Los abuelos son un tesoro y más en Navidad. Pero hay abuelos muy especiales tanto como sus nietos: nos referimos a todos esos abuelos «plebeyos» que verán en un futuro a sus nietos coronarse por todo lo alto. ¿Pero cómo son Paloma Rocasolano, Carole Middleton o Lynette Wittstock cuando ejercen de abuelas de sus pequeños royal? Es hora de conocer un poco de una de las relaciones más bonitas de la infancia.
El discreto segundo plano que siempre ha seguido Paloma Rocasolano en todo lo que la familia real concierne se desdibuja cuando se trata de sus nietas royal, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Uno de los motivos del famoso rumor sobre que la reina Letizia y la madre del rey, doña Sofía, no se llevan todo lo bien que debería tiene como protagonista a Paloma Rocasolano.
Vídeo. Paloma Rocasolano, así ha sido su pasado amoroso
En cuanto Leonor y Sofía nacieron, la presencia de la madre de la reina Letizia en Zarzuela fue constante. Ella se encargaba de supervisar a las niñas cuando sus padres estaban ausentes y en ella confiaba la reina Letizia para garantizar que las rutinas y comidas de las niñas siguieran su esquema. Paloma Rocasolano es, sin duda, la «abu» de las hijas de los reyes. es la madrina de bautismo de Sofía, la que explotaba de orgullo en el primer discurso de Leonor y la que estaba en Los alpes viendo cómo la princesa aprendía a esquiar.
Dicen los periodistas especializados en los que pasa por palacio que fue esa omnipresencia de puertas adentro el motivo de la queja de la reina Sofía ante su familia griega, « la madre de Letizia está siempre allí», dijo en un extraño bucle del destino porque fue prácticamente lo mismo que dijeron las hermanas de Juan Carlos I sobre la omnipresencia de Irene de Grecia cuando los reyes se casaron. De aquellos comentarios nacieron los rumores y el famoso episodio de Palma que luego se quiso arreglar con una visita todos juntos al Palacio Real: de las pocas veces que hemos visto a estas dos abuelas juntas.
La primera aparición pública oficial de Lynette Wittstock tuvo lugar el 2 de julio de 2011, durante la boda de su hija con el príncipe Alberto de Mónaco y poco más sabemos de ella, desapareció envuelta en un halo de discreción y silencio que no poseen el resto de sus hijos ni su propio marido, que ha salido hasta en el Paris Match. Ahora sabemos que durante siete meses se instaló en la Villa La Turbie para ayudar a su hija con la boda y que ha dado fe por activa y por pasiva de que Charlène nunca intentó huir de su compromiso: ella estaba allí para verlo.
A pesar de tener poco o nada que ver con los Grimaldi las idas y venidas de Lynette Wittstock desde Sudáfrica al principado han sido constantes desde que nacieron sus nietos. Ha sido la eterna abuela presente/ausente y a la que los mellizos monegascos dedicaron el famoso vídeo «I miss you, I love you» en 2019 cuando cumplieron cinco años. Ahora, con más de 70 años cumplidos y en plena pandemia, su acercamiento a sus nietos está más restringido que nunca (ni siquiera visitó a su hija la princesa Charlène en Sudáfrica durante su enfermedad), pero gracias a ella conocemos el dolor más íntimo de Charlène: siempre soñó con tener una familia numerosa de al menos cinco niños. Lo que está claro es que para la abuela Lynette de Jaime y Gabriella van a tener que ser suficientes.
Algún día Kate Middleton será reina y algún día su hijo Jorge será rey, pero de momento es un crío pequeño, como sus hermanos Carlota y Luis, y disfruta a tope de tener solo una abuela que vale por dos: Carole Middleton. Será porque se ha convertido en un icono de estilo como su hija, será porque no tiene que competir con nadie más que con el recuerdo de Diana de Gales (desgraciadamente a la otra abuela de los nietos de Lady Di no la pueden ni ver en Reino Unido) o será porque está especializadísima en fiestas infantiles, Carole Middleton se ha convertido en la abuela plebeya más divertida del panorama royal.
Y para llegar aún más al corazoncito de todos los británicos se ha declarado una firme defensora de que sus nietos, por muy royals que sean, se manchen al jugar especialmente mientras practican jardinería con ella, el pasatiempo favorito de cualquier británico de bien. Rebuscar patatas en el huerto familiar y plantar zanahorias son otras de las actividades que los pequeños de Kate Middleton pueden realizar en casa de su abuela. En resumen: mucho juego, mucho aire libre y de postre galletas. Vamos, la abuela perfecta.