Aristócratas a la gresca

La guerra entre el marqués de Ailesbury y su madrastra impostora: un disputado testamento y una muerte misteriosa

David Brudenell-Bruce acusa a la escritora Teresa Marshall de Paoli de usar sin permiso el título de marquesa mientras pide explicaciones por el accidente mortal de su padre.

David Brudenell-Bruce, marqués de Ailesbury. / getty images

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

La relación amorosa entre Michael Brudenell-Bruce, octavo marqués de Ailesbury y pariente lejano de Florence Brudenell-Bruce , antigua novia del príncipe Harry, y Teresa Marshall de Paoli, duró 37 años y tuvo un desenlace tan trágico como inexplicable. En mayo de 2024, el aristócrata de 98 años caía al vacío por la ventana de su dormitorio en Londres. Fue su pareja, de 89 años, la que descubrió su cuerpo sin vida.

Ahora, meses después de aquella tragedia, su hijo, David Brudenell-Bruce, el actual marqués, exige respuestas en plena guerra abierta con la que fuera su madrastra. Aunque ambos llevaban cincuenta años sin hablarse, este espera que una investigación ofrezca respuestas a las preguntas que se ciernen sobre la fatal caída de su padre.

En escenas que podrían estar sacadas directamente de la novela sobre un crimen en la alta sociedad de Paoli, 'Alianza de ricos', la familia sigue enzarzada en una amarga disputa en torno al dinero, los títulos y los bienes. Al parecer, dos años antes de su muerte, el nonagenario aristócrata había modificado su testamento para darle a su novia una quinta parte de su vasto patrimonio. Además, Brudenell-Bruce la ha acusado de «hacerse pasar repetidamente por marquesa» y de abrir una cuenta bancaria a nombre de Lady Ailesbury durante el tiempo que estuvo con el difunto marqués.

Una agria disputa familiar

Según informa 'The Times', David Brudenell-Bruce se quejó tanto a la oficina del Defensor del Pueblo e incluso al hotel Ritz de Londres para exigir a su conserje que dejara de utilizar el título de marquesa para referirse a Teresa Marshall de Paoli, ya que no se aplicaba a «una novia».

También expresó su enfado por haberle impedido visitar el féretro del fallecido marqués antes del funeral y declaró al diario inglés: «Ella, que era tan solo una novia, consiguió impedirme ver el ataúd de mi propio padre». Otros familiares también han expresado su deseo de impugnar el testamento del difunto aristócrata, ya que al parecer se encontraba en las primeras fases de demencia desde años antes de su muerte.

El actual, y enfadado marqués de Ailesbury, en una imagen de archivo. / getty images

«Dado el estado de nuestras relaciones, nunca esperé obtener nada de su testamento; después de todo, ya me había dejado su 49% de la herencia», aseguró David Brudenell-Bruce en la entrevista con 'The Times'. «Sabiendo que no iba a beneficiarme nada [del testamento], nunca presté demasiada atención a cuándo se redactó la versión final, pero ciertamente creo que las personas con demencia no deberían tomar decisiones financieras».

La marquesa impostora pasa a la ofensiva

Tras las polémicas declaraciones de su hijastro, Teresa Marshall de Paoli ha llegado a afirmar que miembros de la familia la han acusado de empujar a su difunto novio por la ventana, algo que ella niega.

La autora, que fuera en tiempos novia de Frank Sinatra , vivió junto al marqués de Ailesbury en su casa del oeste de Londres, que ella compró antes de que se conocieran, durante 14 años antes de su muerte. Anteriormente, vivieron en la finca familiar de Savernake, de 1.800 hectáreas, en el condado de Wiltshire.

«He sobrevivido a ocho meses de esta crueldad mental, mientras esa gente insinúa que yo maté a Michael«, dijo también a 'The Times'. «Es terrible. Realmente es terrible», añadió, mientras explicaba que el marqués cayó al vacío mientras intentaba coger a su gato en la ventana.

Aunque reconoce haberse hecho llamar Lady Ailesbury, asegura que fue con el permiso de su pareja para que el personal no cuestionara sus órdenes. En cuanto a la afirmación de que había impedido al actual marqués visitar el ataúd de su padre, dijo que sus maniobras legales habían retrasado el entierro un mes, lo que significaba que «el cuerpo estaba muy descompuesto» y que incluso se vio obligada a utilizar su colonia favorita, Dior Eau Sauvage, para disimular el mal olor.