Mini royals solitarios y niñeras conflictivas: los escándalos más sonados de las nannies de la realeza que nunca olvidaremos (sí, hablamos de Carolina de Mónaco y William y Harry de Inglaterra)

La infancia de los niños royal puede ser extremadamente solitaria y un valle de lágrimas o todo lo contrario, todo depende de la nanny que escojan para ellos… y de cómo se lleve con los padres.

Tiggy Legge-Bourke, la niñera preferida de los príncipes de Inglaterra y la más odiada por Diana de Gales. / instagram

Silvia Vivas
Silvia Vivas

La confesión de Carolina de Mónaco, princesa de Hannover , sobre lo triste y solitaria que fue la infancia de ella y sus hermanos nos dejó sobrecogidos y con las ideas claras: a veces uno es tan pobre que solo tiene dinero. Mientras los niños royals son como todos los demás niños, que quieren estar con sus padres por encima de todo, los padres royals no son como todos los padres: sus responsabilidades y su fortuna les permite (y en ocasiones obliga contra su voluntad como le ocurría a Diana de Gales) a que el contacto con sus hijos se reduzca al mínimo.

La consecuencia de todo esto es que las nannies son imprescindibles en cualquier casa real y que la buena relación entre los padres y la nanny es fundamental para la estabilidad de los menores, un panorama que explica perfectamente por qué la mano que mece la cuna es la mano que domina el mundo... y que no siempre se consigue, como le sucedió en repetidas ocasiones a la princesa de Gales, Diana.

Carolina de Mónaco y su infancia al lado de Maureen Wood

De todos los padres ausentes de las monarquías reinantes europeas el matrimonio formado por Rainiero de Mónaco y la estrella de cine Grace Kelly es un buen ejemplo de lo que se creía que era una buena crianza de los príncipes en el siglo pasado. Mientras los príncipes reinantes de Mónaco viajaban por el mundo buscando apoyos para el principado, y protagonizaban cenas de gala y eventos a diario, Carolina, Alberto y Estefanía se criaban en palacio en compañía de Maureen Wood.

Mauren Wood, la imprescindible niñera de los príncipes de Mónaco. / gtres

Desgraciadamente para los herederos monegascos, la infancia del propio Rainiero había sido un completo desastre emocional y Grace Kelly estaba tan comprometida con su carrera como princesa como lo estuvo con su carrera como actriz.

Carolina de Mónaco recordó hace unos años que todos ellos estaban mucho más unidos a la niñera que a sus propios padres, con los que no compartió ni mesa ni conversación hasta que no cumplió 14 años, y que de pequeños lloraban tanto cuando Maureen se iba de vacaciones que la propia Grace llamaba por teléfono a la niñera para que volviera antes de su descanso… cosa que la mujer siempre hacía.

Las 1001 niñeras de Diana de Galeso

Mientras algunas royals optaban por desaparecer del mapa cuando tenían hijos para atender a sus compromisos institucionales, Diana de Gales intentó ser todo lo contrario. Quería ser una madre presente en la vida de Enrique y Guillermo y criar a los príncipes bajo sus propias reglas… lo que le valió más de un enfrentamiento con las nannies reales.

Barbara Barnes, la niñera despedida por Diana de Gales por actuar como una «madre sustituta». / getty images

El hecho de que además las niñeras de los Windsor fueran las testigos mudas y de primera línea de la debacle matrimonial entre el príncipe Carlos y su mujer, no ayudaba precisamente a calmar la animadversión que la princesa de Gales acabó desarrollando hacia todas las niñeras de sus hijos.

La primera del listado en caer fue Barbara Barnes, una mujer de 42 años que llegó a palacio con el visto bueno de la persona de confianza de la reina Isabel II, lady Anne. Barbara fue enseguida consciente de la personalidad frágil de la princesa, de su compleja relación con su marido y de que tendría que hacer frente al hecho de que aquella casa era, en realidad, un campo de minas.

Ruth Wallace, la niñera que contrató Diana de Gales para sustituir a «Baba». / getty images

«Baba», como la llamaban los pequeños príncipes, les enseñó a andar, a hablar y a leer e incluso se los llevó de vacaciones a Escocia con sus propia familia, pero a Diana no le gustaba que sus propios hijos la consideraban una «madre sustituta». Con la excusa de que la niñera realizó en sus vacaciones de 1986 un viaje a Mustique en el que asistió a una fiesta con royals y celebrities, Diana ordenó que se hicieran las maletas de la niñera, le prohibió todo contacto con sus hijos, y la despidó de un día para otro impidiéndola, incluso, que se despidiera de los niños.

Vídeo. Grace Kelly, así fue la relación con sus hijos

Otras niñeras de la vida de Enrique y Guillermo no corrieron la misma suerte: Ruth Wallace sustituyó a Barbara con el visto bueno de Diana de Gales que la contrató después de que la propia Barbara la hubiera despedido y el amor de los príncipes por ella fue evidente cuando que quedaron desolados por su temprana muerte a los 50 años.

Olga Powell fue otra de las nannies que llegó a Kensington cuando Guillermo apenas tenía seis meses y se quedó hasta que el príncipe cumplió los 15 sin ningún problema. Y Jessie Webb apareció en las vidas de los príncipes cuando el matrimonio de sus padres daba los últimos coletazos y se esforzó por darle un poco de alegría a los niños (aunque fuera en forma de donuts y golosinas)...

Pero de todo el listado la que sin duda se llevó la pero parte fue Tiggy Legge-Bourke , la joven a la que Diana de Gales acusó en medio de una fiesta de haberse quedado embarazada de su marido el príncipe Carlos... y que a pesar de todo fue invitada a la boda del príncipe Enrique con Meghan Markle

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?