La familia real de Mónaco inaugura la Navidad sin Charlène: llega la peor época del año para la princesa, que pasará las fiestas sola, con su popularidad por los suelos y lejos de sus hijos

Aún está en el aire, pero todo apunta a que la princesa Charlène de Mónaco (de la que tenemos su cronología matrimonial con Alberto abogada al desastre) pasará las navidades solitaria, ausente del principado y alejada de sus hijos. ¿La primera pista? La inauguración de la Navidad de la familia real monagesca, que cada año se reúne para la apertura del poblado navideño de Port Hercule. Uno de los sitios más felices y mágicos para los niños el Principado. Los hijos de Alberto de Mónaco no se han perdido la ocasión, y tampoco lo ha hecho la princesa Carolina, Pierre Casiraghi y su esposa, Beatrice Borromeo .

El ingreso de Charlène en una clínica privada para intentar que supere el «estado de profundo cansancio general» en el que se encuentra postrada tras haber enfermado en Sudáfrica hace casi imposible que el próximo 24 y 25 de diciembre forme parte de la Navidad de sus hijos, Jaime y Gabriella , y de su marido el príncipe Alberto II .

De hecho, es hasta posible que la princesa se pierda el festejo más importante de diciembre para la familia que gobierna en La Roca: el cumpleaños de sus mellizos Jacques y Gabriella el próximo día 10 de diciembre. Será el segundo gran evento que se pierda del maratón navideño, pero aún conservamos la esperanza de que ese día en vez de pasarlo con su tía Carolina los mellizos puedan visitar a su madre (¿y quizá nos regalen una imagen en Instagram?).

Lo que sí se ha confirmado es que no se cuenta con su presencia el próximo 15 de diciembre, el día que los mellizos y su padre hacen el tradicional posado navideño con el árbol engalanado detrás, ni se ha considerado que Charlène participe en el tradicional reparto de regalos a 100 niños monegascos.

Un panorama un tanto triste pero paradójicamente parecido al que vivió la princesa en 2020, lo que nos hace pensar que las navidades no son, precisamente, su época favorita del año. 2020 fue el invierno de la pandemia y de las mascarillas, la anulación de grandes eventos y las noticias alarmistas en los telediarios. Para Charlène también fueron las navidades en las que se hizo oficial (vía demanda) que Alberto de Mónaco podría haber tenido un tercer hijo fuera del matrimonio y en las que decidió aparecer ante el mundo con la cabeza medio rapada y un look navideño quizá un poco demasiado rockero.

El propio príncipe Alberto advirtió que el palacio se blindaba en la Navidad de 2020 y que la familia solo podría visitarles por turnos: «Este año no hemos planeado otra cosa que no sea quedarnos en casa entre Mónaco y Roc Agel. Estamos jugando a lo seguro. Será una Navidad diferente, pero trataremos de mantener la magia para los niños, por supuesto. Dejaremos que el resto de la familia venga a nosotros en pequeños grupos y se turnen«, explicó en una entrevista a la revista People.

Lo que pasó en aquel «encierro» navideño, nadie lo sabe, pero las consecuencias fueron claras: no hubo declaraciones sobre niños sobreexcitados la noche previa a la llegada de Papá Noel y con sobredosis de ingestión de dulces como en años anteriores, no hubo fotos de los pequeños disfrazados de superhéroes, como empezaba a ser tradición y, lo que es más importante, tras las fiestas Charlène desapareció del mapa, apenas hizo acto de aparición en enero en un acto oficial y no se la volvió a ver. ¿Se ha convertido la Navidad en el talón de Aquiles de la princesa Charlène?