Desde que en junio de 2019 el rey Juan Carlos I anunció su retiro definitivo de la vida pública comenzó un maratón de exposición del matrimonio de los reyes eméritos de lo más inusual. Don Juan Carlos de Borbón y doña Sofía acudieron juntos y en buena sintonía a la academia balear de Rafa Nadal, a las regatss, a la boda de Xisca Perelló, al velatorio de su íntimo amigo Plácido Arango… Pero todo cambió cuando don Juan Carlos decidió abandonar España en agosto de 2020, desde ese momento, nada de nada. No sabemos si ahora, que se rumorea que a final de mes el rey Juan Carlos I vuelve a España, la pareja real coincidirá de nuevo en La Zarzuela o la reina Sofía preferirá visitar de nuevo a sus hermanos en Grecia. Lo que sí sabemos es que el próximo 1 de octubre tienen un compromiso social al que están invitados los dos: la boda de su ahijado Jorge Romanov, gran duque de Rusia.
La gran boda rusa que se vivirá este año en San Petersburgo tiene dos protagonistas principales (el novio, Jorge Romanov y la novia la escritora italiana Rebecca Virginia Bettarini) y dos protagonistas secundarios, don Juan Carlos de Borbón y doña Sofía. El por qué de su invitación al encuentro que promete ser un espectáculo de glamour, lujo y casas reales, es muy sencillo: el heredero de los Romanov es uno de los muchos ahijados que tienen los reyes de España.
Jorge Romanov es el hijo de la heredera del trono inexistente de Rusia, la gran duquesa María I, y del príncipe Francisco Guillermo de Prusia (primo segundo de la reina Sofía). La gran duquesa, que está divorciada de su primer esposo desde que Jorge Romanov cumplió el año de edad, ha sido siempre una buena amiga del rey Juan Carlos I ya que siempre han coincidido en los mismos círculos sociales madrileños, eso, y el parentesc de la reina Sofía con su ex marido justifica que la pareja real fueran los padrinos de su criatura allá por los años 80.
A pesar de ser un Romanov heredero (tras su madre) del emperador ruso en el exilio el gran duque Kirill Vladimirovich, el gran duque Jorge es 100% madrileño de nacimiento, como su propia madre, criada también en el exilio . Formado en derecho en la universidad de Oxford (se dice que consiguió su plaza por intermediación de la mismísima reina Isabel II), el gran duque Jorge trabajó durante años en el Parlamento Europeo para en 2013 dar el salto a Londres y fundar la Russian Imperial Foundation for Cancer Research.
Su boda en San Petersburgo el próximo 1 de octubre promete ser todo un espectáculo, no solo va a durar tres días y hay mil invitados sino que hasta se va a retransmitir por la televisión rusa. Al evento está invitada la flor y nata de las casas reales europeas y como lugar para las recepciones el estado ha cedido el fantástico palacio Vladimir.
Aunque parezca extraño los Romanov continúan contando con mucho apoyo en Rusia, y esta va a ser la primera boda de la dinastía que tiene lugar en suelo ruso desde hace más de 100 años. Desde hace años, el gran duque reside en Moscú durante la mayor parte del tiempo (y por supuesto tiene nacionalidad rusa desde hace años) y tanto él como su madre comparten conversaciones y criterio con el mismísimo Putin.