La princesa Leonor cumple 18 años, jura la Constitución y se pone ya a disposición de las circunstancias para ocupar el trono, una circunstancia que se celebrará en el Palacio Real de El Pardo. /
Son tantas las incertidumbres que rodean a la celebración del 18 cumpleaños de Leonor , esa fiesta privada que va a exponer el estado de forma de las relaciones familiares en la familia Borbón, que apenas podemos agarrarnos a una certeza. La apasionante reunión de monarcas, infantas y 'royals' secundarios se celebrará, según confirmó Casa Real, en el Palacio Real de El Pardo. ¿Por qué se ha elegido este emplazamiento?
El detalle no puede pasar inadvertido. El comunicado de Casa Real anuncia que la fiesta de cumpleaños será privada , trasladando la impresión de que será un acontecimiento estrictamente familiar. Sin embargo, se celebra en el Palacio Real de El Pardo, un espacio dedicado a lo institucional y símbolo primero del poder de la Corona. Si es una fiesta íntima ¿por qué no se produce en casa, en Zarzuela?
En esta particularidad de la fiesta por la mayoría de edad de la futura reina Leonor encontramos plasmada la complejidad de las relaciones en la familia real, trufadas de acontecimientos en los que cada miembro de la familia se ve impelido a acatar la jerarquía. No es Leonor, la prima, sobrina o nieta, la que invita a su cumpleaños . Es la futura reina, jefa de la Casa y de la familia la que reclama por primera vez la lealtad familiar.
Lo cierto es que el Palacio Real de El Pardo solo ofrece ventajas para los reyes Felipe y Letizia, si es cierto que buscan preservar el desarrollo de la fiesta y hasta proteger la entrada y salida de VIP's de la familia . ¿Podremos saber si, finalmente, acuden los Marichalar y los Urdangarin? Difícil. De hecho, es prácticamente imposible saber cuántos accesos existen además del principal, el que utilizan los visitantes y turistas.
Una valla de 66 kilómetros impide el acceso a los 160 kilómetros cuadrados de bosque mediterráneo de máxima riqueza medioambiental donde se sitúa el Palacio Real de El Pardo, además del Palacio de la Zarzuela, el de la Quinta del Duque de Arco o la finca La Angorrilla, el famoso pabellón de caza en el que el rey emérito Juan Carlos vivió con Corinna Larsen . Es el equivalente a más de la mitad de los distritos de Madrid.
A los efectos, el Monte de El Pardo es de uso exclusivo de la familia real. De hecho, distintos reyes lo utilizaron como coto de caza desde el siglo XI, cosa que algunos historiadores sostienen como un motivo de peso para que Madrid se convirtiera en capital de España. Hoy, algunos grupos políticos piden que se convierta en Parque Nacional al estilo de Muniellos (Asturias), donde solo pueden acceder 20 personas al día.
La fachada principal del Palacio Real de El Pardo, a diez kilómetros de Madrid. /
Pero no solo es deseable el aislamiento, sino también la función del Palacio Real de El Pardo, hoy dedicado a alojar a monarcas extranjeros y mandatarios en visita oficial. Se trata de unas instalaciones que, además de un valor arquitectónico, artístico e histórico innegable, están equipadas para ofrecer cenas de gala al máximo nivel y para medio millar de personas.
En El Palacio real de El Pardo se han celebrado incontables cenas de gala, la petición de mano de los reyes Felipe y Letizia o la cena de gala anterior a la boda . La limpieza, el mantenimiento y el suministro nivel cinco estrellas está a cargo del grupo Meliá, que ofrece allí un servicio 'premium'. Pero, además de alojar VIP's, también ha sido el escenario de recepciones de todo tipo, como la que se celebró en 2018 a los ganadores del concurso '¿Qué es un Rey para ti?'.
Los últimos mandatarios internacionales que se alojaron allí fueron el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su esposa, Verónica Alcocer . Los primeros, en marzo de 1983, los monarcas suecos Carlos Gustavo y Silvia. El rey emérito Juan Carlos celebró allí su 70 cumpleaños junto a 450 invitados, la mayoría políticos, incluidos cuatro de los cinco presidentes de la democracia: Zapatero, Aznar, González y Calvo Sotelo.
El pasado marzo, se cumplieron 40 años del uso del Palacio Real de El Pardo como residencia oficial para mandatarios internacionales. Fue entonces cuando se inauguró la gran renovación que actualizó el que fue residencia oficial del dictador Francisco Franco, su familia y su corte , durante 36 años. Las obras duraron tres años y se gastaron 400 millones de pesetas en restauración y 140 en decoración.
Gracias al Nodo, los españoles supieron que se celebraban en el Palacio de El Pardo la boda de su hija Carmencita con el marqués de Villaverde, los bautizos de sus siete nietos o el fastuoso enlace de la primera nieta del dictador, Carmen Martínez-Bordiú , con Alfonso de Borbón. Franco encontró en este palacio el lugar perfecto para proyectar sus sueños de grandeza imperial (aunque su intención primera fue instalarse en el Palacio Real) y practicar su actividad favorita: la caza.
A su llegada al Palacio Real de El Pardo, Francisco Franco se instaló en las antiguas recámaras del Príncipe de Asturias, recicló el comedor de Carlos III en sala del consejo de ministros y la sala de recibir regia en despacho. Allí dispuso una bola del mundo idéntica a la que mostraba Chaplin en la película 'El gran dictador' y la reliquia más importante: el brazo incorrupto de Teresa de Jesús, que era para Franco su talismán.
Quien quiera celebrar su cumpleaños, pedida o boda al más puro estilo Borbón, tiene acceso a un sucedáneo de lo más convincente también en El Pardo, a poca distancia del Palacio Real. Se trata del Palacio de la Quinta, preparado para recibir a 150 personas, y sus jardines de 10.000 metros cuadrados. Ambos se ponen a disposición de los particulares por 9.500 euros más Iva y 2.000 euros más Iva, respectivamente.