Luto nacional

El funeral de Rainero de Mónaco hace 20 años: el dolor de Carolina de Mónaco, la soledad del rey Juan Carlos y una importante ausencia

Un 6 de abril de hace dos décadas moría Rainiero III, y diez días después era enterrado con la presencia de su familia (casi) al completo. Fue una ceremonia sobria para despedir al príncipe que gobernó el país durante 56 años.

Una afligida Carolina de Mónaco en el entierro de su padre, Rainiero III. / getty images

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

Un seis de abril de hace veinte años fallecía el príncipe Rainiero de Mónaco . Tenía 81 años y fallecía tras haber sido ingresado en varias ocasiones por infecciones en el pecho y los pulmones. Unos días después, el 15 de abril de 2005, bajo un sol primaveral, varios centenares de personas contemplaban cómo miembros uniformados de la guardia real llevaban el féretro del príncipe Rainiero III.

El ataúd del padre de Alberto, Estefanía y Carolina de Mónaco , que no volvió a casarse tras quedarse viudo, fue trasladado cubierto con la bandera monegasca, a través de las puertas del palacio, cubiertas de negro, y a lo largo de un recorrido de 200 metros hasta la catedral de San Nicolás. Un cañón disparó desde un fuerte que domina el puerto, las campanas repicaron y una banda tocó una marcha fúnebre.

A la cabeza de los dolientes estaban los tres hijos que tuvo Rainiero con la actriz estadounidense Grace Kelly, el amor de su vida junto a la que fue enterrado: el príncipe Alberto, su sucesor, manteniendo la compostura, y las princesas Carolina y Estefanía, ambas de riguroso luto y mantilla y sin poder contener las lágrimas.

Los tres hijos mayores de Carolina, Andrea, Carlota y Pierre, también encabezaban el solemne cortejo fúnebre. Ernesto de Hannover no asistió al funeral, ya que en aquel momento estaba recuperándose en el hospital de una inflamación aguda del páncreas.

Descendiente de la dinastía de los Grimaldi, con 700 años de antigüedad, Rainiero asumió el poder en 1949 y era el monarca que más tiempo llevaba en el poder en Europa cuando falleció el 6 de abril de 2005 tras pasar un mes en el hospital luchando contra problemas de corazón, pulmón y riñón. Mónaco decretó entonces un periodo de luto de tres meses , la mitad del concedido en su día a la princesa Grace.

Homilía para el recuerdo de Rainiero de Mónaco

«Los que estuvieron unidos aquí en la fidelidad de su amor conyugal estarán reunidos para siempre en la plenitud de su amor a Dios», aseguró monseñor Bernardo Barsi en su homilía del funeral de Estado al recordar a Rainiero y Grace Kelly, mito fundador de la leyenda rosa del principado de la Costa Azul.

El presidente francés Jacques Chirac, el rey Juan Carlos de España y el príncipe Andrés de Inglaterra fueron algunos de los dignatarios que asistieron al funeral, que desencadenó un dispositivo de seguridad sin precedentes por parte de las autoridades monegascas y galas.

Los Grimaldi, en el funeral de Estado del príncipe Rainiero. / gtres

Cientos de policías rodearon las carreteras de acceso al principado y gran parte de la Roca fue acordonada para los no residentes. Se cerró el espacio aéreo y se prohibió el acceso a las aguas costeras. También se cerraron tiendas y comercios en todo el pequeño Estado, donde las banderas rojiblancas ondearon a media asta.

Sangre azul y entierro íntimo para el príncipe Rainiero

Durante su largo reinado, Rainiero convirtió a Mónaco en un próspero centro turístico y bancario. Pero será recordado sobre todo por su matrimonio de cuento de hadas con Grace Kelly, que acabó en tragedia cuando la oscarizada actriz estadounidense murió en un accidente de coche en 1982.

A su despedida acudieron también numerosos miembros de la realeza. Además del rey de España, vimos a Alberto II de Bélgica, Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, Sonia de Noruega, el entonces príncipe heredero Guillermo Alejandro de los Países Bajos o Farah Pahlavi, viuda del sha de Irán.

Tras el funeral de Estado los Grimaldi ofrecieron una recepción por la tarde para varios centenares de invitados. Finalmente, a las seis y media se celebró una misa de réquiem en la catedral para los residentes en Mónaco, tras la cual Rainiero fue finalmente enterrado junto a su esposa en una ceremonia íntima a solas con sus hijos y nietos.