriz y Amalia de Países Bajos, coordinadas en oscuro. (FOTO: GTRES)

Amalia y Beatriz de Holanda, por los pelos

Dentro de lo malo, Amalia y Beatriz de Países Bajos optaron por ocupar el perfil bajo de la realeza sin pedir perdón por ello. La 'power couple' de abuela y nieta no oculta que la tendencia no es lo suyo, cosa que agradecemos porque los disimulos son una pérdida de tiempo. A juego con sendos trajes oscuros de falda y pantalón, también realzaron uno de los fuertes de su estilo. Efectivamente: ese pelazo rubio de Amalia, peinado a lo Nicole Kidman, y el proverbial cardado de la abuela. Aprobamos.

La reina Ana de Grecia, Pablo de Grecia y Marie Chantal Miller. (FOTO: GTRES)

Marie-Chantal Miller y Ana María de Grecia, sin sorpresas

Conocemos esta estrategia: no es la primera vez (ni será la última) que Marie-Chantal Miller lo apuesta todo al blanco para hacerse con el control de la situación. El efecto novia es recurrente en la millonaria princesa, pero esta vez no cuela. El vestido, en exceso conservador, casi parece el de una novicia. Nos gusta mucho más el de su suegra, la reina Ana María de Dinamarca. Ese verde bosque con brillo satinado le hubiera encantado a la reina Sofía.

Kate Middleton, durante la recepción a los royals y mandatarios internacionales previa a la coronación. (FOTO: GTRES)

Kate Middleton, guapa no es suficiente

Kate Middleton tiene razón: si en la recepción previa a la coronación de Carlos III podía haber una novia, debía ser ella. Al fin y al cabo, es la 'baby queen' y anfitriona 'proxy'. Otro punto negativo para Marie Chantal Miller, por no haber sabido leer adecuadamente su posición. De todos modos, la princesa de Gales no sirve lo que todos esperábamos en el terreno del estilo, aunque su look es irreprochable y, al menos, no oculta su silueta. Muy guapa, pero emoción, cero.

Federico y Mary de Dinamarca, en la recepción previa a la coronación de Carlos III. (FOTO: GTRES)

Mary de Dinamarca y los clones rosa

En algún momento pudieron cruzarse en la recepción de la coronación de Carlos III tres mujeres principales vestidas prácticamente igual: Victoria de Suecia, Jill Biden y Mary de Dinamarca, todas apoyadas en el recurrente rosa para pasar el trago de su primera aparición. En el caso de la próxima reina danesa, tampoco le favorecía el exceso de volumen en las mangas. Se la veía un poco muñeca (error el 'blush' rosa) aplastada por kilos de tela. Y el bolso de mano, fatal.

Hakkon y Mette Marit de Noruega, a su llegada a Buckingham Palace. (FOTO: GTRES)

Mette Marit de Noruega, arriesga y pierde

Nada duele más que suspender a quien se arriesga en cuestión de estilo, pero en este caso Mette Marit de Noruega no demostró entender demasiado bien su cuerpo ni la insalvable distancia entre una recepción en Buckingham Palace y, por ejemplo, la celebración de la fiesta nacional. El aire militar del vestido no convence. Tampoco la combinación Cruz Roja de blanco y rojo. El corte no le favorece (su cuello desaparece en combate). Y el bolso, el bolso 'animal print', qué decir. Llorar.