Jorge Románov y su esposa, Rebecca Victoria Romanovna. /
La boda de María Francisca de Braganza , hija del aspirante al trono portugués, conocido popularmente como Dom Duarte, es el primer enlace de la Casa Real en el paísdesde la de su padre, que tuvo lugar el 19 de mayo de 1995. Algo más de un siglo después de la anterior, que ya nos lleva a retrotraernos nada menos que a 1886. Es de entender por este motivo el espacio que le está dedicando la crónica social a esta boda real , en medios impresos, digitales y audiovisuales.
Aun así, el sentimiento monárquico en Portugal no es precisamente fuerte ni parece plausible una restauración a corto o medio plazo. La institución fue abolida con la Revolución del 5 de octubre de 1910, pero el duque de Braganza y su mujer, Isabel Inês Castro Curvello de Herédia , gozan de gran predicamento social y son muy respetados en nuestro país vecino, donde se van a reunir representantes de distintas casas reales reinantes y no reinantes.
Los novios, María Francisca de Braganza y Duarte de Sousa Araújo. /
Este es el caso de la familia Románov, que asistirá en pleno. Viajarán la Gran Duquesa María, su hijo, Jorge Románov y la mujer de éste, Rebecca Bettarini de soltera, Victoria Romanovna de casada. Precisamente hablamos con ella el jueves cuando ya preparaban las maletas para desplazarse a Portugal y nos mostraba su alegría por asistir a este enlace por los estrechos vínculos familiares que mantienen.
«Hay un gran vínculo de amistad, es una familia con la que nos comunicamos mucho, tenemos una relación excelente que viene muy de atrás. El duque de Braganza vino a Moscú en 2017 para recibir la condecoración de la Orden Imperial Rusa y estuvieron en nuestra boda también. Participamos en nuestros respectivos acontecimientos familiares», manifiesta en conversación telefónica.
En efecto, el duque de Braganza y su mujer asistieron a la boda de Jorge Románov y Rebecca Bettarini el San Petersburgo el 1 de octubre de 2021, por lo que la presencia de la familia imperial rusa estaba más que confirmada desde que se anunció el pasado mes de diciembre el enlace de María Francisca de Braganza y el abogado Duarte de Sousa Araújo.
Los padres de la novia, Duarte Pio e Isabel Herede, duques de Braganza. /
En este caso será en el convento de Mafra, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2013. Un escenario distinto al que eligió para casarse su padre, el jefe de la casa real portuguesa, con Isabel Inês Castro Curvello de Herédia, el monasterio de los Jerónimos en Belém, Lisboa. Los novios han comentado que estarán rodeados de familiares y amigos, pero han declinado desvelar qué miembros de Casas Reales acudirán, porque es algo de lo que se ocupaba de convocar la propia Casa de Braganza, o lo que es lo mismo, Dom Duarte.
Está previsto que estén representadas más o menos las mismas familias que en la boda de Dom Duarte, a la que acudió representando a la familia Borbón, tan vinculada a Portugal, por los años pasados en el exilio en Estoril, la infanta Margarita, la reina Giovanna de Bulgaria, el archiduque Otto de Austria, la condesa de París, los Grandes Duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, el entonces príncipe Felipe de Bélgica, el archiduque y la archiduquesa de Austria-Este (Lorenzo y su mujer, Astrid de Bélgica) y el príncipe y la princesa de Nápoles (Víctor Manuel de Saboya y Marina Doria). Tampoco faltaron los duques de Kent.
Se desconoce qué autoridades del país asistirán, pues la presencia de importantes mandatarios en el enlace del duque de Braganza generó cierta controversia en ese momento. Recordemos que asistieron, entre otros, el presidente de la República, Mario Soares; el presidente del Parlamento, Barbosa de Melo; el primer ministro, Anibal Cavaco Silva, y varios miembros del Gobierno, lo que dio un carácter de boda de Estado al enlace.
Cavaco Silva hizo frente a las críticas afirmando: «Soy republicano, socialista y laico. Estoy aquí para asistir a la boda de una persona simpática, que conozco hace muchos años y cuya familia ocupa un lugar innegable en la historia portuguesa». Los tiempos son otros y las sensibilidades también, aunque el interés por los pormenores del devenir de esta familia parece no haber decrecido.
20 de enero-18 de febrero
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