Preocupación por la privacidad de los viajes de Letizia y Leonor: los experimentos con los aviones de la familia real

De la mínima información relativa a la familia real, inluicda la curiosa agenda de la reina Letizia , que llega a dominio público, la más significativa puede ser la que se deduce de sus desplazamientos privados, incluidas sus vacaciones . No es tampoco fácil comprobar a ciencia cierta dónde viajan los reyes y sus hijas, aunque el seguimiento a la flota de aviones oficiales de la que dispone el Gobierno y las autoridades se ha convertido en una fuente fidedigna. Este verano, por ejemplo, nos dio pistas acerca del destino playero de Letizia y familia .

El rey Felipe VI, el presidente del Gobierno y los ministros tienen a su disposición siete aviones de las Fuerzas Aéreas españolas, dos Airbus A310 y cinco Falcon 900, localizados en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid). Son esas naves las que, a menudo, trasladan a Letizia y sus hijas a destino. No solo por comodidad, pues permiten la máxima privacidad y ahorro de tiempo, sino por seguridad. Como contrapartida, pueden ser controlados online.

Gracias a algunas páginas web gratuitas, es posible conocer la ruta exacta de todos los aviones del Grupo 45 de las Fuerzas Aéreas, los que sirven de taxi aéreo a la familia real y el Gobierno de España. De hecho, en sus cuentas de Twitter se va dando cuenta del movimiento de todas las aeronaves y, en ocasiones, qué uso se le está dando. Fue gracias a estos perfiles que se pudo deducir el viaje de vacaciones de Letizia y sus hijas a Grecia .

Parece sensato que los desplazamientos de la familia real, sobre todo cuando varios miembros viajan juntos a un mismo destino, se realicen en avión privado . Lograr que Letizia, Leonor y Sofía pasen inadvertidas en un vuelo comercial parece directamente imposible. Sin embargo, las tres han sido y sigue siendo usuarias de líneas aéreas convencionales en viajes privados, una circunstancia que no se daba últimamente. Hasta que Leonor ha dado el paso de volver a viajar en business.

El plan de embarque de las integrantes femeninas de la familia real (el rey Felipe no se desplaza en vuelo comercial desde hace años, que sepamos) es siempre la misma. Letizia y sus hijas acceden a la puerta de embarque a través de los accesos VIP que garantizan rapidez y máxima discreción. Lo hacen, además, cuando todo el pasaje ya ha embarcado y el avión está a punto de despegar.

La mecánica para pasar lo más inadvertida posible en el vuelo que se detectó en Letizia en noviembre de 2018, cuando viajó a Peru en un avión comercial de Iberia, es la misma que ha puesto en práctica Leonor este pasado fin de semana, para trasladarse de Vigo a Madrid. Además de ser la última pasajera en pisar la aeronave en cuestión, tiene reservado una fila de asientos en la primera línea de la clase business. Solo quien se acerca a los servicios puede advertir la presencia de un miembro de la familia real.

Evidentemente, ni Leonor ni Letizia viajan solas. En estos desplazamientos de incógnito suelen acompañarlas personal de soporte y de seguridad. No siempre es así, pues en el famoso viaje de Letizia a Lima, embarcó sola y sola estuvo durante el vuelo de 11 horas que la dejó en tierras peruanas. Sin embargo, en el viaje en vuelo regular que la reina y la infanta Sofía hicieron a Budapest en 2017, fueron acompañadas por tres personas de seguridad.

Con la seguridad de la reina y sus hijas sucede lo de las películas: sus guardaespaldas se distribuyen a lo largo del avión, para asegurarse de que ningún incidente puede repercutir en sus protegidas. Importante: en estos vuelos regulares, suele suceder que los miembros de la tripulación desconoce que un miembro de la familia real va a embarcar. En 2017, la reina lució pañuelo y gafas de sol para que no la reconocieran. En 2018, sin embargo, iba a cara descubierta. Y sin apenas maquillaje.

¿Por qué Leonor, heredera al trono, no tomó un avión privado para desplazarse de la Escuela Oficial de Marín a Madrid? Cabe argumentar que el viaje era estrictamente privado, pues acudió a Zarzuela para darle una sorpresa a su madre, la reina Letizia, y celebrar con ella su 52 cumpleaños . Pero, además, estuvo en Zaragoza, donde acompañó a su promoción en la Academia General Militar durante la ceremonia que ascendió a sus compañeros al grado de alférez.

Cabe esperar que Casa Real se vea obligada a experimentar cada vez más a la hora de planificar los desplazamientos de la familia real, sobre todo de sus miembros más jóvenes. Conforme aumenta su autonomía y vida social, querrán viajar para visitar a amigos, disfrutar de escapadas de fin de semana o sencillamente conocer mundo. Eso las obligará a pisar mucho vuelo comercial, ya que nuestra familia real no posee un avión privado propio. En Europa, solo Alberto de Mónaco posee su propio jet.