No todos los referentes monegascos fueron tan tremendos para Grace kelly como su fría suegra Carlota Grimaldi o su poco complaciente cuñada Antoinette Grimaldi . También hubo quién la recibió con flores y sonrisas, y esa persona fue Elizabeth-Ann de Massy... aunque esa cálida bienvenida sirviera de poco porque en aquella época la del ramo de flores solo tenía nueve años. Su privilegiada visión de las intrigas palaciegas no evitó que Elizabeth-Ann de Massy se convirtiera en la dama de honor más mona de la boda de Grace Kelly y Rainiero de Móncao y años mçás tarde se consagrara como la confidente del príncipe Alberto, la madrina de bautismo y gran apoyo de la princesa Estefanía cuando eprdió a su amdre y la precursora del estilo impecable de Carolina de Mónaco (que ahora vive amargada por sus juicios con Enrnesto de Hannover) . Su muerte en junio de 2020 a los 72 años fue percibida como la última gran pérdida familiar para los tres hijos de Grace Kelly.
Elizabeth-Ann Charlotte Kathleen Dévote de Massy nació el 3 de julio de 1947, lo que la convirtió en la primogénita de una de las parejas más polémicas que se han formado nunca en Mónaco, la formada por Antonieta Grimaldi y el campeón de tenis Alexandre Athenase Noghès, y la primera nieta de otra de las parejas que más hicieron sufrir a Grace Kelly, la que unía a Carlota Grimaldi , madre de Rainiero, con su esposo, presumiblemente gay, Pierre de Polignac.
Para entrar por la puerta grande la pequeña Elizabeth-Ann nació en el momento más inoportuno para una royal pero con el timing perfecto para una Grimaldi, esto es, cuando sus padres todavía no estaban casados (de hecho él estaba casado con otra mujer). Esta circunstancia fue solventada cuatro años después de su nacimiento momento en el cual Elizabeth-Anne fue legitimada para poder aspirara al trono de Mónaco que nunca deseó ni de lejos, especialmente después de ver todo lo que sufrió su madre por ese deseo.
Alberto de Mónaco junto a su prima, Elizabet-Ann de MAssy y Rafa Nadal en el Master de Tenis de Montecarlo del que era presidenta. /
Con estos antecedentes familiares a nadie le extrañó que la vida amorosa de la futura «baronesa» sufriera la leyenda negra de los matrimonios fallidos del principado. Elizabeth-Ann no se precipitó a la hora de casarse, espero 27 largos años de aquella época antes de decisdirse pasar por el altar en 1974 con el barón Bernard Alexandre Taubert-Natta del brazo. De aquel matrimonio nació su único hijo, Jean-Léonard Taubert-Natta de Massy, y poco más se sabe de esta relación, salvo que seis años más tarde el barón que prefierió escribir libros de historia antes que continuar en Mónaco y la pareja se divorció.
En 1989 Elizabeth-Ann volvió a casarse de nuevo, pero esta relación no fue menos misteriosa que la anterior. El elegido fue un coreógrafo de nombre complicado ( Nicolai Vladimir Costello dit de Lusignan), la ceremonia se celebró en Londres y toda la historia debió de ser un despropósito muy al gusto monegasco y un escándalo para la época. Elizabeth-Ann estaba evidentemente embarazada cuando se casó por segunda vez, pasó por el altar en octubre de 1984, dio a luz a su hija Mélanie-Antoinette Costello de Massy en enero de 1985 y en marzo de 1985 se divorció de nuevo.
A pesar de los «escándalos» amorosos Elizabeth-Ann era una de las figuras más queridas y admiradas por la corte monegasca. Lejos de polémicas e intrigas palaciegas se esforzó por llevarse bien con Grace Kelly desde que era una niña y, a su muerte, intentó convertirse en una «madre sustituta» para sus tres hijos.
Elizabeth-Ann de MAssy, de negro. hablando con Carolina de Mónaco y ernesto de Hannover. A su lado, su madre, la princesa Antoinette. /
Muy creyente, fue la madrina y defensora de Estefanía de Mónaco y quien la ayudó a superar lo grandes escollos de su vida sin juzgarla, como la trágica muerte de su madre y, años más tarde, su traumático divorcio de Daniel Ducruet . Se convirtió en la confidente de Rainiero y en una figura que reforzó con Alberto al principio de su reinado, labor que él agradeció concediéndole la potestad de sustituirle y representarle en algunos actos oficiales. Pero con quien mejores migas hizo sin lugar a dudas fue con Carolina de Mónaco, para la que se convertiría en una amiga y uno de sus iconos de estilo. Con ella compartió su amor por Dior, Chanel, los pañuelos y Karl Lagerfeld.
Fue tan conocida por su buena relación con los hijos de Grace Kelly como por sus múltiples labores filantrópicas (en defensa de las mujeres, del medio ambiente, de los animales...), pero sin duda la más reconocida de todas ellas fue su labor como presidenta de la Federación Monagasca de Tenis y organizadora del master de tenis de Montecarlo. Cuando gfalleció en junio de 2020 el mundo del tenis se puso de luto, y sus primos favoritos también.