Tiene todas las cartas en su mano, aseguran los medios más cotillas de Francia acerca de la princesa Carolina de Mónaco y una posible demanda de divorcio por parte de Ernesto de Hannover deviodo a su inestable amorío con la española Claudia Stilianopoulus . Y es que la relación de la hermana mayor de Alberto II de Mónaco y el príncipe de Hannover nunca ha sido tan atípica como cuando se hacen apuestas sobre cómo se disolverá su unión.
Comenzaron a salir cuando él aún estaba casado de su primera mujer (e íntima amiga de Carolina) , se unieron en matrimonio en 1999 cuando Carolina de Mónaco se quedó embarazada en una ceremonia para la que él tuvo que convertirse al catolismo (conversión que le supuso ser expulsado de la línea sucesoria del trono inglés), tuvieron una hija, Alexandra de Hannover, y a continuación protagonizaron sonados escándalos etílicos y desplantes en bodas reales y entierros principescos. Finalmente se despidieron en 2009 para no volver a reencontrarse públicamente jamás... pero aún así siguen sin firmar los papeles del divorcio.
Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover. /
A lo largo de estos más de 10 años de separación Ernesto de Hannover ha seguido siendo el enfant terrible que las páginas de salseo del corazón necesita: más broncas, borracheras, idilios escandalosos, incluso relaciones con amigas de Carolina y muchachas de 20 años incluidas. Carolina aguantó estoicamente las infidelidades notorias e incluso las llamadas desde los hospitales de Ibiza comprándose zapatos en Córcega y Niza sin inmutarse mientras su ex era fotografiado fumando enganchado a un gotero de suero tras sufrir una recaída etílica tras otra... pero la hija de Rainiero jamás pidió el divorcio.
Durante todo este tiempo se han lanzado todo tipo de especulaciones sobre los motivos que podrían llevar a la siempre elegante «primera dama» oficiosa de Mónaco a soportar este trato y no pedir el divorcio . De un lado están los que se decantan por el placer que le provoca a la princesa de Hannover ostentar el rango de alteza real, superior al de alteza serenísima que posee la mujer de su hermano Alberto, la princesa Charlène, esa cuñada (a la que según cierto tipo de prensa) Carolina no soporta.
Por otro lado no hay que olvidar que Ernesto de Hannover, con juergas o sin ellas, es un señor príncipe alemán que gobierna sobre buena parte de un patrimonio que asciende a más de 200 millones de euros... ¿quién desearía dejar de ser la mujer de alguien con ese capital (especialmente si has llegado a un pacto para no tener que verle)? ¿A cuánto dinero renunciaría Carolina de Mónaco si dejara de ser la mujer de Ernesto de Hannover?
Aunque hay causas más sentimentales en juego, por supuesto. Por ejemplo, hay quién apuesta porque la pareja decidió continuar unida hasta que la princesa Alexandra de Hannover cumpliese la mayoría de edad. En un juicio por su custodia la monegasca tendría todas las de perder frente al príncipe con más dinero, más rango y más recursos que ella. Comenzar una encarnizada batalla judicial por la custodia de la niña a la que Ernesto de Hannover dejó con su madre en 2009 nunca estuvo en sus planes.
En la mente del príncipe alemán seguramente resonó en aquel momento el dolor que sintió al perder en un tribunal similar la custodia de su propio sobrino, un drama familiar del que Ernesto de Hannover nunca se recuperó.
Los años pasan y no en balde y la princesa Alexandra ya es mayor de edad... nadie puede decidir por ella con quién ni dónde vivir. Nunca sabremos si a Carolina de Mónaco le fastidiaría o no perder el título de alteza real, si su «pique» con su cuñada Charlène es ficticio o no, si decidió llegar a un acuerdo con la ex de Ernesto de Hannover para evitar que este tuviera más hijos legítimos (otra de las teorías que se han manejado durante años)... Lo que sí está claro es que en este momento Ernesto de Hannover lo tiene complicado para plantearle una demanda de divorcio, y la prensa italiana, francesa y alemana lo saben.
Vídeo. Los mejores looks de CArolina de Mónaco
Desde el France Dimanche francés al Yeslife italiano al Bunte alemán todos destacan la misma notica: la mala salud de Ernesto de Hannover y sus continuos escándalos provocados por su conducta errática han hecho que Carolina tenga todas las cartas en su mano. Según la legislación austriaca, país donde reside su todavía marido, cuando el estado de salud de un cónyuge es tan grave como el que presenta Ernesto de Hannover, se le declara no responsable de sus actos.
¿Qué significa esto? Que a ojos de la justicia austriaca Ernesto de Hannover no podría pedirle el divorcio a Carolina de Mónaco aunque quisiera ni casarse con su nueva novia si esa fuera su voluntad. Para conseguirlo debería tener el consentimiento de Carolina de Mónaco, el de un tribunal austraico y la aprobación de un consejo familiar... del que forma parte el hijo al que el propio Ernesto de Hannover se enfrentará en un tribunal este mes de noviembre.