Noor de Jordania: 70 esplendorosos años, millonaria, comparada con Grace Kelly, enemiga de Rania de Jordania y experta en escándalos de palacio

Cumple 70 años Noor de Jordania, una reina que no lo ha tenido fácil entre las intrigas palaciegas y la geopolítica en Oriente Próximo.

La reina Noor en la playa de Aqaba beach con su hija, la princesas Iman. Pincha sobre la foto si quieres ver los mejores looks de su sucesora, la reina Rania. /getty images

La reina Noor en la playa de Aqaba beach con su hija, la princesas Iman. Pincha sobre la foto si quieres ver los mejores looks de su sucesora, la reina Rania. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Su biografía está jalonada de anécdotas y experiencias dignas de una película de intriga, todas relacionadas con la monarquía más glamourosa de Oriente Próximo. Lisa Halaby (Washington, 1951), más conocida como la reina Noor de Jordania , vio por primera vez al rey Hussein (la historia de sus esposas, aquí) (y bonus: sabemos por qué llamaban al rey Hussein, el rey plaboy ) en el verano de 1976, cuando este aún vivía felizmente casado con la reina Alia, su tercera esposa. Lisa acompañaba a su padre, Najeeb Halaby, quien debía reunirse con el monarca para poner en marcha una línea aérea panárabe. Halaby, reputado aviador y millonario de origen sirio-libanés, había llegado a ser director ejecutivo de Pan Am, y su hija formó parte de la primera generación de mujeres que se graduó en Princeton. No era la primera vez que viajaba a Oriente. Al termina la carrera, la futura reina Noor de Jordania quiso explorar sus orígenes y pasó una temporada en Teherán. Allí, le leyeron los posos del café y predijeron su futuro: «Volverás a Arabia y te casarás con alguien de alta cuna, un aristócrata de la tierra de tus ancestros».

Lisa Halaby se había licenciado en arquitectura, así que su padre quiso que dirigiera en departamento de diseño de Arab Air Service, la compañía que iba a implantar en Jordania. Para ello volvió a volar al país desde su residencia en Beirut, esta vez ya no de acompañante, sino para mantener una serie de reuniones con el equipo del rey Hussein, quien acababa de enviudar. El flechazo fue, como dice la canción, instantáneo. Al menos por parte del monarca, quien ordenó a sus secretarios que sumaran a la joven estadounidense a sus reuniones, aunque no fueran de su directa competencia.

Vídeo.

Lisa tenía 26 años y era una joven mujer de gran belleza rubia e impecable educación, acostumbrada a moverse con libertad y autonomía por todo el mundo. Las reuniones pronto se transformaron en cenas. «Durante seis semanas cenamos juntos cada noche. Hablamos sobre todo. Fueron encuentros maravillosos en los que nos dejamos conocer», relató la futura reina a The New York Times, poco antes de su boda. La foto que vemos sobre estas líneas fue la primera que se tomaron juntos.

Antes de la llegada de Lisa Halaby, la futura reina Noor, la vida sentimental del rey Hussein de Jordania no había sido nada sencilla. El flechazo sacó al monarca de la tristeza y la soledad que sufría desde el fallecimiento de la reina Alia, su tercera esposa, en una accidente de helicóptero. Sucedió en 1977, solo meses antes de su primer encuentro con Noor. El rey Hussein quedó viudo y con ocho hijos, cinco de ellos de sus anteriores esposas, la reina Dina, princesa hachemita y prima lejana (se casaron cuando él tenía 19 años y ella, 26); y la británica Antoinette Avril Gardiner, la reina Muna Al-Huséin, a la que conoció en el rodaje de «Lawrence de Arabia», el clásico de David Lean con Peter O'Toole. Gardiner era asistente de secretaria en el set de filmación y hoy es la orgullosa madre del actual monarca jordano, el rey Abdalá.

La boda entre el rey Hussein y Lisa Halaby se celebró finalmente el 15 de junio de 1978 y no fue, de ninguna manera, como la novia esperaba. Por un lado, comenzaron las intrigas fuera y dentro de palacio. Se instaló el rumor de que su presencia formaba parte de una maniobra de la CIA para desestabilizar al país y en la corte no gustaba su religión protestante ni que midiera bastantes centímetros más que el Rey. Por otro, ella tenía dudas sobre su papel como reina que, además, debía hacerse cargo de ocho hijos.

