Imagen de Aldara Falcó de la Cierva, la pequeña de la familia Falcó y hermanastra de Tamara. /
Su padre, Carlos Falcó , la definía como un cerebrito. Que Aldara Falcó, hermana de Duarte Falcó y hermanastra de Tamara Falcó , viviera el romance de su padre con Esther Doña desde la Universidad de Viena mientras perfeccionaba su alemán y estudiaba matemáticas puras, demuestra que, sin duda, es la heredera más sobresaliente en los estudios del difunto marqués. Pero también es la hija más misteriosa y desconocida del clan Falcó porque, como su madre Fátima de la Cierva, parece alérgica a la prensa. Ambas cometieron la proeza de entrar y salir de la reciente boda de Isabelle Junot y Álvaro Falcó sin que quedase registrado por las cámaras. Aquí encontrarás todo lo que sabemos (poco) de la joven veinteañera que podría hacerle sombra a su hermanastra Tamara, pero no quiere.
Aldara es fruto del matrimonio de Carlos Falcó y Fátima de la Cierva, hija de los marqueses de Poza. La pareja permaneció junta durante dos décadas, las más tranquilas en cuanto a portadas de revistas del clan Falcó tras el terremoto Preysler. Aldara es muy parecida a su madre, una aristócrata con una sólida formación (es antropóloga y filóloga francesa) y prácticamente invisible a ojos de la prensa. Tan discreta fue que hasta el último minuto no trascendió que a pesar de haber abandonado el Rincón en 2011 el marqués no firmó el divorcio hasta que no conoció a Esther Doña en 2016.
aldara Falcó, la benjamina de los hijos de Carlos Falcó, en una imagen publicada en sus redes sociales. /
Como Carlota Casiraghi, Aldara Falcó de la Cierva estudió filosofía, pero además perfeccionó su currículum decantándose por las matemáticas puras. «Es superlista, práctica... dice que quiere ser Nobel de Química», dijo su padre de ella en una entrevista. No sabemos si conseguirá el Nobel, pero méritos para ser la mejor formada de la familia no le faltan: además de su lengua materna habla con fluidez alemán, italiano, francés e inglés y ha completado sus estudios en el extranjero con un máster en la UNED.
La más joven de los hijos de Carlos Falcó también es la que parece mantener mejor el anonimato y los pies en la tierra (incluso rechazó ser presentada en sociedad en el cotizado baile de debutantes de París al cumplir los 18 a pesar de recibir la invitación). Aldara se crió en el campo, estudió en el colegio del pueblo, es forofa del Atlético de Madrid y además de trabajar para su padre (que la dedicó un vino) ha sido camarera en un par de restaurantes, ha estado de Erasmus por Europa y se ha ganado un dinero extra dando clases particulares.
Su currículum estudiantil se complementa con su interés por el voluntariado. Ha colaborado hasta con cuatro ONGs distintas y desde junio del año pasado forma parte de la Fundación Empieza por Educar, una ONG que intenta captar y formar profesores para liderar iniciativas que garanticen la igualdad de oportunidades educativas en ambientes desfavorecidos.
No todo ha sido discreción en la vida de Aldara. Cuentan las malas lenguas que la benjamina, como los hijos mayores del marqués, no mantenía la más cordial de las relaciones con la última pareja de su padre, Esther Doña. En Informalia llegaron a publicar que la última marquesa consorte de Griñón vació la habitación que Aldara conservaba en el palacio de El Rincón y que la joven se encontró en su retorno a casa por vacaciones con que la madre de Esther ocupaba su espacio y sus cosas habían desaparecido.
Tras la bronca monumental que se lió a continuación (por lo visto grabada en vídeo por Aldara), la veinteañera decidió no volver a pisar la misma casa en la que habitaba Esther Doña y en los veranos siguientes se la vio por Canadá e incluso recogiendo cerezas.
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No ha trascendido cómo es ahora la relación de Aldara con la viuda de su padre, pero seguramente tan distante como siempre ahora que ya nada, ni el patrimonio, las une: en enero de este mismo año Manuel Falcó, marido de Amparo Corsini , compró a Esther Doña el usufructo de su parte de la herencia y también compró a Aldara y su hermano Duarte su parte del palacio de la discordia. Con las cuentas más que saneadas la benjamina de los Falcó tiene toda una vida de anonimato por delante.