Cuando la revista Tatler, que es algo así como la biblia de todo lo royal que pasa en Europa (con permiso del Hola), dedica su portada de diciembre a todo color a la princesa Charlene (que se ha perdido la inauguración de la Navidad monagesca) bajo en subtítulo «más drama que en un culebrón», es que algo no va bien en el matrimonio de Alberto II de Mónaco y la ex nadadora (por mucho que el príncipe intente desmentir los rumores de ruptura). ¿Pero son estas dudas sobre su relación realmente una novedad? Hemos repasado la cronología de todo su romance y, tenemos malas noticias, desgraciadamente parece que los medios nunca han confiado demasiado en esta pareja y es que su timing de «escándalos» ha sido siempre de lo más inoportuno. aquí están las pruebas.
Él era uno de esos príncipes a los que le habían colgado desde hacía tiempo la etiqueta de «soltero de oro» pero que tras décadas de novias y escarceos sin boda final estaba a punto de convertirse en el «solterón de oro». Ella era una joven nadadora olímpica recién llegada de los juegos de Sidney que acudió a Mónaco a competir en una prueba de su especialidad. En aquella ocasión Charlène Wittstock ganó por partida doble. por un lado el oro en los 200 metros espalda, por otro la atención del príncipe.
A las bravas, con una demanda de paternidad y una portada en el Paris Match Nicole Coste consiguió que el príncipe Alberto reconociera al hijo que habían tenido en común: Alexandre. En aquel momento Alberto de Mónaco también estaba disfrutando de sus primeros días de salir con Charlène que seguramente vivió este proceso como un jarro de agua fría. ¿Fue esta la primera señal de que su destino juntos no iba a ser sencillo?
El príncipe llevaba poco menos de un año en el trono y el reloj empezó a correr en su contra: necesitaba una mujer, una boda y un heredero (el e terno problema de los varones Grimaldi incluido su padre Rainiero ). Fue entonces cuando se produjo la primera aparición pública de la pareja: juntos, felices, acaramelados y bastante abrigados el príncipe y su futura princesa acudieron a los Juegos Olímpicos de Invierno. El idilio iba viento en popa y Charlène se mudó a Mónaco. Pero, llega otro jarro de agua fría: Alberto de Mónaco (vía demanda de paternidad) reconoce a su segunda hija fuera del matrimonio, Jazmin Grace.
La pedida de mano fue todo lo oficial que se puede ser y se produjo en 2010: Alberto de Mónaco tenía ya más de 50 años. Finalmente la boda de tres días y varios vestidos con 40.000 cristales de Swarovski e invitados ilustres se celebró, pero al contrario que en otros enlaces royal en esta ocasión nadie comentaba lo guapa que iba la novia, sino por qué no podía dejar de llorar y si era cierto o no que intentó huir de su propio enlace. La leyenda de Charlène «novia a la fuga» había nacido y diez años más tarde, a pesar de los esfuerzos de la pareja por desmentirla, sigue apareciendo en los medios cada dos por tres. ¿Por qué intentaría Charlène «huir» del principado: todos los rumores apuntaban a un tercer «hijo secreto».
Tres años después de su boda llegaron los ansiados herederos y por partida doble. Lo que parecía una noticia buena la prensa la convirtió en un nuevo rumor en el que destacaba la lucha de la joven Charlène por dar un hijo legítimo a su marido. Ríos de tinta corrieron sobre las pruebas médicas a las que se había sometido antes del enlace para demostrar que era fértil (rumores alimentados por supuestos familiares cercanos al príncipe Alberto, como Christa Mayrhofer-Dukor ) para al final hacer que todos sospechaban que los mellizos eran fruto de un tratamiento de fertilidad y que Charlène bordeó la depresión por su «incapacidad» para concebir con un hombre que había demostrado en otras dos ocasiones que era fértil. ¿Le hicieron bullying a Charlène en la corte por no tener más hijos?
El desempeño de Charlène como princesa es puesto en entredicho, sus ausencias en actos oficiales puestos de relieve por sus críticos, a pesar de ser la presidenta de al menos nueve organizaciones en el principado y participar activamente en múltiples pruebas deportivas con fines benéficos (como la vez que recorrió 180 km en bicicleta para recaudar fondos). Haga lo que haga Charlène parece que no acierta, cada vez se aleja más de los monegascos y que en la prensa se filtren declaraciones suyas describiendo Mónaco como de una corte de víboras no ayuda.
En diciembre de ese año llega la puntilla a su imagen pública: la princesa aparece con la mitad de la cabeza rapada y muchos lo interpretan como una señal de protesta contra el nuevo escándalo involuntario de su esposo: una nueva demanda de paternidad que llega desde Italia. Los servicios de prensa del principado se defienden de la nueva demanda alegando que es mentira, pero es exactamente el mismo argumento que se usó en las dos demandas anteriores.
En enero de 2021 Charlène hace acto de aparición en un acto oficial. Desde entonces no se la vuelve a ver en el principado. En una fecha indeterminada de principios de año Charlène viaja a Sudáfrica y su vía crucis hospitalario comienza: hasta el 8 de noviembre no vuelve a casa. Para entonces los rumores ya han cobrado unas dimensiones imposibles de contener y los detalles de su vida privada en Mónaco muestran que, en contra de lo que afirma su marido en todas sus apariciones públicas, su matrimonio sí parece estar en crisis desde hace tiempo.
Detalles que la describen como una mujer celosa y acomplejada por parte de Nicole Coste, detalles como que antes de su visita a Sudáfrica Charlène no vivía ya en palacio (algo que se le escapó a su propia cuñada), detalles como que los amigos de a princesa consideran que Alberto ha restado gravedad a su estado de salud... Ahora una publicación en Daily Beast afirma tener un testigo que acudió a un evento monegasco antes de la debacle de 2021. En dicho evento la princesa lloró al lado de su marido durante toda la cena ante la indiferencia de este: «No entendí por qué no se levantó de la mesa y se fue -explica este testigo (eso sí, anónimo)-. Llegué a la conclusión de que quería que viéramos su tristeza«. ¿Es realmente esta la cronología de una pareja sin problemas?
20 de enero-18 de febrero
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