De las tres hijas de Robert Warren Miller y María Clara Pesantes Becerra, la única que no se ha divorciado ha sido Marie-Chantal Miller, quien sigue feliz junto a su marido , Pablo de Grecia, con quien contrajo matrimonio el 1 de julio de 1995 en Londres. La socialité y el sobrino de la reina Sofía son una de las parejas más aclamadas de la la sociedad internacional y, por parentesco con diversas casas reales, habituales en muchos de los acontecimientos más señañalados del Gotha.
El magnate de los duty free y multimillonario vio con entusiasmo cómo dos de sus tres hijas se emparentaron con la realeza,. La ya referida Marie-Chantal con las familias reales griega y danesa (su suegra es Ana María de Dinamarca, hermana de la reina Margarita ) y Alexandra se casó con Alexander von Fürstenberg, hijo del fallecido y salvaje príncipe Egon von Fürstenberg y la diseñadora Diane von Fürstenberg . La tercera en discordia, Pia-Christina contrajo matrimonio con Christopher Getty, insigne miembro de la famosa saga de magnates del petróleo y del arte.
Como decimos, la boda de Marie-Chantal Miller y Pablo de Grecia tuvo lugar el 1 de julio de 1995 en la catedral ortodoxa de Londres y el padre de la novia no escatimó en presupuesto para el enlace. Era imprescindible que no tuviera nada que envidiar al de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales, y al de Andrés de Inglaterra y Sarah Ferguson . Por eso, el reto al que se enfrentaba Valentino Garavani era monumental. Es un cliché, pero en las bodas las miradas se fijan casi exclusivamente en el look nupcial.
El vestido de Diana de Gales había sido el epítome de la princesa romanizada, gracias al sentido del espectáculo de sus artífices, David y Elizabeth Emanuel . En su momento fue celebrado, pero el paso del tiempo no fue demasiado grato con el traje.
En el caso del diseño lucido por Fergie, fraguado por Lindka Cierach, no pasó la criba de los aprobados ni entonces ni ahora, pese a algunos entusiastas que en la actualidad calificaríamos de «cortesanos». En defensa de la diseñadora debemos añadir que se vio obligada a plasmar algunas de las sugerencias de su clienta, expansiva, encantadora con la prensa, pero nunca elegante.
Valentino no falló. El paso del tiempo ha sentado muy bien al traje noventero de Marie-Chantal Miller, que sigue siendo considerada el épitome de la elegancia , pues ha sabido captar muy bien la esencia de los tiempos sin perder un aire clásico y atemporal. Tuvo en su madre una excelente maestra , pues de su mano supo apreciar el valor de la alta costura, el gusto por el detalle y unas normas de corrección que nunca se salta.
Detrás de cada traje de novia de una 'royal' hay un alto componente de épica y de epopeya. Siempre se establecen lugares comunes de comunicación para enfatizar las horas de elaboración, la mano de obra, los materiales importados o artesanales… De alguna manera, así se construye la leyenda de un vestido, pero en el caso de Marie-Chantal Miller no hubo ni un ápice de exageración en la retórica que se empleó para describir un traje que sigue pareciendo actual.
Fueron más de cuatro meses de trabajo los que se le atribuyen a este vestido que pudo costar 150.000 librasesterlinas, según cifras oficiosas. Con un escote palabra de honor y un delicado cuerpo de encaje, la falda en forma de tulipán, salpicada por bordados hechos a mano, contaba con un impresionante velo de casi cinco metros. Como gran joya, destacaba la tiara del Corsario, propiedad de Ana María de Grecia, y unos pendientes de diamantes colgantes, muy visibles en primer término gracias a su estudiado recogido.
Prueba del éxito del vestido, en cuya elaboración trabajaron más de quinientas personas, es que fue incluido en una exposición en Londres en 2012 junto al de Jacqueline Bouvier, viuda de John Fitzgerald Kennedy, en su segunda boda con el armador griego Aristoteles Onassis, en 1968. Ambos, obra de Valentino. Ambos para dos mujeres que han marcado una época.
Pablo de Grecia, marido de Marie-Chantal Miller, está ahora al frente de la Casa Real griega, tras la muerte de su padre, Constantino de Grecia, pero la reinstauraicón de la monarquía en su país de origen se antoja una misión imposible. Sea como fuere, siguen teniendo un porcentaje de la población helena que les apoya, como quedó de manifiesto en el funeral de su último rey el 16 de enero del año pasado.
20 de enero-18 de febrero
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