La jubilación anticipada de las reinas veteranas: las extrañas ausencias en la cumbre de Polonia en la que coinciden hoy Letizia y Máxima

La primera cita internacional de nuestra Casa Real en 2025 no puede ser más significativa: los reyes Felipe y Letizia viajan a Polonia , junto al ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, para participar en los actos de conmemoración del 80 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. Congregará a las máximas autoridades de todos los gobiernos europeos y a monarcas y príncipes herederos de todas las Coronas. La cita es histórica.

Como es lógico, no se espera ningún alarde joyero de sofisticación y glamour de las consortes asistentes, aunque siempre es interesante comprobar cómo Máxima de Holanda, Mary de Dinamarca y Letizia de España interpretan una cita tan trascendental como esta. La ceremonia tendrá lugar en una carpa instalada en al puerta principal del campo Auschwitz-Birkenau II, donde también se situará uno de los vagones de carga originales en los que los oficiales nazis trasladaban a los judíos.

Además de primeros ministros, presidentes y monarcas, están invitados a la ceremonia todos los supervivientes del Holocausto, acompañados por psicólogos que les apoyen en un acto que se prevé impactante. De hecho, algunos de ellos darán testimonio del horror vivido en los campos de exterminio. Hasta que el Ejército Rojo (soviético) liberó Auschwitz-Birkenau, allí se asesinaron a 1,1 millones de personas, la mayoría de ellos judíos, pero también prisioneros de otros países y nacionalidades.

La significación de esta reunión alcanza más allá de la memoria en el actual contexto global, a la expectativa debido a la situación de guerra en Palestina y Ucrania y a la incertidumbre que genera la figura de Donald Trump , nuevo presidente de Estados Unidos. Puede ser la primera foto de gran unidad europea frente a la renuncia de Trump a los Acuerdos climáticos de París o su decisión de salir de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una imagen en la que la presencia de reyes y reinas suma gravedad institucional y densidad emocional.

Las primeras espadas, por así decirlo, de cada Corona europea acudirán a Polonia, aunque con excepciones. No es ninguna sorpresa que Carlos III haga el esfuerzo de acudir a Auschwitz, pese a estar aún bajo tratamiento. El monarca británico ya ha anunciado su intención de viajar a Italia este año. Sin embargo, no le acompañará la reina Camilla , una de las reinas consortes que enfilan su última etapa en el trono en una especie de jubilación encubierta. Con la agenda internacional bajo mínimos.

Camilla Parker Bowles tiene 77 años y una salud de hierro que el pasado noviembre flaqueó, debido a un ingreso por infección respiratoria. Ha acompañado al rey Carlos en su viaje a Australia y Samoa el pasado octubre y también se desplazará a Italia en primavera, pero se entiende que prefiera no someterse a estos viajes cortos y estresantes, en los que su presencia no es imprescindible para el monarca. Se rumorea, además, que habrá de prepararse para otro gran viaje después del verano: India, Pakistán o Bangladesh.

Otra reina consorte que restringe muchísimo sus viajes internacionales, incluso mucho más que la reina Camilla, es la discretísima Silvia de Suecia (77). De hecho, tampoco el rey Gustavo, operado a corazón abierto en 2023, acudirá a la conmemoración de los 80 años de liberación de Auschwitz-Birkenau. Como en tantas ocasiones, será la princesa heredera Victoria la que viaje a Polonia, junto al primer ministro Ulf Kristersson y al ministro de Cultura.

Sí acudirá, además de las imprescindibles Máxima, Mary y Letizia, Matilde de Bélgica, acompañando al rey Felipe. El Gran Duque de Luxemburgo viajará a Polonia en solitario, sin María Teresa. De Noruega no veremos, por supuesto, al rey Harald y a la reina Sonia (87), esta recién operada del corazón . Hace tiempo que confían en su hijo Haakon para casi todas las labores de representación. Este también se presentará en solitario, sin la princesa Mette-Marit, a cuyos problemas de salud se suma el gran escándalo ocasionado por su hijo mayor, Marius.

No se espera que el acto se alargue más allá de los 90 minutos y se podrá seguir mediante un streaming facilitado por la televisión pública polaca. Pese a la masiva presencia de reyes y reinas, no será ninguno de ellos el que más expectación suscite. La gran incógnita será si Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, decide acudir a Auschwitz. Pesa sobre él una orden de detención internacional, pero el gobierno polaco ya ha dicho que no la llevará a cabo alegando «circunstancias extraordinarias».