Mary de Dinamarca ante la infidelidad: lo que decía antes de ver las fotos de Federico con Genoveva Casanova

Solo unas horas antes de la Nochebuena, Mary de Dinamarca no daba señales de vida en el palacio de Marselisborg, donde la familia real danesa celebra estas fiestas. ¿Pretendía la princesa heredera quedarse en Australia ? Sonaron las alarmas, claro, aunque finalmente toda la familia reapareció unida, con Federico tomando de la mano a la futura reina. ¿Ha disipado esa foto la zozobra al respecto del matrimonio que heredará la Corona? Para nada.

Aunque el comportamiento alocado del príncipe Federico ha sido desde siempre su talón de Aquiles, jamás pudo imaginarse que un futuro rey ofreciera tan fácilmente a la prensa sus actividades nocturnas, sobre todo aquellas que no comparte con Mary de Dinamarca . La clave de este comportamiento despreocupado puede estar en la protección que la familia real danesa recibe en su país: allí, pocos cuestionan la vida privada de los monarcas.

Fuera de Dinamarca, evidentemente, la atención que se prodiga a los 'royals' es otra. De hecho, no solo no están protegidos, sino que son vigilados intensamente en su agenda oficial y fuera de ella. Esta falsa sensación de impunidad que Federico pudo tener en Madrid ha terminado de la peor manera, sobre todo para la princesa Mary, abocada a una disyuntiva complicada para cualquier mujer. Sobre todo, sabiendo como sabemos lo que piensa sobre la infidelidad.

En 2005, con motivo de su matrimonio con el príncipe Federico, Mary Donaldson fue protagonista de un libro que narraba su historia de amor de cuento romántico . El libro 'Mary, princesa heredera de Dinamarca', escrito por la periodista Anne Wolden-Ræthinge, desveló lo más dulce de su enamoramiento, desde que se conocieron en Sídney durante los Juegos Olímpicos de 2000, hasta su boda en la catedral de Vor Frue Kirke (Nuestra Señora) de Copenhague. Recordemos: entonces, la foto de un Federico emocionado hasta las lágrimas por casarse con Mary dio la vuelta al mundo.

«No aceptaría la infidelidad dentro de un matrimonio», reconocía en aquel libro una jovencísima Mary Donaldson . «Una relación se basa en la confianza. Y si se abusa de esa confianza… Si, digamos, hay un abuso de confianza muy grave... Es difícil recuperar la confianza cuando se ha roto por completo. La confianza es sagrada, es una obligación y uno de los pilares de nuestra sociedad. Es necesaria para mantener la independencia, para poder funcionar en pareja».

Evidentemente, han pasado veinte años desde que Mary Donaldson realizara estas declaraciones, lógicas en una mujer joven y enamorada que acaba de casarse para toda la vida. En lo más dulce de la convivencia matrimonial, la infidelidad puede verse fácilmente como una crisis insuperable en la pareja . Con la madurez, todo adquiere más matices, aunque ciertamente esta posición inflexible al respecto de la infidelidad no es rara. Al contrario. En las parejas tradicionales, suele ser la más común.

¿Es la pareja que forman Mary Donaldson y el príncipe Federico una pareja tradicional? El libro de la periodista danesa Anne Wolden-Ræthinge así lo afirma, aunque lo hace lateralmente. Wolden-Ræthinge recoge unas declaraciones de la princesa heredera en las que se muestra poco partidaria de convertir un matrimonio al uso en un pacto de pareja que incluya a terceras personas. No tanto el famosos poliamor, como una especie de arreglo para separar vida familiar y vida amorosa.

«Sé que también hay personas en nuestra sociedad que están felizmente casadas con hijos y tienen otras relaciones», reconocía Mary Donaldson en el citado libro. «Esto es aceptado. Pero yo no podría hacerlo. Duele. Y no eres sólo tú quien está involucrado en una relación. Cuando llega un niño, ya no se trata solo de ti. Al fin y al cabo, también tienes obligaciones con ellos».

Esta radicalidad de la princesa Mary de Dinamarca, de la princesa que era hace 20 años, puede haber desaparecido hoy, pese al polémico comportamiento del príncipe Federico. De hecho, en las primeras fotografías tras su vuelta a Copenhague se dejaron ver cogidos de la mano, un gesto que subraya inequívocamente el enamoramiento de cualquier pareja. También hubo sonrisas, miradas cómplices y armonía con el príncipe Joaquín y la princesa Marie, con los que, supuestamente, existía una relación tensa .

Como suele suceder en las familias reales, la escenificación de sus relaciones ha de asumirse como la realidad de las mismas. Imposible saber si el matrimonio de los futuros reyes de Dinamarca ha vuelto del todo a la normalidad o se producirán ajustes, por el bien de la institución. Así las cosas, la principal damnificada de esta historia parece ser Genoveva Casanova, ahora atrincherada en su famoso piso de Madrid. Se cuenta que está superada por una situación que, como suele suceder, ha afectado a quien tiene menos lo merece.