«No puedo negar que la idea de ser la cuarta esposa, la cuarta esposa de quien sea, era algo que me turbaba», escribió Noor de Jordania en su autobiografía 'Salto de fe'. Finalmente, Lisa tuvo que convertirse apresuradamente al Islam y renunció a los tacones. Hussein la bautizó Noor al Huséin, que significa en árabe «la luz de Huséin». La ceremonia de boda duró cinco minutos en el palacio de Zahran y la reina Noor no pudo llevar su vestido hippie chic de Yves Saint Laurent: tuvo que vestir Dior.

Rápidamente, el mundo advirtió la innata elegancia de la nueva reina de Oriente, hasta el punto de bautizarla como una nueva Grace Kelly. A Noor le interesaba muchísimo la moda, hasta el punto de tratar introducir cambios en el vestuario de su marido, algo que el rígido protocolo de palacio no permitía. Aunque no logró que él llevara sus 'frívolas' corbatas de diseño, ella sí se perdía por las tiendas de la avenue Montaigne de París, donde acudía rodeada de guardaespaldas y paparazzi. Entre 1980 y 1986, Noor y Hussein fueron padres por partida cuádruple: nacieron el príncipe Hamzah, el príncipe Hashim, la princesa Iman y la princesa Raiyah.

Además de sus labores maternales, la Reina procuró romper los estereotipos que Occidente mantiene sobre los países árabes y ofrecer una imagen más moderna de la monarquía jordana. Pese a los rumores, las críticas y los prejuicios, la pareja real se mostró unida y enamorada. «Mi vida ha sido un cúmulo de tragedias. Ella me ha dado una fuerza y una felicidad que no creía posible volver a encontrar», aseguró el rey. Desafortunadamente, cayó enfermo de cáncer linfático en 1998 y falleció en 1999.

Al enviudar, la reina Noor tuvo que mantener su más duro combate, de nuevo contra las intrigas palaciegas que la situaban como una mala influencia sobre el Rey y, lo que es peor, con Rania, la esposa del hijo mayor de su fallecido esposo, Abdalá. El problema fue, como no podía ser de otra manera, la sucesión. En la corte se rumoreaba que Noor había hecho movimientos para que su hijo primogénito, el príncipe Hamzah, fuera el heredero al trono. Sin embargo, el rey Hussein decidió que le sucediera Abdalá, hijo de la princesa Muna, su segunda esposa, y colocó a Hamah el segundo en la línea de sucesión.

«Apoyé plenamente su decisión», escribió Noor de Jordania entonces. «Contrariamente a lo que afirmaban los rumores, que había estado presionando a Hussein para que nombrase sucesor a Hamzah, yo siempre había defendido que Hamzah debía tener la oportunidad de ir a la universidad y de desarrollar sus facultades e intereses intelectuales». Al coronarse Abdalá II, la reina Rania trató por todos los medios que Noor perdiera el título de reina, cosa que no consiguió. Rania no quería que ninguna Reina de Jordania le hiciera la competencia ni en influencia ni en elegancia. Por eso, Noor, decidió abandonar el país y regresar a Estados Unidos.

Ahora comprobamos que aquellas tensiones, supuestamente resueltas con la coronación de Abdalá II, continúan existiendo. Dicen que el rey Hussein regaló a Noor en su lecho de muerte la posibilidad de que el hijo de ambos fuera Rey de Jordania a la muerte de Abdallá. Sin embargo, este decidió en 2004 retirar a su medio hermano de la línea de sucesión y colocar a su propio hijo mayor, Hussein. La repercusión ha tardado 22 años en producirse, pero ha sido contundente: el pasado abril, el Rey ordenó la detención del príncipe Hamzah por liderar un golpe palaciego, junto con otros 20 altos funcionarios del gobierno.

Dos de los altos cargos han sido condenados a 15 años de prisión, mientras que Hamzah ha tenido que jurar lealtad al Rey y niega cualquier tipo de intención golpista y menos una supuesta alianza con Arabia Saudí. Mientras, Noor de Jordania niega desde Estados Unidos que su hijo esté involucrado en esta conspiración para hacerse con el poder. En su opinión, todo ha sido una «campaña de desinformación para difamar a m hijo».

20 de enero-18 de febrero

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