Por qué la princesa Charlotte heredará 100 millones en joyas de Kate Middleton y la hija de Meghan solo uno

La princesa Charlotte tiene nueve años y su prima Lilibet, tres. Separadas por un océano, apenas se conocen aunque son muchas cosas las que les unen, entre ellas su sangre azul y una futura y muy codiciada herencia en forma de piedras preciosas. Porque las joyas de las reinas y princesas, ya sean magníficas tiaras de diamantes, resplandecientes collares de esmeraldas o brillantes pendientes de zafiros, son siempre motivo de admiración en los banquetes palaciegos de ringorrango. Tal es la curiosidad que las rodea que incluso antes de que pasen a ser propiedad de tal o cual royal, ya se debate sobre ellas.

Eso es lo que han hecho varios medios británicos, que han calculado los muy diferentes valores totales de las colecciones de joyas que recibirán en un futuro no tan lejano las respectivas hijas de Kate Middleton y Meghan Markle. Mientras que el joyero de Charlotte se dispararía a unos 97 millones de euros, el de Lilibet apenas superaría el millón de euros.

A sus 42 años, la princesa de Gales ha acumulado una impresionante colección de tiaras, collares o anillos de gran valor, cuyo valor total han calculado los expertos de la joyería londinense Steven Stone, según informa el diario 'Express'. Una parte importante de esta colección la forman más de diez piezas prestadas o regaladas por la difunta Isabel II, cuyo valor asciende a la asombrosa cifra de 65 millones de euros.

Entre ellas se encuentran la gargantilla de diamantes de la reina Mary, la tiara Cartier Halo, el collar Nizam de Hyderbad, el broche Hoja de Arce, el broche Helecho de Nueva Zelanda y el broche Orden de la Familia Real. A estas cotizadas piezas que pocas veces tenemos ocasión de ver en público hay que sumar otras que a lo largo de los años han regalado a Kate su esposo o su suegro, el rey Carlos, que también podrían ir a parar a su hija Charlotte.

Tras la trágica muerte de Diana de Gales, sus hijos Guillermo y Harry recibieron tres cuartas partes de su herencia valorada en 25 millones de euros, mientras que la otra cuarta parte fue a parar a sus 17 ahijados. En una carta, Lady Di explicaba que dejaba sus joyas a las futuras esposas de sus hijos: «Me gustaría asignar todas mis joyas a mis hijos, para que sus esposas puedan, a su debido tiempo, tenerlas o utilizarlas. Dejo a su discreción la división exacta de las joyas».

Kate posee ahora varias de esas piezas de la difunta madre de su marido y es probable que en el futuro se las legue también a Charlotte. Del mismo modo, la joven princesa podría ser algún día la propietaria del emblemático anillo de compromiso de zafiro de Kate, valorado en 350.000 euros, que en su día fue propiedad de Diana.

Además, la princesa Kate también tiene en su joyero los pendientes de perlas de los mares del Sur de Diana, sus pendientes Collingwood, la tiara Lover's knot, el conjunto de zafiros saudíes y su pulsera de perlas de tres vueltas.

Asumiendo que todas las joyas de la antigua actriz de 'Suits' vayan a parar a su hija Lilibet y no a su hijo Archie –y que no tenga otras hijas en el futuro– será la pequeña royal de tres años la que herede su joyero completo, que también tiene piezas de Diana de Gales.

Se calcula que las joyas de Meghan Markle que fueron propiedad de Lady Di suman un valor cercano a los 700.000 euros, mientras que el resto fueron adquiridas por ella misma. Entre las que ha recibido como herencia de la que hubiera sido su suegra se encuentra el reloj Cartier Tank Française de Diana, cuyo valor se estima en más de medio millón de euros. Al igual que su prima con el de su madre, Lilibet también podría lucir en su dedo anular un día el anillo de aguamarina Asprey de Meghan, que perteneció a la princesa Diana. El valor de este regalo de Harry a su esposa se estima en unos cien mil euros.

Cuando los Sussex se casaron en 2018, la duquesa lució un impresionante brazalete de Cartier, valorado en 175.000 euros. En declaraciones a 'The Sun', el destacado experto en diamantes Maxwell Stone dijo: «Usado por Meghan el día de su boda, esta sería una pieza magnífica para que Lilibet herede que posiblemente podría combinar con su propio vestido de novia en el futuro». Como ocurre con todas las piezas icónicas de la realeza, su valor podría incluso aumentar drásticamente con el tiempo, dadas sus famosas portadoras.

Aunque quizá la pieza con más valor sentimental de la colección de Meghan es el reloj que le compró a Lilibet antes de que esta naciera. En 2015, la ex actriz dijo que esperaba entregar algún día a su hija el reloj Cartier de 5.000 euros que se regaló a sí misma cuando su serie 'Suits' fue renovada por una tercera temporada. «Lo hice grabar en la parte de atrás, 'Para M.M. De M.M.'», dijo a la revista 'Hello!'. «Y pienso regalárselo a mi hija algún día. Eso es lo que hace especiales a las joyas, la conexión que tienes con ellas».