La 'traición' de Marie-Chantal Miller a su hija Olympia: por qué la primogénita de Pablo de Grecia no heredará la jefatura de la casa real griega

Pese a la ausencia del rey Carlos y del príncipe de Gales, parece haber acuerdo general en el que la comparecencia de royals y aristócratas en la misa en memoria de Constantino de Grecia fue sobresaliente. Encabezando la comitiva de familiares, Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller se acompañaron por casi todos sus hijos, con la estelar Olympia despuntando, como siempre, por su impecable estilo. Es, probablemente, la única asistente al servicio religioso que podría compararse con una elegantísima reina Letizia .

La aparición de Pablo de Grecia y sus hijos llamó la atención, primeramente, por Olympia, vestida con un minimalista vestido azul marino y un abrigo entallado negro que le quedaba como un guante. Su presencia casi está a punto de eclipsar una ausencia que ha pasado inadvertida, pero que tiene su importancia. Faltó a la misa en memoria de su abuelo Constantino el hijo mayor de Marie-Chantal Miller , Constantino-Alexios. Sí acudieron Aquileas-Andreas, Odysseas-Kimon y Aristidis-Stavros, los tres pequeños.

Si la ausencia del príncipe Constantino , Tino para amigos y familia, tiene justificación, queda para el ámbito privado de la familia. En todo caso, mientras sus padres y hermanos tuvieron que volar desde Nueva York, donde viven, a Londres, él no necesitó desplazarse, ya que vive en la capital británica desde que se licenció, en 2022. De hecho, es uno de los royals favoritos de la vida social londinense, por méritos propios y por su noviazgo con Poppy Delevingne .

El joven príncipe Constantino, un bellezón imponente, no acudió a la capilla de San Jorge del castillo de Windsor junto a su familia, como sí hizo Olympia, también residente en Londres . Nótese la ironía: la primogénita cumple con puntualidad con las citas sociales del elitista mundo de la realeza europea, aunque por decisión de Pablo y Marie Chantal Miller sea él el heredero de la jefatura de la casa real griega y no su hermana.

Olympia de Grecia es el primer vástago del matrimonio formado por Pablo de Grecia y Maire-Chantal Miller, y aunque es un año mayor que Constantino Alexios y, por tanto, le pertenecería ostentar la jefatura de la casa real griega e, hipotéticamente, trono, corona y cetro, es su hermano quien lo recibirá. Así lo ha decidido Pablo de Grecia al no ignorar la ley sálica que parece seguir importando a estos royals aparentemente modernos, pero fundamentalmente conservadores de las más rancias tradiciones. Resulta sorprendente que Marie-Chantal Miller, una mujer de su tiempo, no haya librado esta batalla por su hija.

Aunque ni Olympia ni Tino tendrán que buscar popularidad ciudadana alguna que sustente ninguna monarquía, pues la griega se abolió con un referéndum en 1973, sin duda su perfil social y profesional se elevará considerablemente al convertirse en jefes de la casa real. Parece que Pablo de Grecia ha decidido otorgar a su hijo tal privilegio, aparentemente consistente en la carrera en el mundo financiero que probablemente le espera. Más que elegir a un jefe de la casa real griega, ha elegido al mejor gestor del imperio financiero que conlleva.

Lo cierto es que Olympia de Grecia no parece nada interesada en los manejos patrimoniales, pues estudió fotografía y se dedica a tiempo completo a representar a distintas marcas de lujo, como Louis Vuitton, Bulgari o Aquazzura. La primogénita de Marie-Chantal Miller está erigiendo su propio imperio económico en la industria más elitista, exigente y millonaria posible. En su caso, tendría más que aportar a la casa real griega que al contrario: su imagen, popularidad y reputación en el mundo del lujo ofrecería una visibilidad inapreciable.

Evidentemente, la consistente presencia de Olympia de Grecia en los eventos reales prueba que no desaparecerá de la órbita de la realeza, pese a que el papel principal vaya a parar a manos de su hermano. De esta forma, la casa real griega continuará siendo sinónimo de belleza, aunque el poder quede en manos de Tino. Aún así, sorprende que a estas alturas del siglo XXI las mujeres continúen renunciando al protagonismo y autoridad que legítimamente les pertenece.

El paso atrás de Olympia y, de alguna manera, la falta de visión o de margen de maniobra de su madre, hace que la primogénita no se proyecte en la experiencia de poder que sí tendrán otras jóvenes europeas, jefas de sus respectivas casas reales. Nos referimos a Leonor de Borbón, Amalia de Países Bajos o Elisabeth de Bélgica, todas futuras reinas.

Una pena que Olympia no pueda ser la lideresa de todas estas herederas. De momento, solo puede consolarse con el título de la socialite más cool de Londres o la soltera de oro de la alta sociedad global. En ese pequeño círculo de royals y aristócratas, quizá sea más fácil casarse si no te has convertido ya en la jefa.