Fuera del radar

Así es hoy la discreta vida de Marta Gayá, la amiga más íntima y leal del rey Juan Carlos

La mallorquina Marta Gayá saltó a los titulares por su relación con el emérito a principios de los 90, aunque siempre ha mantenido un perfil muy discreto.

Marta Gayá en una imagen de archivo. / gtres

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

El exiliado rey Juan Carlos está de máxima actualidad en las últimas fechas y no por su reciente viaje a España, donde se ha reunido con su familia , sino por la publicación de unas antiguas y polémicas fotografías en actitud cariñosa junto a Bárbara Rey. Una circunstancia que ha provocado, como víctima colateral, que vuelva a salir a la luz su amistad con Marta Gayá. Pero mientras la primera se pasea por los platós, ella reside entre Suiza y Palma de Mallorca con la más absoluta discreción y conservando una gran relación con el monarca.

Marta Gayá (Palma, 1948) es hija de Fernando Gayá, un importante empresario hotelero balear. Actualmente está divorciada del ingeniero malagueño Juan Mena, que trabajaba para su padre y con el que estuvo casada tan solo cuatro años y no tuvieron descendencia. También tiene una hermana, María Victoria, a la que está muy unida.

Empezó a frecuentar a la alta sociedad mallorquina desde los tiempos de alumna en el Colegio del Sagrado Corazón. Posteriormente, estudió decoración e interiorismo en Barcelona, pero nunca ejerció de forma profesional. También trabajó como relaciones públicas en la discoteca del Club del Mar, donde amplió su red de contactos.

Así se forjó la relación de Marta Gayá y el rey emérito

Juan Carlos I y Marta Gayá se conocieron en el verano de 1990 en Palma, en una fiesta organizada por el príncipe georgiano Zourab Tchokotua , que había sido compañero de internado del emérito. Su relación duró largos años y don Juan Carlos pudo contar siempre con la absoluta discreción de ella. En unas grabaciones del CESID, efectuadas por aquella época, el monarca declaraba, en una conversación con su amigo Josep Cusí, que no estaba dispuesto a rectificar en su actitud porque nunca había sido «tan feliz».

Marta Gayá en el funeral de Cristina Macaya. / gtres

No fue hasta 1992 cuando el nombre de Marta Gayá saltó a los medios de comunicación internacionales, primero en la prensa francesa y después en nuestro país, con un reportaje de la revista 'Época' en la que se la apodaba como 'La dama del rumor' y en el subtítulo se añadía: «Atribuyen al rey una relación sentimental con Marta Gayá».

Pese a las décadas transcurridas desde entonces, y de que su relación estuviera a punto de provocar una crisis institucional en el gobierno de Felipe González, la gran amistad entre ambos no se ha resentido. Incluso cuando irrumpió Corinna Larsen en la vida del monarca. De hecho, la socialité fue este año una de las pocas invitadas a la celebración del cumpleaños de don Juan Carlos en Abu Dabi e incluso el hecho de que viva en Suiza se aportaba como aliciente a una posible mudanza del emérito al país europeo.

Una vida lejos de escándalos y titulares

Marta Gayá está instalada en la ciudad suiza de Gstaad desde 2007, donde el emérito ha acudido a visitarla en alguna ocasión, aprovechando los viajes para ver en Ginebra a la infanta Cristina . Pero regresa a Palma a menudo, donde tiene un piso de 190 m2 cerca del paseo marítimo.

Marta Gayá en la boda de Martina Jáudenes. / gtres

En sus viajes a la isla reina la discreción. No acude a actos públicos con paparazzi ni se deja fotografiar. En marzo de 2023, acudió al funeral de su gran amiga Cristina Macaya y este mismo verano pudimos verla junto a Michael Douglas , otro notable visitante ocasional en Mallorca. Ambos se conocen desde que el actor estaba casado con su primera mujer Diandra, e incluso han posado juntos para una publicación en Instagram.

Lejos de los objetivos de los fotógrafos, Marta Gayá también se ha dejado caer en bodas como la de Martina Jáudenes , ahijada de Felipe VI, o en la fiesta de verano que celebran todos los años los Völkers. También es frecuente verla, en el puerto de Palma a bordo de su barco o cenando en un restaurante de la zona de Cala D'or, la más exclusiva de la isla.

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