El vínculo especial de Paola Marzotto, madre de Beatrice Borromeo, con España: arte, amigos y vacaciones en Ribadesella

Es inquieta por naturaleza y una de sus grandes luchas es el cambio climático. Esa es la esencia de la exposición «Antártida, belleza que se derrite. Aurora» de la fotógrafa italiana Paola Marzotto , madre de Beatrice Borromeo , que se podrá disfrutar en la sala 607 del Palacio Libertad de Buenos Aires desde el 22 de febrero hasta el 22 de abril, y simultáneamente en el Ecoparque para ser contempladas al aire libre y en familia. En los próximos meses llegará a España.

«Estas místicas y rosadas auroras antárticas plasmadas en clave pictórica a través del sensible uso de la cámara fotográfica nos proponen caminar con la mirada panorámica un grado cero del paisaje, deviniendo en un gesto de profunda humildad: ver, conocer, compartir y amar aquello que, no por remoto, encierra la clave sustentable de la armonía y la prosperidad de la vida en el planeta que habitamos», ha manifestado el comisario de la exposición, Pablo La Padula.

Esta serie fotográfica también recalará en España, en una fecha y lugar todavía por cerrar, pero ya se está trabajando en ello. Son 20 imágenes de gran formato correspondientes al último viaje de Marzotto a la Antártida en 2023 en el rompehielos ARA Almirante Irízar.

Paola Marzotto tiene grandes vínculos con nuestro país desde su infancia, pues sus padres, el conde Umberto Marzotto y su madre, la incombustible Marta Marzotto, solían llevarla con ellos a las cacerías organizadas por los marqueses de Villaverde, Cristobal Martínez-Bordiú y Carmen Franco . Incluso estuvo presente en la boda del recordado duque de Cádiz con Carmen Martínez-Bordiú .

En las exposiciones que ha organizado en España se han dado cita algunas personalidades de la alta sociedad, pero su vínculo más especial aquí son unos amigos que viven cerca de Ribadesella, en Asturias, donde le gusta pasar unos días cada verano. Le encantan el clima, la gastronomía y la gente, como ha reconocido en diversas entrevistas.

«Conocíamos a muchos españoles desde finales de los 60 y mi madre era el alma de la fiesta . Mi padre era muy normal, muy dulce, maravilloso, muy tranquilo, con los pies en la tierra, muy familiar, muy cariñoso...», declaraba Paola Marzotto en mayo de 2023 con motivo de la presentación de su exposición 'My Giverny', el patio central de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid, donde se dieron cita personalidades del mundo artístico, cultural y financiero.

En la exposición anterior, que también se organizó en el mismo escenario, contó con la presencia de la socialité Naty Abascal , que no quiso perderse 'Antartica, melting beauty' (Antártida, belleza que se derrite). Marzotto tiene unos grandes vínculos afectivos con Madrid, una ciudad que conoce muy bien, y se encargó personalmente de convocar a sus amigos más íntimos en ambas ocasiones.

Paola Marzotto es una mujer muy cosmopolita desde la cuna. En la actualidad vive en una finca en Punta del Este, en Uruguay, más o menos seis meses al año, pasa algún tiempo en Buenos Aires, uno o dos meses al año, y viaja a Mónaco, para encontrarse con su hija, Beatrice Borromeo y sus hijos, y a Varese, para verse con su hijo, Carlo y los suyos. En Milán tiene un apartamento, que utiliza en las temporadas que pasa allí, generalmente de abril a noviembre.

Marzotto habla un perfecto español y se siente muy feliz en Punta del Este, en pleno contacto con la naturaleza. Desde el 75 comenzó sus andanzas con la fotografía. Un camino de exploración y disfrute que le ha servido para estar en rodajes como 'Apocalypse Now' de Francis Ford Coppola, aunque también lo combinó con otra de sus pasione, comenzó a escribir en el periódico 'La Reppublica', especialmente de teatro, que le apasiona.

Otra faceta que debemos destacar de la consuegra de Carolina de Mónaco , por quien siente una gran admiración por su labor humanitaria, es su trabajo en Eye-V Gallery, donde exponen fotógrafos con una perspectiva pictórica. Nació en 2021, después de que se rompiera una pierna en noviembre de 2020 y unos fotógrafos le pidieron que organizara una exposición. La galería se hizo realidad y no ha hecho sino crecer desde entonces.

Según sus palabras, la Inteligencia Artificial aplicada a la fotografía no le interesa en absoluto. Sus inquietudes están más en encontrar la belleza, la mística y la armonía de la naturaleza. Bajo estos postulados se ha abierto un hueco en el complicado mundo de la fotografía y, sobre todo, está ayudando a dar visibilidad a artistas emergentes con mucho talento. Sin renunciar, por cierto, a su conciencia social.