Un lugar común en el mundo de las grandes celebridades globales sostiene que son ellas las que se dejan ver: jamás las pillamos. En el caso de los reyes Felipe y Letizia , este mandamiento sobre la visibilidad de las personalidades es ley. Ninguna de sus apariciones públicas cae fuera de la planificación de Casa Real, aunque quizá la reina Letizia haya contravenido a veces la regla. Su última salida a cenar no parece, sin embargo, ninguna improvisación.
Felipe y Letizia acudieron al restaurante Ferretería, en la calle Atocha de Madrid, para cenar en compañía del dermatólogo Pedro Jaén y su esposa. El operativo que debe desplegarse para proteger a los monarcas no es ninguna broma: al menos seis escoltas les acompañaron y dos de ellos se sentaron en la mesa más cercana a los comensales. Nadie puede asegurar si más personas de seguridad estaban en los alrededores.
Las filtraciones a la prensa de la agenda de los reyes apuntan a que esta cena habría sido la guinda de una noche algo más larga: Felipe y Letizia habían asistido antes a una función de teatro o a una sesión de cine que no trascendió. No es un plan nada raro de los monarcas, a los que se ha visto en varias ocasiones en salas de cine y también en espectáculos teatrales.
¿Qué detalle sorprende del relato sobre esta salida nocturna de los reyes? Felipe y Letizia no quisieron ocupar un reservado, algo absolutamente comprensible si de lo que se trata es de compartir conversación sin ser objeto de las miradas del resto de los clientes del local. Seguramente, Casa Real encontró conveniente que se visibilizara a los monarcas como la pareja que son. Que hubiera confirmación, subrayado y testimonio de su relación.
Esta preocupación de Casa Real por mostrar a los monarcas juntos parece corresponder a la sorpresa que produjo constatar que Felipe y Letizia hacen planes por separado con total tranquilidad. El rey puede ir a esquiar con sus amigos tranquilamente, cosa que hizo el fin de semana anterior a este cena, mientras la reina se dedica a otras actividades, más de su gusto.
Esto que entra en la normalidad de cualquier matrimonio, quizá ha suscitado algún temor en la hipersensible Casa Real, en permanente alerta de crisis ante cualquier resbalón que pueda menoscabar la reputación de los reyes. La verdad es que a nadie preocupó que Felipe y Letizia tuvieran agendas de ocio paralelas: no existe ahora mismo ninguna duda en la opinión pública sobre la estabilidad del equipo que forman los monarcas. ¿O debería haberla?
En todo caso, Felipe y Letizia procuran dejarse ver juntos de vez en cuando, para reforzar esa imagen de normalidad que forma parte de la nueva imagen de la Corona española. El pasado octubre, acudieron a los cines Ideal de la plaza Jacinto Benavente de Madrid para ver una película española: 'Los renglones torcidos de Dios'.
El cine favorito de la reina Letizia para hacer escapadas con amigos o con la princesa Leonor y la infanta Sofía Sofía es el Cinesa Manoteras, aunque también ha frecuentado los Kinépolis. Para películas en versión original del circuito independiente, los monarcas suelen elegir los Renoir de Plaza de España.
Los restaurante son otro punto de destino frecuente en las salidas de Felipe y Letizia, aunque es la reina la que más se ha dejado ver por distintos establecimientos de la capital, especialmente en el barrio de Malasaña. Letizia ha cenado en 'La Bicicleta', 'Gumbo', 'La Gastro', 'La Pastelería', 'Mama Campo' (al que acudió con Felipe) y se ha tomado algún gin tonic que otro en 'El Rincón' o ha quedado con amigas en 'El Café de la Luz'.
Para comidas en familia y celebraciones (cumpleaños sobre todo), a la familia real le encantan los restaurantes de comida internacional: Indian Aroma, los italianos Emma y Julia y Piú de Prima o el asiático Chen, en Aravaca. También se les ha visto en Portonovo, un conocido restaurante gallego.
El rey Felipe suele optar por cartas más contundentes cuando queda con sus amigos, especialmente si pertenecen al mundo militar. Puede acudir a un asturiano como Asgaya, en Madrid, o a Puerto Real, en Burgos. En todos los casos, hablamos de restaurantes asequibles. Los reyes no frecuentan tres estrellas MIchelin, que sepamos. Dar imagen de austeridad también es importante.
Estas salidas de los reyes que forman parte de su vida privada y que no son orquestadas por Casa Real salen a la luz, inevitablemente, gracias a los clientes de los locales, que les fotografían o cuentan en sus redes sociales que han visto a los monarcas. Son las que tienen más credibilidad, por así decirlo, y las que más delatan la vida íntima de Felipe, Letizia y sus hijas. En este sentido, las 'pilladas' de Letizia en conciertos y representaciones son de lo más reveladoras.
Nos encanta comprobar que la pasión de Letizia por la música se proyecta en sus hijas y se retroalimenta. La reina acompañó a sus hijas a los conciertos de Rosalía o Harry Styles, infiltrándose discretamente entre el público gracias a la mascarilla. Como contrapartida, seguro que ha familiarizado a sus hijas con la música indie, su favorita.
En 2015, la reina Letizia llevó a la princesa Leonor a un espectáculo de danza inspirado por las legendarias '69 canciones de amor' de la banda estadounidense Magnetics Fields, orquestadas por el maestro Max Richter. En el Teatro Real, el espacio escénico que más frecuenta junto a los Teatros del Canal.
20 de enero-18 de febrero
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