Retrato oficial de la princesa Ingrid Alexandra de Noruega. / gtres

La heredera SIN POLÉMICAS

Ingrid Alexandra de Noruega cumple 19 años: ahijada del rey Felipe VI, discreta hija de Mette-Marit y futura monarca de su país, como Leonor

Hoy es el cumpleaños de Ingrid Alexandra de Noruega, la heredera a la que no se le conoce escándalo ninguno de adolescente, aunque sí alguna metedura de pata en la infancia.

Este 21 de enero, la princesa Ingrid Alexandra de Noruega cumple 19 años. La hija de Mette-Marit y Haakon, y ahijada de Felipe VI es la segunda persona en la línea de sucesión al trono de Noruega y será la segunda mujer que reinará en Noruega, tras la reina Margarita, que lo hizo en el siglo XV. La joven es una muestra de las nuevas princesas herederas, una generación que alcanzará la mayoría de edad más o menos al mismo tiempo y significa el futuro nuevo para las monarquías europeas

Uno de sus momento de máximo esplendor royal fue en la cena de gala de su mayoría de edad. Aquella celebración sirvió entre otras cosas, para concentrar en un mismo punto a otras dos princesas que algún día serán reinas: Amalia de Holanda y Elisabeth de Bélgica.

La cita tuvo lugar en Oslo y aquella velada supuso el bautismo de una princesa heredera que estrecha lazos de amistad con la nueva generación de royals y aristócratas europeos. Mucho esperaron ver en aquel cónclave a la princesa Leonor (máxime siendo su padre padrino de Ingrid), pero finalmente causó baja.

Por qué el consejo que le dio su abuelo es muy valioso para una reina

Hasta su padrino, abuelo y, de paso, rey, el monarca Harald de Noruega, se lo recomendó en el discurso de su ceremonia de confirmación en 2019: la princesa Ingrid Alexandra de Noruega está llamada a hacer de su naturalidad su mayor baza para triunfar.

«Si hay un consejo que te daría hoy, como rey, padrino y abuelo, es este: sé tú misma. Encuentra tu propio camino. Cualquier intento de ser alguien que no sea quien estás destinada a ser, será contraproducente. ¡Confía en ti misma y en cómo eres, porque eres suficiente!», le dijo su abuelo. ¿Pero cómo es la hija de Mette Marit y el príncipe Haakon de Noruega y tímida heredera al trono?

Ingrid Alexandra cumple 19 años. La princesa siempre se ha distinguido por su discreción y naturalidad. / gtres

Amante del surf y de los perros: las aficiones de la futura reina

La hija mayor de Mette Marit y el príncipe Haakon de Noruega nació un frío 21 de enero de hace 17 años haciendo las delicias de la prensa sensacionalista alemana que se prodigó en extender todo tipo de bulos y rumores sobre su nacimiento.

En aquel momento Mette Marit era la carnaza preferida de cierto tipo de noticias escandalosas sobre los royals y el nacimiento de su primer bebé no contribuyó a apaciguar el sensacionalismo en muchas de esas publicaciones. Tanto fue así que el propio gobierno alemán tuvo que pedir a sus compatriotas que pararan.

Por supuesto que el bebé ignoró por completo este hecho igual que ignoraba que sus padres tenían la intención de llamarla Tyra Eufemia, (una idea que finalmente desecharon, menos mal), que una de sus madrinas era un plebeya por primera vez en la historia de la familia real noruega y que los chefs de palacio diseñaron una tarta de frambuesa en su honor que lleva desde entonces su nombre.

La princesa y su padre en un parque haciendo picnic / instagram

Durante su infancia asistió a la guardería y la escuela pública, tardó bastanate en darse cuenta de que era princesa y dejó de llamar sirvientes a las personas que trabajaban en palacio cuando estos le dejaron claro que no les gustaba que les llamaran así, hecho que confesó en una entrevista delante de su padre que no daba crédito a sus declaraciones.

De adolescente, y ya sin llamar sirviente a nadie, la princesa Ingrid Alexandra también a ofrecido otras píldoras de información sobre lo que le gusta y lo que no: adora el jardín de estatuas que lleva su nombre y que está en palacio, practicar surf (ha llegado a participar en algún campeonato), es una experta en dar patadas de kickboxing y adora a los perros. Casi no hay retrato oficial en el que no salga abrazada a uno.

El primer amor de la princesa: discreto, como ella misma

Y entre lo que le disgusta está el hecho de tener que posar para que la tomen fotos, aunque guarda un buen recuerdo de las instantáneas que se captaron en uno de los momentos cumbres de su vida: cuando encendió la llama olímpica en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Lillehammer en 2016.

Al contrario que otros mini royals, la princesa Ingrid Alexandra decidió terminar sus estudios en su propio país y estudiar en la escuela secundaria superior Elvebakken.

Quizá su decisión de esperar para formarse en el extranjero tenga que ver con que su papel ha cobrado protagonismo desde que a su madre le diagnosticaron una enfermedad pulmonar que la impide cumplir con su apretada agenda oficial. Por ejemplo, las navidades pasadas la princesa Ingrid Alexandra fue la encargada de dar la bienvenida a palacio en Navidad, un acto muy importante para la cultura noruega en la que tanto los reyes como sus padres le cedieron el protagonismo y que la joven cumplió a la perfección

La ahijada del rey Felipe fue también la anfitriona de una cumbre de miniroayls para celebrar su anterior cumpleaños. Solo faltaba Leonor. / GETTY

Desde luego mucho mejor que cuando tuvo que dar su primer discurso público con 11 años: entonces se echó a llorar y su padre tuvo que acabar leyendo el discurso y consolándola al mismo tiempo. Su abuelo en rey también se rió de su ausencia de protocolo durante su bautizo: en aquel momento el bebé se pasó la ceremonia llorando a pleno pulmón y el discurso del rey durmiendo. Pero parece que aún así le tiene confianza a la que será la segunda reina de la historia de Noruega (la primera fue allá por el siglo XV), al fin y al cabo en 2019 le pidió que permaneciera fiel a sí misma.

En verano de 2022, saltaba la noticia: la princesa Ingrid tenía novio. Ella misma le había invitado a su fiesta de cumpleaños donde el joven pasó desapercibido. Hasta que los medios noruegos le pusieron nombre y cara: Magnus Heien Haugstad. La prensa del país ya conocía esa relación, pero por respeto a la familia reral y porque Ingrid aún era menor de edad, no quisieron hacerse eco de la misma.

Poco a poco el joven se fue integrando en el engranaje de la familia real: en agosto, Magnus fue invitado al cumpleaños de Mette-Marit y en octubre, se fueron todos juntos a un viaje de vacaciones de invierno.