Por qué la reina Letizia va a ser decisiva en la inminente cumbre de la OTAN (y que sea plebeya va a jugar a su favor)

No es una exageración: los ojos del mundo estarán puestos en Madrid desde el próximo 28 de junio, cuando dé comienzo la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid. Será con una cena de gala presidida por el rey Felipe VI y la reina Letizia y con las máximas autoridades de los 50 países invitados presentes en el Palacio Real. Se avecina un evento de calado histórico y viralidad millonaria, en el que la reina tiene que brillar.

Esta cumbre de la OTAN, la segunda que se celebra en Madrid desde la integración de España en la Alianza, supone probablemente el acontecimiento más importante para la reputación internacional de España de todo el siglo. No solo se deben echar el resto en la compleja operación de seguridad que requiere tal concentración de presidentes y primeros ministros. Las primeras damas también deben jugar su papel. Y, sobre todo, la reina Letizia .

Esta es una de las paradojas que nos depara esta cumbre histórica de la OTAN en Madrid: aunque a nivel institucional la relevancia del rey Felipe VI sea primordial, a efectos prácticos será la reina Letizia la que tenga más presencia mediática y efectiva, ya que será la anfitriona de las primeras damas y primeros caballeros en la agenda paralela que desarrollarán en la capital. Una propuesta de visitas que ha suscitado las primeras críticas.

Los encargados de confeccionar el programa que va a entretener a los acompañantes de los 'premiers' no se han devanado la cabeza para encontrar actividades a la altura de este tiempo. Las primeras damas y sus homólogos masculinos visitarán, acompañados por la reina Letizia, al Teatro Real, el Museo Reina Sofía, el Real Sitio de San Ildefonso o la Real Fábrica de Cristales de La Granja, Segovia. Todo muy monumental pero poco conectado a la contemporaneidad del país.

Puede que los destinos elegidos para esta agenda paralela de los consortes en la cumbre de la OTAN en Madrid tenga una razón suficiente: excepto en el caso del Teatro Real y el Museo Reina Sofía, que están en el centro de la ciudad, se trata de espacios fáciles de aislar en los que no será complicado desplegar los dispositivos de seguridad. Aún así, es imposible no destacar el sesgo tradicional de esta agenda turístico-cultural.

Decimos que sorprende este programa paralelo, sobre todo a la luz de las revelaciones que han trasladado a los medios de comunicación distintas fuentes gubernamentales. El objetivo de España como país anfitrión es «trasladar al mundo el proyecto de un país moderno, abierto, inclusivo, sostenible y atractivo». De hecho, se hace bastante hincapié en subrayar la modernidad y lo avanzado de la sociedad española.

Sin duda, la imagen de la reina Letizia coincide punto por punto en esa buena imagen de España que se pretende trasladar al exterior y que tiene que ver con la modernidad y la igualdad. Si hubo un tiempo en el que el factor plebeyo de la reina se contaba como una desventaja para la monarquía, hoy constatamos que es un rasgo de futuro que, además de avalar la imagen global del país, propulsa la institución al siglo XXI.

Que la anfitriona de esta cumbre sea una reina que sabe lo que es trabajar, conectada a la actualidad internacional y nacional, con un círculo íntimo en el que caben todas las clases sociales y un empeño personal en las causas relacionadas con la igualdad y la sostenibilidad, resulta providencial. De hecho, es ella la que conecta a España con la innovación y el futuro, mientras el rey Felipe VI aporta la tradición del linaje familiar.

La trascendencia de esta reunión para impulsar la imagen de España queda patente en la segunda cena que va a marcar la agenda oficial de los líderes, jefes de Estado, presidentes y primeros ministros, representados en la cumbre OTAN. Presidida por Pedro Sánchez, tendrá lugar en el Museo del Prado, la joya de la corona del patrimonio cultural español. Se celebrará la noche del día 29, y despejaremos la otra gran duda de esta cumbre: el papel de Begoña Gómez, esposa de Sánchez.

En esta segunda gran cena de la cumbre de la OTAN en Madrid, el protocolo prevé que los líderes políticos y los de la Unión Europea cenen en el Claustro de los Jerónimos, con capacidad par 400 personas y donde el objetivo será extender las conversaciones de trabajo. Por ello, sus cónyuges disfrutarán de su cena en la Sala de Las Musas.

El mundo estará atento ante las decisiones que se tomen en esta reunión al máximo nivel que está llamada a modificar la geopolítica mundial o, al menos, a marcar el inicio de ciertos movimientos estratégicos de los países miembros. Sin duda, la reina Letizia tiene en sus manos replicar las excelentes relaciones que Pedro Sánchez pretende establecer con Joe Biden en su conexión con Jill Biden. Sus conversaciones y acercamientos serán milimétricamente analizados.